¿Qué son las 'orejas de coliflor' que cambiaron para siempre el destino de Ilia Topuria?

No había pasado mucho tiempo desde que los hermanos Topuria habían abandonado Georgia para reencontrarse con sus padres en Alicante (España), donde estos habían labrado un futuro mejor para sus pequeños, que por aquel entonces tenían 15 y 16 años. Sin embargo, este traslado a una ubicación donde culturalmente los deportes de contacto llegaban a duras penas al boxeo llevaba intrínseco un adiós forzado a la lucha grecorromana, disciplina de lucha que tanto Ilia como Aleksandre habían practicado desde niños.

Por suerte, todo cambió cuando un día, de regreso a casa, Inga Topuria, madre de los peleadores, se topó con un chico con 'orejas de coliflor'. Empleado para referirse a la forma que adquieren los pabellones auditivos por efecto de las hemorragias internas, que en este caso son causadas por los duros golpes que reciben durante las peleas, este apelativo sería clave en el camino de Ilia Topuria hasta convertirse en campeón de la UFC en la categoría de peso pluma. Las orejas magulladas de aquel chaval serían el indicio que acabaría llevando a los Topuria a inscribirse en el Club Climent. El resto es historia.

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Otohematomas

Los otohematomas, nombre científico que reciben estas lesiones, no son más que inflamaciones del pabellón auditivo provocadas por la acumulación de sangre o suero entre la piel y el cartílago tras sufrir un trauma. Más allá de las artes marciales mixtas (MMA por sus siglas en inglés), estos daños también son frecuentes en otros deportes de contacto como el rugby.

Si bien es cierto que estas deformidades –cuyo nombre proviene de la semejanza que guardan con la forma de estas hortalizas– pueden tratarse por medio de drenajes y cirugía, muchos luchadores las conservan como consecuencia de la falta de una intervención inmediata tras sufrir la contusión.