Entender más

El Shakhtar Donetsk, el equipo que ya no juega solo al fútbol

La guerra de Ucrania, en directo

El célebre equipo ucraniano ha puesto en marcha algunos proyectos benéficos, uno de los cuales en Barcelona

El soldado ucraniano de 35 años que está siendo tratado en el Instituto Guttman de Barcelona

El soldado ucraniano de 35 años que está siendo tratado en el Instituto Guttman de Barcelona

Irene Savio

Irene Savio

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Shakhtar Donetsk, uno de los equipos más importantes de Ucrania —originario de la homónima ciudad ucraniana hoy bajo ocupación rusa—, ya no se dedica solo a jugar al fútbol. También ha empezado a realizar una serie de actividades benéficas, principalmente a través de proyectos de ayuda a personas gravemente afectadas por el conflicto, entre ellas soldados heridos y niños huérfanos. La noticia fue divulgada primero por la agencia francesa AFP y ha dado la vuelta al mundo, traducida en varios idiomas.

La información también toca de cerca a España y, especialmente, a Barcelona. La razón es que uno de los beneficiarios es un soldado ucraniano con graves daños cerebrales que ha sido trasladado al Instituto Gutmann, según ha podido saber EL PERIÓDICO. Llegó el pasado 20 de marzo y seguirá varios meses en Barcelona, donde espera someterse a una delicada cirugía.

Su nombre es Vitaliy, tiene 35 años y fue herido durante un bombardeo cerca de Donetsk en agosto del año pasado. La gravedad de su situación, junto a la realidad de las dificultades que afronta el sistema sanitario ucraniano con la guerra en curso, hizo que el Shakhtar se interesara por él, han explicado a este diario fuentes del club.

Mensaje al fútbol español

El plan es también organizar pronto el traslado a la misma clínica de un segundo soldado. En este caso, se trata de una persona que fue herida cerca de la ciudad de Mariupol y que está consciente, pero no puede moverse. Otros dos combatientes, también parte del proyecto, han sido enviados a otros centros especilizados en Estados Unidos e Israel. Para un sexto soldado aún se está evaluando la mejor opción. 

El proyecto, explican las fuentes del Shakhtar, está completamente financiado por el equipo ucraniano y en parte ha sido posible gracias a una serie de partidos benéficos que se organizaron el año pasado para recaudar fondos junto con otros clubes europeos. "Nos gustaría que se añadan también los equipos españoles o, de no poder ser, que estos colaboren en cualquiera de nuestras iniciativas”, dice Yuriy Svyrydov, director de comunicación del Shakhtar. 

Además del programa para los soldados, el Shakhtar también mantiene otra iniciativa en Lviv, una casa-refugio para desplazados, que ha acogido a unas 2.000 personas. Y el equipo también tiene un proyecto para una treintena de niños huérfanos, más de la mitad de los cuales ya encontraron un nuevo hogar. 

Dario Srna

Dario Srna, exjugador del Shakhtar con un niño huérfano. / Shakhtar Donetsk

Equipo nómada

La historia es significativa también porque el Shakhtar Donetsk no es un equipo cualquiera. El club, fundado en 1936, es (como sugiere su nombre) originario de Donetsk, ciudad hoy bajo ocupación rusa y que el Shakhtar abandonó en 2014 cuando grupos de rebeldes prorrusos y el Eército ucraniano se enzarzaron en un brutal conflicto en el este de Ucrania que ha sido el preámbulo de la guerra actual

De hecho, el último partido en casa, en el entonces modernísimo estadio de Donetsk, el Shakhtar lo disputó precisamente el 2 de mayo de aquel año. Se enfrentaba entonces al Illichivets Mariupol y venció por 3-1, pero fue una victoria agridulce. Desde entonces, el destino del Shakhtar ha sido un reflejo más del drama de la guerra. En nueve años de conflicto en el este de Ucrania, el equipo ha jugado como anfitrión en cuatro distintos estadios de Ucrania (Donetsk, Járkov, Kiev y Lviv) mientras que en Polonia , en Varsovia, ha disputado los partidos de la Champions League.

Por si no fuera suficiente, tras el inicio la invasión, el año pasado, alrededor de 15 de sus jugadores extranjeros abandonaron el equipo, beneficiándose del visto bueno de la FIFA (razón por la que luego el equipo puso una queja contra esta organización). Y, además, desde el inicio del conflicto en 2014, incluso el propio propietario del Shakhtar, el millonario Rinat Ajmétov, ha estado a menudo en el punto de mira de una sociedad ucraniana ya menos dispuesta a los matices. Ajmétov, industrial de la minería y también propietario de la acería de Azovstal (donde se refugiaron los últimos defensores de Mariupol), ha asimismo tenido unos años aciagos, entre otros por sus diferencias con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que le ha acusado duramente de interferir con la política del país.

Vecinos y rivales

El Shakhtar está hoy compartiendo vecindario con el Dínamo de Kiev, su eterno rival (tanto que el partido entre los dos es el gran clásico de Ucrania). Aunque juegue como anfitrión en Lviv, es en la capital ucraniana donde el equipo de Donetsk entrena en la actualidad. 

Y el Dínamo tampoco es un equipo cualquiera. Uno de sus mayores mitos se remonta al llamado 'partido de la muerte', ocurrido en 1942. Ese año, en plena ocupación de la Alemania nazi, once jugadores del Dínamo y del Lokomotiv cometieron la imprudencia de derrotar a la selección de Hitler. Les habían avisado de no hacerlo y dejarles ganar, pero se negaron a colaborar con los nazis. Así, acabado el partido, muchos de ellos pagaron la osadía con la detención, la tortura y la deportación a campos de concentración. 

Suscríbete para seguir leyendo