El Barça sobrevive al límite con un Xavi a la defensiva

Cada partido del Barça se convierte en un ejercicio agonístico. Casi un asunto de vida o muerte deportiva. Da igual que sea al final de 2023 o al inicio de 2024. Poco importa también la calidad del rival porque le ocurre con el Almería, colista de Primera, incapaz de ganar en cinco meses, o Las Palmas, una de las revelaciones, junto al Girona, al que ganó de penalti y en el tiempo añadido.

Sobrevive el Barça siempre por la mínima, destapando, al mismo tiempo, la versión más defensiva de Xavi, quien transita de "la mayor bronca", como confesó él mismo, en Montjuïc a una "charla corta" en el vestuario de las islas canarias para despertar a un equipo que reproduce sus errores. Tira las primeras partes y reacciona luego en las segundas, siempre bordeando el precipicio.

Pero, como recuerda Xavi, continúa "vivo" en todo, pendiente ahora solo del resultado. ¿El juego? Ni lo mira porque sigue sin hallar la estabilidad necesaria. Vive agarrado al resultado, mirando únicamente al marcador, aunque vaya con la lengua fuera para que no se le escape el Madrid ni tampoco el Girona, que tiene a siete puntos justo cuando se inicia la segunda fase de la Liga.

Victorias al final

No resulta, por lo tanto, nada casual que haya ganado 13 de sus 16 partidos por la mínima. Con apenas un gol de diferencia. O sea, el 81%. Contrasta, por ejemplo, con el equipo de Ancelotti, que logrado 10 de sus 21 triunfos por tan ajustado margen. O sea, el 40%. Y contrasta con el conjunto de Míchel, que ha sumado nueve victorias de 17 por un gol de diferencia. O sea, el 52%.

Los tres han coincidido, sin embargo, en el mismo aire de triunfo épico. A la salida de un córner (y en el minuto 80) llegó el gol decisivo de Rüdiger para abatir al Mallorca. En el tiempo añadido soltó Iván Martín el punterazo que tumbó al Atlético. Y en el tiempo añadido llegó el penalti marcado por Gündogan. Penalti que quiso tirar João Félix y acabó marcando el alemán.

Tiempos de penurias y sufrimiento para todos, aunque en el caso del Barça se arrastran desde hace meses. "¿Vistes los partidos cómo fueron?", le preguntó Xavi a una periodista en la sala de prensa del Estadio Gran Canaria refiriéndose al 1-0 del Madrid al Mallorca y el 4-3 del Girona al Atlético. "A todos les cuesta mucho ganar, mira Osasuna. Le ha costado también ganar al Almería. Está todo muy igualado. Es el fútbol de hoy en día", precisó en referencia al 1-0 del equipo navarro en El Sadar. 

No gana un partido por más de un gol de diferencia desde el pasado 19 de septiembre cuando goleó al Amberes en Montjuïc (5-0). Luego, encendió el ‘modo supervivencia’ que se ha prolongado durante más de tres meses. Y eso lo nota el equipo en su rendimiento. "Nos deberemos acostumbrar a que difícilmente ganaremos por goleada, no solo nosotros", confesó Xavi.

João Félix, suplente; Lewandowski, sustituido

Se agobia el Barça y no mejora. "El partido requería atacar espacios y tener calma. Calma y paciencia para mover el balón de un lado a otro", reconoció el entrenador, asumiendo que nada de todo eso se vio en la nefasta primera parte.

"En la segunda parte lo entendieron bien. Los calmé al descanso y para mí era un día difícil porque mi calidad como jugador era hacer el último pase. Y nos faltaba ese último pase", admitió el técnico.

Ha ido Xavi activando todos los mecanismos a su alcance (bronca pública al equipo, João Félix al banquillo como primer señalado, sustitución de Lewandowski, con 1-1 en el marcador, algo nunca visto antes) para reanimar al Barça.

Ha ido activado Xavi todos los mecanismos a su alcance (bronca pública al equipo, cambios drásticos en el once y sustituciones simbólicas) para reanimar al Barça.

No para de mandar mensajes. Se le ve preocupado y nervioso. El jueves recibió una tarjeta amarilla en el minuto 19 cuando denunció, y con razón, una falta no pitada a Sergi Roberto en el centro del campo. "Fue amonestado por protestar, y de forma ostensible, una decisión mía desde el área técnica", escribió luego el colegiado González Fuertes en el acta arbitral.

Actúa en la pizarra. Interviene desde el banquillo. Chilla a sus jugadores como hizo con Raphinha, por ejemplo. Y se reinvidica en la sala de prensa. "Claro que tenemos argumentos para ganar la Liga. Muchos. Comenzando porque somos los vigentes campeones. Ese es el argumento principal. ¡Así que respeto por los vigentes campeones!", exclamó Xavi, anunciando, al mismo tiempo, que “lo intentaremos de nuevo porque estamos allá, estamos vivos”.

"Claro que tenemos argumentos para ganar la Liga. Muchos. Comenzando porque somos los vigentes campeones. Ese es el argumento principal. ¡Así que respeto por los vigentes campeones!"

Xavi

— Técnico del Barça

Pide respeto el técnico. Y reclama a los periodistas que "no busquen polémica" cuando se le preguntó por la suplencia de João Félix y la sustitución de Lewandowski. "Aquí todo el mundo trabaja y corre para el equipo desde que soy entrenador. No hay ningún problema".

Tampoco le importa recriminarle a una periodista su pregunta. “Siempre hacéis las suposiciones de manera negativa. Me hace gracia”, dijo adornando esa respuesta con una sonrisa para atenuar la dureza. "A otros entrenadores no se las hacéis", apuntó después sin dar nombres de esos colegas. "Si se ha ganado, ¿para qué haces la suposición? Ya no va a pasar. Me parece absurdo. ¿No te parece? Pues, entonces es absurdísimo", argumentó Xavi concluyendo su exposición con más sonrisas.

"Siempre hacéis las suposiciones de manera negativa. Me hace gracia. A otros entrenadores no se las hacéis"

Xavi

— Técnico del Barça

El Barça va a remolque en cada partido. "Otra vez hemos tenido que remar", reconoció el entrenador, poniendo en valor que "ningún equipo "le había remontado antes al Las Palmas, por lo que tiene mucho mérito". Y así sobreviviendo se asoma este domingo a la Copa del Rey en Barbastro y la próxima semana a la Supercopa en Riad con la semifinal (jueves 11, 20.00 h) ante Osasuna.

A "remar", que diría Xavi, le toca a su equipo que emite señales negativas en su fútbol, pero sobrevive con triunfos por la mínima.