El Barça-Oporto, la clásica y tensa final de noviembre

Lejos de percibirse una contenida emoción por la posibilidad de sellar el pase a los octavos de la Champions como primero de grupo y en la penúltima jornada de la liguilla, el Barça anda en unas de sus cíclicas depresiones. A punto de disputar “una final” de esas de noviembre, dijo Joao Cancelo, sin trofeo ni título, final para la que no se sabe aún si podrá jugar Marc André Ter Stegen, que probará antes del encuentro ante el Oporto (21 h.) si puede aguantar los dolores lumbares que le imposibilitaron jugar en Vallecas.

Una nebulosa de amenaza le han dibujado a Xavi Hernández en el horizonte. La insuficiencia de la reacción futbolística ni la mejoría de los resultados ensombrece el panorama del equipo y el futuro del entrenador, y así se lo ha hecho saber el club mediante el gesto simbólico del domingo, cuando Joan Laporta acudió a ver al Barça Atlètic.

¿Foto con mensaje?

Llamó la atención, justo al día siguiente del empate de Vallecas, la visita del presidente al filial jugando fuera de casa por inusual -en Palamós, donde visitaba al Cornellà, que juega de local en la localidad gerundense- y porque sus presencias en el Johan Cruyff son mínimas.

La comparecencia no se debió tanto a su interés del presidente por la evolución de las promesas ni para felicitarlas por la victoria (0-2), sino para que se relacionara con su deseo de ver de cerca a Rafa Márquez ejerciendo de entrenador. La cuenta del Barcelona Atlètic se encargó de difundir la imagen de Laporta en el vestuario. Es el único candidato para suceder a Xavi si la junta decidiera tomar la drástica medida de destituir al egarense si los resultados no experimentan una evolución positiva.

Señal de unión

"Es una señal de que estamos todos unidos", interpretó Xavi de la imagen, dando categoría de normalidad a las visitas del presidente, y dando por supuesto que las cotidianas visitas al vestuario del primer equipo tras los partidos son igual de frecuentes al del femenino y a los de las secciones.

El choque con el Oporto se erige en una suerte de momento culminante. Anda en juego la clasificación por primera vez en tres años, frustrada en la anterior jornada por una inaceptable derrota con el Shakhtar Donetz en Hamburgo. “Será un punto de inflexión”, aventuró Xavi. Para bien o para mal.

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Jugadores a gusto con el plan

El técnico no acusa ningún tipo de inquietud. Eso dice. Ni por arriba ni por abajo. "Siento la confianza total de Laporta y de Deco, hablamos a diario y me transmiten esa confianza", dijo Xavi sobre la actitud de la dirigencia. “Los jugadores están a gusto con el plan de juego, están a gusto con el sistema y el planteamiento, el vestuario permanece unido”, aseguró de lo que capta de la plantilla.

El error de Hamburgo puede corregirse hoy: el triunfo comporta el acceso a las eliminatorias como primero, a no ser que el Shakhtar firmara goleadas antológicas ante el Amberes y al Oporto en la última jornada, que estaría ventilándose la clasificación. El empate brinda la clasificación virtual. Una derrota aún dejaría margen para la enmienda en la última jornada en Amberes, y entraría en discusión la diferencia de goles con el Shakhtar si fuera el oponente en el desempate.

La mitad de derrotas

¿Seguiría entonces Xavi en el banquillo? Después del Oporto aparecen dos exámenes finales ante rivales que aquilatarían la fortaleza del entrenador azulgrana: el Atlético, que ya ha adelantado al Barça en la tabla (ytiene un partido menos), y el Girona, vara de medir que colabora en erosionar al técnico de Terrassa por la vía de la comparación. De los resultados y, sobre todo, por el juego.

El Shakhtar-Amberes se disputa antes (18.45 h.) y un empate o una derrota ucraniana relajaría a los azulgranas, abrumados por una inesperada avalancha de presión por el mal juego más que por los males resultados. El equipo lleva la mitad de derrotas que el año pasado (cuatro) a estas alturas.

El exmadridista Pepe reaparece ante el Barça con el honor de ser el jugador más viejo en marcar en la Champions.

Vuelve Pepe

El duelo con el Oporto devuelve la visita de un antiguo ogro culé, en la figura de Pepe. Con el Sevilla reapareció Sergio Ramos, el futbolista español más expulsado de la historia y con el Oporto se presenta Pepe, tan violento como su expareja del Madrid, pero con el honor de ser el jugador de campo más viejo en marcar en la Champions.

Con 40 años y 254 cabeceó el 2-0 al Amberes en la última jornada. Enfrente tendrá a Lamine Yamal, todavía pendiente de convertirse en el más joven de la historia de la competición cuando anote. Con 16 años, tiene toda la competición (hasta donde llegue el Barça) para superar a su excompañero Ansu Fati (17 años y 40 días).

"Mentalidad ganadora no creo que falte; tenemos un equipo muy joven, sin experiencia, y eso se va cogiendo con los años"

João Cancelo

— Defensa del Barça

Los jóvenes

En Lamine, en Pedri, en Balde, en el añorado Gavi, a quien operan hoy de los ligamentos cruzados de la rodilla, pensaba João Cancelo al reflexionar sobre cuál era el mal del equipo. Y no es la calidad de los canteranos.

"Mentalidad ganadora no creo que falte, yo siempre he visto al Barça ganar, pero falta experiencia; tenemos un equipo muy joven, sin experiencia, y eso se va cogiendo con los años", explicaba el futbolista portugués, tras asegurar que a él no le afectan las críticas.