Márquez y sus colegas recaudan 120.000 euros para su ONG africana

Liderada por el norteamericano Randy Mamola, un mito en el mundo de las carreras, la ONG de los pilotos intenta paliar la falta de asistencia sanitaria en varios países de África

Marc Márquez

Marc Márquez / ALEX FARINELLI

Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Es uno de los momentos más estelares del Mundial de MotoGP. Es uno de los instantes más esperados y deseados por los pilotos y por los 2.000 habitantes del ‘paddock’ del campeonato de motociclismo, porque es la acción que más ilusión genera en todos ellos.

Se trata de la subasta que, anualmente, se celebra los jueves del Gran Premio de Inglaterra, que se celebra este fin de semana en el popular e icónico trazado de Silverstone, en beneficio de las dos instituciones que, creadas por el expiloto norteamericano Randy Mamola, contribuyen a paliar, en la medida de lo posible, las necesidades médicas de un puñado de países africanos.

La subasta de este año, celebrada ayer, ha recaudado, de momento, 120.000 euros (faltan aún otro tipo de ingresos como entradas o donaciones varias) y tuvo como máximas estrellas al catalán Marc Márquez (Honda) y, también, también, al francés Johann Zarco (Ducati), dos treinteañeros con gran tirón mediático.

Lo más cotizados

Hubo cuatro recuerdos por los que todo el mundo pujó un montón de libras, de euros, y que convirtieron la tarde en una subasta de lujo. Hubieron dos piezas únicas del ‘paddock’, de los pilotos, y dos piezas muy, muy, especiales, que, sin duda, fueron las que generaron más ingresos. Las dos piezas de MotoGP que más dinero recaudaron fueron unas botas de Márquez, por las que se llegaron a pagar 4.700 euros y un precioso casco de Zarco, que recaudó 3.500 euros.

Los objetos especiales, uno de ellos con una preciosa historia detrás, fue un cuadro de leyendas de MotoGP del pintor Rémi Bertoche, por el que se llegó a pagar 10.000 euros y una curiosísima y valiosa galería de ‘rodilleras’ (en el argot del motociclismo se llaman ‘sliders’, deslizaderas) utilizadas y firmadas por todos los pilotos de la parrilla de MotoGP.

Johann Zarco, con su casco, uno de los objetos más valorados en la subasta benéfica de ayer en Silverstone (Inglaterra).

Johann Zarco, con su casco, uno de los objetos más valorados en la subasta benéfica de ayer en Silverstone (Inglaterra). / JESÚS ROBLEDO

Esta espectacular colección, por la que un aficionado pagó 6.000 euros, es un logro del simpático joven italiano Matteo Sichei, hijo de Roberto Sichei, colaborador del italiano Lucio Cecchinello, propietario del equipo Honda LCR. Matteo se ha pasado los primeros ocho meses del 2024 pidiéndole a los pilotos que le regalaran una de sus ‘rodilleras’ firmadas “para la subasta de Silverstone”. Y todos cumplieron. De forma y manera que Matteo y papá Sichei se presentaron un el escenario de la subasta con un objeto único y maravilloso.

El norteamericano Randy Mamola es una de las mejores personas que uno puede cruzarse en el ‘paddock’ del Mundial. Mamola es, a sus 63 años, uno de los pilotos más populares de todos los tiempos, cuatro veces subcampeón del mundo de 500cc con Suzuki (1980 y 1981), Honda (1984) y Yamaha (1987) y uno de los mayores benefactores que existen en el mundo de las dos ruedas y la velocidad tras crear, en 1996, Riders for Health (Pilotos por la Salud), una ONG que intenta, con la ayuda del mundo de las motos, mejorar la asistencia sanitaria en los pueblos más desamparados de África.

"Al principio, nos costó mucho entrar en esos países. Nadie creía que las motos pudiesen prestar un servicio útil a la población, pero ahora necesitaríamos un montón de ellas para cubrir todas las necesidades"

Randy Mamola

— Mítico piloto norteamericano de 500cc

La acción estrella de cada año de esta ONG, ahora reconvertida en Two Wheels For Life (Dos ruedas para la vida), presidida por Maria González, esposa de Carmelo Ezpeleta, máximo responsable de Dorna y el Mundial, es la subasta de Silverstone, un antiguo aeropuerto militar reconvertido en uno de los mejores trazados del mundo. Mamola trabaja durante todo el año, en compañía de muchas personas del Mundial, para recoger fondos, llegar a acuerdos con Honda y Yamaha y conseguir motos muy, muy, especiales y sofisticadamente equipadas, para actuar, en siete de los muchos países africanos necesitados, a paliar las necesidades médicas de su población. Two Wheels For Life actúa, de momento, en Zambia, Liberia, Nigeria, Kenya, Gambia, Malauí y Zimbabue, pero no descarta ampliar su radio de acción a medida que aumenten las ayudas.

¿Cómo lo hacen? “No es fácil, pues lo primero que te encuentras cuando te presentas ante los gobiernos de esos países para explicarles tu modesto proyecto es una enorme incredulidad. ¿Motos, en nuestro país? no puede, ser, no sirven de nada, no solucionarán nuestro problema, olvídese”, cuenta Mamola, tras la exitosa subasta de objetos de pilotos del Mundial que vivimos ayer en Inglaterra. “Cuando les explicas que nosotros nos cuidaremos de todo, desde la llegada de los vehículos hasta su mantenimiento y logística, te dejan poner en marcha tu idea. Y, a partir de ahí, solo recibes agradecimiento porque, en efecto, las autoridades son las primeras, junto a los pobladores, que se dan cuenta de que nuestra ayuda, modesta, sí, es fructífera, mejora la salud de sus gentes, casi todo tribus o pobladores de diminutos enclaves totalmente aislados, además de disminuir la mortandad y evitar, sobre todo, la muerte de cientos de bebes”.

Iker Lecuona, Matteo Sichei y Takaaki Nakagami, con la galería de rodilleras de MotoGP.

Iker Lecuona, Matteo Sichei y Takaaki Nakagami, con la galería de rodilleras de MotoGP. / EMILIO PÉREZ DE ROZAS

Desde que se puso en marcha, Riders por Health y, luego, Two Wheels For Life, han suministrado 2.000 motos en esos siete países africanos, que han dado, que dan, servicio a cerca de 20 millones de personas muy, muy, necesitadas, no solo de médicos, de enfermeros/as, sino también de maestros. “La moto es el único vehículo adecuado para esas funciones y útil en esas circunstancias. Evidentemente que podríamos hacer el mismo despliegue o servicio con vehículos, especialmente todo terrenos, pero su alto coste haría que las marcas nos suministrasen muy pocos y, por tanto, la ayuda sería muchísimo mejor”, continúa explicando el tetrasubcampeón del mundo.

Partos con garantías

Las motos sirven, fundamentalmente, para desplazar, a lo largo de grandes extensiones, a los médicos o servicios sanitarios a los poblados en los que se instalan pequeñas salas de atención a niños, embarazadas y personas mayores que, en fechas determinadas, pueden acudir a su cita semanal, quincenal o mensual con un doctor, sabedores de que estará allí, porque la moto les llevará puntualmente, cosa que no ocurría antes y desesperaba a los pobladores que, después de caminar cinco, diez o quince kilómetros para ser vacunas o atendidos de su embarazo ¡o parto!, desistían de volver a realizar el desplazamiento al no entrar al sanitario que le habían prometido.

“Es evidente que, aunque Honda y Yamaha nos ayudan mucho, cuanto más dinero tengamos y recaudemos, más posibilidades tenemos de garantizar e, incluso, aumentar ese servicio que, insisto, por modesto que sea, nos llena de orgullo pues, en las zonas donde actuamos, los partos se realizan con garantías y la mortalidad global ha descendido muchísimo”, concluye Mamola.