¿Qué hacen las demás ligas europeas en casos de racismo como el de Vinicius?

Los insultos racistas de la grada de Mestalla hacia Vinicius mancharon el prestigio de LaLiga. Con el partido entre el Valencia y el Real Madrid, la cifra subió hasta a 10 denuncias en diferentes estadios por comentarios racistas hacia el jugador brasileño.

Sin embargo, parece que estas 10 denuncias han sido muy poco efectivas. Los comentarios racistas hacia el jugador del Real Madrid se han ido repitiendo a lo largo de la temporada ante la falta de sanciones severas. Tres de ellas fueron archivadas por las Fiscalías de Barcelona, Baleares y Madrid, respectivamente, por distintos motivos.

La patronal de los clubes no tiene competencias para actuar contundentemente, cerrando un estadio o deteniendo un partido. La legislación vigente no le permite poner sanciones administrativas y disciplinarias, que recaen unas en el Gobierno y otras en en el Código Disciplinario de la RFEF.

Solo el Comité de Competición de la RFEF o, en última instancia, el Consejo Superior de Deportes pueden actuar de forma más ejecutiva en este tipo de casos.

¿Qué hacen las demás ligas europeas en casos de racismo?

Inglaterra

La asociación de fútbol inglesa (FA) puso en marcha un nuevo protocolo en la temporada 2020/2021, acordado con los representantes de los clubes, para endurecer las sanciones por actitudes racistas en los campos de fútbol. La nueva normativa incluye importantes sanciones económicas para los clubes en caso de que se produzcan actos discriminatorios por parte de sus aficionados. Entre estas sanciones, está la obligación de mejorar los dispositivos de vigilancia en los días de partido, lo cual puede tener un coste significativo para las entidades. La normativa también contempla el cierre total o parcial de los estadios. 

Al mismo tiempo, el Gobierno británico puso en marcha a mediados de 2021 modificaciones en la ley para frenar los ataques racistas en las redes sociales, que incluyen la posibilidad de que los infractores puedan ser impedidos de asistir a los estadios de fútbol en un período de 10 años. Unas modificaciones que se aprobaron tras los comentarios discriminatorios sufridos por varios jugadores de la selección inglesa tras la final de la Eurocopa 2020. El entonces primer ministro, Boris Johnson, se reunió con representantes de las empresas tecnológicas para forzarlas a tomar cartas en el asunto.

La organización ‘Kick it Out’, iniciada en 1993, ha revelado un aumento de las denuncias por actos racistas de un 41% respecto a la última temporada comparable antes de la pandemia. En el caso de las denuncias por abusos en las redes sociales, estas han descendido un 38%. Por su parte, la campaña ‘No Room for Racism’ trata de concienciar a los aficionados para que pongan en conocimiento de las autoridades cualquier acto discriminatorio que puedan presenciar, tanto en los estadios como a través de las redes sociales. LUCAS FONT (Londres)

Italia

En Italia los cánticos racistas y las pancartas homófobas contra los jugadores no son una novedad. Es un fenómeno que ocurre desde hace décadas y que no se ha aplacado en las gradas, a pesar de los esfuerzos de las autoridades. 

Uno de los últimos episodios que causaron revuelo involucró al atacante Romelo Lukaku que, durante un partido, fue insultado con expresiones como “macaco de mierda”. También, dirigiéndose a él, imitaron el sonido de los monos. 

Otros jugadores que han sufrido situaciones parecidas en Italia han sido Moise Kean, Kalidou Koulibaly, Tiemoué Bakayoko, Denzel Dumfries y el atacante serbio Dusan Vlahovic. Cosas que suceden muchos domingos. 

Eso sí, en el caso de Lukaku, la respuesta de las autoridades ha sido contundente. Gracias a las nuevas leyes contra el racismo en los estadios, la policía identificó a más de 171 hinchas, les fichó y aplicó una medida que contempla que no podrán acceder a manifestaciones deportivas alguna por un buen tiempo (de 3 a 5 años). IRENE SAVIO (Roma)

Francia

Los casos de racismo son habituales en los estadios de fútbol en Francia. Prácticamente, no hay un mes en que no se produzca un episodio de este tipo en la Ligue 1 o la Ligue 2. El último más sonado tuvo lugar con Houssem Aouar, futbolista del Olympique de Lyon, quien recibió una oleada de insultos en las redes sociales en marzo después de que oficializara su decisión de jugar con la selección argelina en lugar de la francesa.

Mucho más mediático resultó el enfrentamiento entre Álvaro González y Neymar, quien acusó en septiembre de 2020 al primero de haberle llamado “mono” durante un clásico entre el Olympique de Marsella y el París Saint-Germain. Al final, ese episodio terminó sin ninguna sanción. No llegaron a demostrarse los supuestos insultos racistas. Ante esta lacra persistente —incluso recientemente el entrenador del PSG, Christophe Galtier, fue acusado de comentarios racistas durante su etapa en el Niza—, los responsables de la Ligue 1 reciben críticas por inacción.

A pesar de ello, se pusieron las pilas en los últimos años. Como sucede en otras competiciones, abren investigaciones y aplican sanciones, sobre todo multas, cuando se identifican los autores de los insultos o cánticos racistas. La justicia ordinaria también se hace cargo de estas situaciones, cuando las denuncian asociaciones como SOS Racismo. Además, la Liga de Fútbol Profesional (LFP) creó en 2019 un fichero para identificar a los autores de comentarios y cánticos en este sentido.

Incluso, recientemente, la Ligue 1 y la Ligue 2 adoptaron las primeras retiradas de puntos relacionadas con casos de racismo. Así sucedió con el Toulouse, al que le retiraron el año pasado un punto tras los insultos racistas de un aficionado contra el portero del equipo rival. ENRIC BONET (París)