XAVI: "PUEDEN MARCAR UNA ÉPOCA"
Lamine Yamal y Pau Cubarsí, hijos de una idea, niños que sostienen al Barça
Dos menores de edad (el extremo tiene 16 años; el central, 17), encarnan el futuro y deciden el presente de un equipo irregular
Al Barça solo lo entiende el fantástico Lamine Yamal (1-0)
La contracrónica del Barça-Mallorca: el reconocible Lamine Yamal
Xavi. "El equipo ha mejorado desde que dije que me iba: No es casualidad"
Marcos López
Periodista
A veces, en la miseria se encuentran tesoros. No siempre ocurre. Pero cuando sucede son piezas de un valor incalculable. El Barça es un equipo que había perdido su identidad y títulos: dos en apenas 15 días (Supercopa y Copa), además de ver la Liga cada vez más lejana y asistir asombrado al adiós en diferido de Xavi.
Pero en esa época oscura y tenebrosa, sin un euro en la caja, con carísimos fichajes invernales (Vitor Roque) que no son ni titulares el día en que descansa Lewandowski emergieron dos jóvenes, menores de edad ambos (Lamine Yamal tiene 16 años; Pau Cubarsí, 17), que identifican, una vez más, donde está la solución.
Niños criados y amamantados en casa, chicos que entienden a la primera el estilo de juego de un club desnortado y desorientado (ni 40.000 personas suben a verlo a Montjuïc retratando la profunda desafección social que se vive), transformados en la bandera de un futuro mejor. Aunque, en realidad, ya son dueños del presente.
Sin ellos, jugadores "diferenciales", como recordó Xavi tras el triunfo sobre el Mallorca, el Barça estaría en la pobreza más absoluta. "Estamos ante dos futbolistas que pueden marcar una época en el club", confesó Xavi, cuya valentía en abrirle la puerta a Lamine y Pau derribando viejas jerarquías ha encontrado premio inmediato. Niños que deciden en las áreas. Lo más difícil de encontrar. Y, por supuesto, lo más caro. Ellos, en cambio, son hijos de una idea.
"Lamine nos trae flashes de Messi, pero no es bueno compararle con él"
Estaba João Félix en el campo, que le costó al Atlético una fortuna: 135 millones de campo. También empezó formando ataque con Raphinha (60 millones). Y lo compartió luego con Lewandowski, un ‘nueve’ legendario. O Vitor Roque, el joven delantero, pero no tanto como él (tiene 19 años el brasileño). Y hasta Gündogan, el capitán del mejor City de la historia pisaba el césped de Montjuïc, tan errático e impreciso que incluso falló un penalti.
Pero tuvo que ser Lamine Yamal quien decidiera un partido áspero, "rocoso", como lo definió luego Xavi, inventándose un gol que solo había existido antes en su mente. Un monumental golazo para acallar los pitos que habían sobrevolado la montaña olímpica ante el triste juego azulgrana.
No había nada en ese balón que le da Lewandowski en la frontal del área del Mallorca. Una pelota rutinaria que Lamine transformó en una obra de arte. Ya había avisado antes con una acción similar que la mano derecha –perdón, los dedos de la mano derecha- de Rajkovic y el larguero habían frustrado. Lo mejor aún estaba por venir.
Y eso que el joven delantero no estaba firmando su mejor partido. Tampoco lo necesitó. Recibió la pelota del polaco y se inventó una jugada exquisita caracoleando en el interior del área balear, con hasta ocho rivales pendientes de él. Control, amago, regate, me voy por aquí y salgo por allá, tal si fuera un prestidigitador. Y al séptimo toque se sacó un zurdazo imponente que petrificó al meta mallorquinista. Todo sucedió a la velocidad de la luz.
Todo sucedió a la velocidad de la luz. Recibió un rutinario pase de Lewandowski y en apenas seis segundos se inventó Lamine un gol monumental
Apenas seis segundos en los que enloqueció a Dani Rodríguez, su marcador, que no tiene nada que reprocharse. Hizo lo que debía hacer ante un delantero normal. Pero Lamine no tiene nada de normal. Todo en él es extraordinario. En un partido normal se inventó un gol de otro mundo.
"Sin hacer su mejor partido ha marcado la diferencia. Es capaz de recortar y meterla en la escuadra", recordó Xavi, quien intenta evitar una comparación que puede ser muy dañiña cuando le recordaron que Javier Aguirre, su colega del Mallorca, había visto cosas de Messi en ese zurdazo de Lamine.
Flashes de Messi
"No le benefician porque es totalmente diferente. Cualquiera que se compare a Leo sale perdiendo porque es el mejor jugador de la historia. Pero hay un momentos en que… Además, es zurdo cerrado y va para dentro. Da la sensación de que tenemos flashes de Messi. Pero no es bueno. Mejor no compararle", añadió el entrenador.
"Pau Cubarsí no parece que tenga 17 años, juega con una jerarquía de veterano"
Adora defender. Entiende el juego. Domina el escenario. Y no le importa ir a achicar delanteros a 70 u 80 metros de la portería de Ter Stegen. No tiene tampoco vértigo alguno por dejar un latifundio a sus espaldas. Le da igual. Tiene pausa y calma con el balón en los pies.
No es alto. Mide 1.84 m. Pero choca con los delanteros rivales sin importarle el tamaño, consciente de que acabará dominando hasta el juego aéreo. Muriqi le sacaba 10 centímetros (mide 1.94 el bosnio) y Larín, cuatro (el canadiense se sitúa en 1.88), pero no derrotaron en ningún momento el viernes a Pau Cubarsí, el chico que ya tiene hasta cántico propio de la afición azulgrana en la montaña olímpica. "¡¡Cu, cu, Cubarsí!!".
Tal es su influencia en el juego del Barça, que en menos de tres meses ha conseguido ese tremendo impacto. Y Xavi ya organiza la defensa en función de Pau
"Sí, lo escuché en la primera mitad, sobre todo. Es un orgullo que el club de tu vida te reconozca el esfuerzo que estás haciendo", admitió hasta un poco superado el central, quien vive siempre "dándolo todo al máximo".
Tal es su influencia en el juego del Barça, que en menos de tres meses ha conseguido ese tremendo impacto. Xavi ya organiza la defensa en función de él. Al inicio ejercía de central zurdo, posición poco habitual para el joven del pequeño pueblo de Estanyol, ubicado en Girona. Pero hasta modificó el rol de Araujo, sancionado ante el Mallorca, a quien ya había enviado el técnico al flanco izquierdo para que Pau jugara en su hogar natural: central diestro.
Desde ahí, tiene mirada corta, defiende con una intensidad pasmosa, como si le fuera la vida en ello (y le va), y visión panorámica del juego. "Cubarsí tiene 16 años, perdón 17 y juega con una jerarquía de veterano", confesó Xavi, el entrenador que le ha entregado las llaves de la defensa del Barça a un adolescente. Un adolescente, según su DNI, que le impide aún tener carnet de conducir, pero un adulto cuando se le ve en el césped.
"Es un jugador importantísimo. Ya veis como divide la jugada, como la calma, como espera. ¡Y cómo compite en los duelos! Tenía a dos torres delante: Muriqi y Larín. No ha perdido un duelo y con 17 años. ¡Es espectacular!”, exclamó asombrado Xavi del soberbio rendimiento que le garantiza el joven defensa.
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