La amarga queja de María Pérez y Álvaro Martín tras sus históricos cuatro oros

El pásado fin de semana se produjo una de aquellas paradojas que comprometen tanto la cobertura deportiva como la atención de un país. Mientras la selección femenina de fútbol disputaba, y también ganaba, por primera vez un Mundial de fútbol, dos marchadores, también españoles, se colgaban oros en los Mundiales de Budapest sin que nadie reparara demasiado en la hazaña.

De hecho, ni siquiera Televisión Española pudo captar en directo el triunfo de Álvaro Martín en los 20km marcha del sábado al estar condenada a depender de la señal internacional. Mientras que María Pérez, que salió también campeona el domingo en la misma prueba, quedó desdibujada ante el éxito futbolístico en Sídney. Y, por supuesto, ante el comportamiento del presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, tanto en el palco como en la celebración, especialmente con el beso a la jugadora Jenni Hermoso.

Este jueves, después de que Álvaro Martín y María Pérez hayan conquistado una hazaña nunca antes vista en el atletismo español, repetir el oro en el Mundial, esta vez en la prueba de 35km marcha, el lamento ante la desatención ha sido del todo inevitable.

Después de llorar, de alzar los brazos, y de tratar de recomponerse ante el tremendo esfuerzo, María Pérez reclamó la atención. Y no tuvo inconveniente en expresar su lamento: "Hago una reflexión, y la hago muy bonita. El domingo fui campeona del mundo. Álvaro lo fue el sábado. Pero el domingo fueron 24 las campeonas del mundo. Porque las del fútbol ganaron. Y aunque el beso de Rubiales se ha hecho muy viral... Mañana nosotros vamos a ser portada. Porque hemos tenido que hacer lo mismo que hicimos el sábado, y el domingo, para que la gente nos quiera un poco".

Una reflexión a la que atendía el atleta extremeño Álvaro Martín, aprobándola mientras acompañaba por las calles de Budapest a la granadina María Pérez.

La marcha, una de las disciplinas puestas en duda en los últimos años por los capitostes del atletismo al considerarla poco espectacular, continúa siendo un motivo de orgullo para una España que, pese a todo, continúa dándole la espalda.