El Unicaja arrasa al Manresa (63-86) y acaba con su meritoria temporada

El campeón de la fase regular, el Unicaja, acabó con la aventura del Manresa en el playoff de la ACB. Una aventura memorable para una modesta entidad cuyo gran éxito pasa por permanecer año tras año en la Liga, pero que ha logrado llegar al ‘playoff’ tres veces en seis cursos, además de una final de la Champions en Bilbao y dos participaciones en la Copa del Rey. Se impuso la lógica en el Nou Congost, pues los de Ibon Navarro, que sueñan con el título, arrasaron a un Manresa impotente, que capituló en el tercer cuarto tras un parcial de 0-9.

La línea de tres que tanto le funcionó al Manresa en el Martín Carpena - sucumbió en el último cuarto - acabó por ser su frustración en el Nou Congost (7/37, 18%), donde el Unicaja, liderado por Kravish (12 puntos), los triples de Kalinoski y un banquillo infinito demostró su poderío.

Sonaban tambores de guerra en el Nou Congost, teñido de rojo y en ebullición, dispuesto a guiar a los suyos, que a falta de triples encontraron refugio en la pintura. Arrancó acertado Geben desde la media distancia, fuerte también en la botella. No se despegaba un Unicaja coral y siempre al límite en defensa, guiado por Kravish y Taylor a falta, de nuevo, de Kendrick Perry.

Negados en el triple

Se hizo fuerte en defensa el equipo de Pedro Martínez y empezó a correr, paraíso para los eléctricos Badio y Taylor, que abrían brecha con sus penetraciones (18-13) hasta la explosiva irrupción de Travanté Williams, que anotó primero un triple desequilibrado y encendió el Congost después con un triple sobre la bocina desde campo propio (28-20).

En el segundo acto, se cargó de responsabilidad Devin Robinson (7 puntos), dueño de los aros, que machacaba el aro rival y protegía el suyo. Pero seguían con la muñeca encogida los exteriores manresanos, un pobre 18% en triples al descanso - 52% en el Carpena - que no desaprovecharon los de Ibon Navarro, que encontraron la siempre afilada muñeca de Kalinoski y la de Carter para marcharse al descanso con ventaja (36-40).

Sangrante parcial

Estaba frágil el Manresa, en busca de soluciones a su poco atino, y Unicaja ahondó en la herida con un parcial de 0-9 orquestado por Kravish, Ejim y Kalinoski que desarboló a los catalanes y obligó a Pedro Martínez a parar el reloj (38-49). Intentaba rechistar Dani Pérez con un triple que entraba llorando, pero el Congost, resignado, empezaba a asumir la realidad; se imponía un poderoso Unicaja con un banquillo repleto de soluciones, dispuesto a romper con el monopolio de Barça y Madrid.

Ese sangrante parcial diluyó completamente al Manresa, pues no hubo partido después ante la superioridad física de Unicaja. La resignación del último cuarto se transformó en orgullo y tributo de la afición a su equipo. Más que la meta final, los aficionados agradecen el cómo; un equipo que les ha divertido y que lucha hasta el final, haciéndoles creer, de nuevo, que el presupuesto no siempre lo es todo para colarse entre los ocho mejores.