Inter-Atlético (1-0)

El Atlético sale vivo de Milán pese a perder con el Inter y lo fía todo al Metropolitano

Un solitario gol de Arnautovic pone en ventaja a los italianos que doblegaron al Atlético en una gran segunda mitad

Samuel Lino intenta escaparse de un rival.

Samuel Lino intenta escaparse de un rival. / MATTEO BAZZI

Daniel Gómez Alonso

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Hay ocasiones en las que evitar que pase nada es, paradójicamente, lo mejor que puede pasar. Bajo esa premisa, la de destruir para sobrevivir, se plantó el Atlético de Madrid en el Giuseppe Meazza para enfrentar a un Inter que domina con autoridad la Serie A italiana y que hasta ahora había sido un huracán en su casa.

"El que vea el partido se va a aburrir un poquito", avisó hace un par de meses, tras el sorteo, Griezmann, un tipo poco dado al engaño, y que en esta ocasión tampoco faltó a su cita a la verdad. Porque el equipo rojiblanco fue a Milan a que no ocurriera nada y llegó a estar cerca muy cerca de llevarse el premio del 0-0, un botín que impidió Arnautovic con un solitario tanto que deja la eliminatoria viva para la vuelta del 13 de marzo en el Metropolitano.

Acostumbra a repetir Diego Pablo Simeone que en las eliminatorias, y más en las de Champions, se juega un solo partido de 180 minutos, como poco, y no dos de 90. Choques, como en este caso, en los que lo táctico, o más bien, si se es un poco malpensado, el miedo a perder suele imponerse sobre la búsqueda de una victoria parcial, que no definitiva, que empiece a decantar la eliminatoria. Esperaba el técnico argentino "un partido de duelos", en el que el que ganara más en ese apartado del juego "estaría cerca de la victoria". Un choque de los que, a buen seguro, le hubiera gustado disputar como jugador y no desde el banquillo.

Orden rojiblanco

Lo cierto es que ninguno de los dos conjuntos rehuyó la brega. Con Saúl en el centro del campo y con la continuidad en la apuesta por Marcos Llorente en la punta del ataque, acompañado en esta ocasión por un Griezmann descansado tras rotar en Liga ante el Almería, en lo que era un aviso de lo que estaba por venir. Avisado por los (malos) precedentes de esta temporada fuera de casa, saltó el Atlético al césped del Giuseppe Meazza con las orejas tiesas, concentrado e impidiendo cualquier. Ordenado y buscando hacer daño a la contra redujo a la nada el previsible arreón inicial interista.

Tuvo, de hecho, la primera ocasión del choque con una internada de Lino por la banda izquierda que no acertó a rematar Llorente. Corría el minuto 15 y lo que parecía un aviso acabó en convertirse en un oasis, lo único potable en ataque de los colchoneras en toda la primera mitad. Porque el buen inicio del Atlético se tornó, poco a poco, en un dominio del Inter que, sin destaparse mucho, se hizo con la pelota e incluso pudo incluso adelantarse al aprovechar dos errores en la salida del balón de De Paul y de Koke. Solo un omnipresente Witsel, gigante y rejuvenecido este año como central, evitó que Thuram y Lautaro pusieran en ventaja a los nerazzurri.

Lesiones de Giménez y Thuram

La vuelta del descanso trajo consigo dos cambios, uno por cada bando y ambos obligados. Thuram, quizás el jugador más peligroso del Inter en los primeros 45 minutos, dejó su sitio a Arnautovic y Gímenez, de nuevo tocado, hizo lo propio y fue reemplazado por Savic. Unos cambios que removieron el orden de la primera mitad y dieron paso a los minutos más abiertos del choque, en los que el Inter demostró porque es el vigente subcampeón de Europa.

Pudieron los italianos adelantarse en un par de ocasiones muy claras, pero Arnautovic, frío en su entrada al campo, marró cuando lo tenía todo a favor tras un gran centro de DiMarco, primero, y después tras una gran pared en la frontal con Lautaro. Reordenó el Cholo la zaga con la entrada de Reinildo por Mario Hermoso y dio entrada a Morata, al que hace una semana ni se le esperaba tras lesionarse en Sevilla, para tratar de dar oxigeno al equipo.

Poco pudo hacer el delantero, que se dedicó a sumarse a sus compañeros en el intentó de achicar aguas ante las acometidas cada vez más frecuentes del Inter, que encontró el premio a diez minutos tras un error clamoroso entre De Paul y Reinildo.

En una jugada sin aparente peligro, ni el mozambiqueño ni el argentino fueron todo lo contudente que debían y dejaron a Lautaro solo ante Oblak, que se impuso en el mano a mano pero no pudo hacer nada en la segunda oportunidad, remachada por Arnautovic a puerta vacía.