Deporte y salud

"Se sale de un TCA cuando tienes una motivación más grande que adelgazar"

"En determinadas prácticas deportivas donde se tiene una imagen concreta de la mujer puede haber más riesgo", afirma Sara Bujalance, directora de l'Associació contra l'Anorèxia i la Bulímia (ACAB)

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Jana Sagués, en el centro, durante la actuación 'No em vinguis amb cuentus'

Jana Sagués, en el centro, durante la actuación 'No em vinguis amb cuentus' / CPA Olot

Jordi Grífol

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Recuperarse de un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) es posible. De hecho, un 70% de las personas que lo han sufrido se recupera si recibe el tratamiento adecuado, según cifras de l'Associació contra l'Anorèxia i la Bulímia (ACAB). Una de las claves para que una persona pueda superar la enfermedad, además de recibir tratamiento específico, es tener una motivación, alguna ilusión que remueva a la persona para que quiera afrontar lo que padece.

"Se sale de un trastorno de alimentación cuando tienes una motivación más grande que el hecho de adelgazar. Cualquier motivación es fundamental para salir de un TCA, desde el deporte a querer empezar una carrera, tener hijos...", explica a este diario Sara Bujalance, directora de la asociación. "Se trata de un trastorno complejo y difícil de superar, ya que requiere mucho esfuerzo y el promedio de tiempo para superarlo se sitúa alrededor de los cuatro y cinco años. Por eso es tan importante que la persona tenga una motivación", añade.

La pandemia, disparador de casos

El confinamiento en casa a causa de la pandemia hizo que se produjera un aumento significativo de trastornos alimenticios. Desde la asociación, del 2019 al 2022 han tenido un incremento del 82% en casos tratados, pasando de 291 personas en 2019 a 530 en 2022. En 2020, el año de la pandemia, atendieron a 598 personas. "El confinamiento acabó siendo la tormenta perfecta. En líneas generales, aumentó el nivel de ansiedad general. En personas que ya tenían una predisposición a sufrir un trastorno alimentario, la vida sedentaria disparó los pensamientos, las conductas y las sintomatologías propias de un TCA", declara Bujalance.

En un 97% de los casos, la persona afectada es una mujer, en la mayoría de casos joven - entre 12 a 25 años -. "La causa concreta y completa de un TCA no es conocida, pero sí tenemos identificados diferentes factores de riesgo que pueden hacer aumentar las posibilidades de sufrir este tipo de enfermedades. Ser mujer y adolescente serían las más importantes", explica. "Haber sufrido obesidad infantil o determinados rasgos de personalidad (personas con tendencia a la rigidez, a la necesidad de control, perfeccionistas, autoexigentes, impulsivas, con baja autoestima...) pueden favorecer la aparición de un TCA. También se conoce que hay una predisposición genética, que aparece si se ve estimulada por el entorno. Y la presión social en nuestra sociedad, especialmente para las mujeres, es muy alta y presente en todos lados, y con las redes sociales ha incrementado", detalla.

En el deporte de élite también se han dado casos de trastornos alimenticios. "En determinadas prácticas deportivas donde se tiene una imagen concreta de la mujer como en el patinaje, la danza o la gimnasia rítmica puede haber más riesgo. También para aquellos deportistas que tengan que hacer un control rígido de la ingesta calórica. En estos casos, es muy importante que los entrenadores y educadores que trabajan con estos jóvenes sean muy conscientes de esto y los acompañen desde la salud, el respeto a la diversidad corporal y evitando que aparezcan comportamientos obsesivos y controladores", expresa Bujalance.

Tomar conciencia, el gran reto

"Tomar conciencia es lo más difícil". El 70% de las personas que sufren un TCA se recuperan, mientras que en un 25% se cronifica y en un 5% de casos resulta mortal. En cualquier caso, "resulta imprescindible hacer un tratamiento especializado". El principal escollo con el que se encuentran las personas que sufren este tipo de enfermedades es que resulta muy complicado ser consciente de la enfermedad. "Es muy habitual que, pese a estar muy mal, la persona no sea consciente de la enfermedad. Sin esa toma de conciencia difícilmente se puede enfrentar al trastorno. Para ello, es muy importante que la persona pueda ir identificando los cuerpos de la enfermedad. Todo aquello que la enfermedad le está quitando", concluye.