Opinión | El pataleo

Josep Pedrerol

Josep Pedrerol

Periodista

Alonso, qué grande eres, por Josep Pedrerol

Alonso hace magia para volver al podio en Brasil

Laporta, Negreira y el Clásico

Verstappen y Alonso, primero y tercero, se rocían mutuamente en el podio de Brasil.

Verstappen y Alonso, primero y tercero, se rocían mutuamente en el podio de Brasil. / Nelson Almeida / AFP

Lo que hizo este domingo Fernando Alonso pasará a la historia. Tal cual. Defender la posición y derrotar al Red Bull de Checo Pérez, a un coche tan superior, es algo prácticamente imposible. Pero no hay piloto como el asturiano, con esa astucia, experiencia y arrojo para jugárselo todo a cara y cruz... y alcanzar un podio por el que casi nadie habría apostado a falta de diez vueltas. 

Ritmo, consistencia, velocidad y fiabilidad para poder doblegar al mexicano. Fernando pilotó, de nuevo, un coche a la altura de su inmenso talento y el resultado sabe a victoria después de todo lo vivido en las últimas carreras. Así es el deporte, un carrusel de emociones, de sensaciones, de alegrías y tristezas. Por eso nos apasiona tanto. Para el recuerdo, además del duelo con el segundo de los Red Bull, el adelantamiento a Hamilton en la salida. Sin DRS, de tú a tú, por puro talento. Fernando ha demostrado una vez más que la ilusión le gana al tiempo, que la pasión vence a la edad. 

La semana más movida

Fernando siempre está en el foco, pero la semana pasada ha sido seguramente la más movida de la temporada para él. Los rumores de un posible fichaje por Red Bull alteraron el ecosistema de la Fórmula Uno y, por supuesto, la paz mental de Fernando, enemigo de todo aquello que no puede controlar. Por eso salió ante la prensa y zanjó el asunto a su manera: con contundencia. Ni se va de Aston Martin ni será el compañero de Verstappen

No sonaba nada mal, la verdad. Habría sido un sueño ver a los mejores pilotos, separados por 16 años, compitiendo con las mismas armas. Lo más parecido al Senna-Prost que revolucionó el campeonato en su día. Pero volvamos a la realidad, a lo que tenemos, que no es poco. La 33, tan ansiada, tan comentada, se había alejado en los últimos grandes premios. Pero, cuando casi nadie lo esperaba, llegó la resurrección. 

Esperemos que lo de Brasil no haya sido algo esporádico, que el bache esté superado y que el sueño de volver a ver a Fernando en lo más alto siga en pie durante mucho tiempo.