Longevidad deportiva

Atletismo: Loles Vives, campeona a los 21 años y a los 65

La primera mujer que bajó de 12 segundos en 100 metros en España hace 44 años sigue en activo y el pasado marzo ganó el título de longitud en el Mundial Máster

Loles Vives. Torun 2023. Longitud

Loles Vives. Torun 2023. Longitud

José Carlos Sorribes

José Carlos Sorribes

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Fue la primera mujer que bajó de los 12 segundos en los 100 metros en España. Hace de ese 11.99 casi 44 años y sucedió en el estadio Joan Serrahima de Barcelona. Loles Vives Jorba tenía entonces 21 años. El pasado 28 de marzo, aquella explosiva y menuda velocista se proclamó campeona de salto de longitud en el Mundial Máster de Torun (Polonia), en la competición para atletas mayores de 65 años. Esta manresana con una vida volcada en el atletismo sigue saltando y corriendo a una edad en que la mayoría se dedica a pasear al perro y poco más. Y eso que ella soñaba de niña con ser gimnasta, pero en su ciudad no tenía instalaciones adecuadas para practicar la disciplina.

¿Qué lleva a alguien a seguir entrenando y compitiendo a los 65 años? «Lo hago porque me motiva y me ilusiona. Toda la vida me ha gustado competir, me lo paso muy bien. Es una forma de llevar una vida saludable, pero si solo fuera una cuestión de salud me daría más pereza». El secreto lo explicó hace unos años en 'Pacta con el diablo', un libro en el que detallaba «las 10 cláusulas para mantenerse joven y practicar deporte en plena forma», entre las que los buenos hábitos y una alimentación adecuada -es nutricionista- están en cabeza.

«Lo hago porque me motiva y me ilusiona. Toda la vida me ha gustado competir, me lo paso muy bien. Es una forma de llevar una vida saludable, pero si solo fuera una cuestión de salud me daría más pereza»

Todo empezó cuando acompañaba a su hijo Martí, hoy un renombrado músico de technopop miembro del dúo Juno con la cantante Zahara y entonces un vallista juvenil que prometía. El estadio Vallehermoso de Madrid fue el escenario de su reencuentro con el tartán. «Me enganché de nuevo», recuerda. Tenía entonces 39 años, se había retirado hacía nueve, había trabajado por breve tiempo como bióloga en Manresa, había ejercido de periodista en 'El Mundo Deportivo' entre 1988 -cuando se retiró- y 1992, y había tenido dos hijos. La segunda, Marta, es futbolista profesional en México tras haber pasado por el Rayo y el Betis.

Loles Vives, en la carrera que bajó de los 12 segundos en 100 metros con 11.99 en el estadi Serrahima en julio de 1979.

Loles Vives, en la carrera que bajó de los 12 segundos en 100 metros con 11.99 en el estadi Serrahima en julio de 1979. / Archivo

La segunda vida como atleta

En aquella época estaba en forma, eso siempre, porque tenía un proyecto personal bajo el nombre de Gymhome como entrenadora personal a domicilio. A partir de ese momento se inició la segunda vida como atleta de Loles Vives. «Empecé a competir a los 40 en categoría máster y hasta ahora, durante 25 años». Se centró más en la longitud, «no cansa tanto la preparación», que en la velocidad, su mejor especialidad, aunque no la dejó de lado. En ese camino hubo un periodo de rendimiento sobresaliente, con el récord mundial de 60 metros y el europeo de longitud. Entre los 45 y los 49 me puse muy en forma, entrenaba con mucha continuidad. Con 49 años hacía las mismas marcas que con 40», recuerda. Tenía entonces en casa a su entrenador, como en la actualidad. Era Martí Perarnau, exatleta olímpico, periodista y analista deportivo de reconocidísimo prestigio. «A él le motiva mucho entrenarme y me sabe llevar muy bien».

Poco a poco le tocó poner algo de freno a ese ímpetu competitivo porque las lesiones le hicieron ver que no podía mantener el ritmo. Hoy entrena dos o tres días en la pista, hace elíptica y considera «esenciales» los ejercicios de fuerza para mantenerse en forma, y los recomienda para cualquiera a quien le empiecen a pesar los años. «Con la edad hay que prevenir la sarcopenia, la pérdida de masa muscular y fuerza. Llega un día en que cuesta levantarse de una silla y si has trabajado la fuerza te resultará más fácil», subraya.

Loles Vives, en la semifinal de 60 metros del Mundial de Torun.

Loles Vives, en la semifinal de 60 metros del Mundial de Torun. / Raulet Gracia

Loles entrena en una pista municipal de Alcobendas, y antes de la pandemia lo hacía habitualmente en el Centro de Alto Rendimiento del INEF de Madrid junto a atletas de élite como el propio Orlando Ortega, subcampeón olímpico de 110 metros vallas en Rio-2016, bajo las órdenes del hispanocubano Alexis Sánchez. «Lo disfruté mucho, me sentía una más», recuerda de aquella época. 

Una categoría en crecimiento

Años después es una de los 300 atletas máster, «más o menos», que hay en España de una modalidad que vive una época de considerable crecimiento. «El 31% de las fichas de la federación española de atletismo son de atletas veteranos, y en el Mundial de Torun había 4.100 participantes», explica.

Loles Vives, en una prueba de salto de longitud de una campeonato máster.

Loles Vives, en una prueba de salto de longitud de una campeonato máster. / Lucio J. Martínez

En el atletismo máster, las categorías, a partir de los 35, se establecen en grupos de cinco años. Y se apuntan tanto quienes han competido a gran nivel cuando eran jóvenes, como ella, o quienes lo hacen a una edad más tardía. «En las competiciones coincido con algunas atletas con las que había corrido de joven y también hay gente que fueron estrellas en su día como los saltadores Willie Banks, de Estados Unidos, y James Beckford, de Jamaica».

«Yo seguiré hasta que el cuerpo aguante. Tengo el sueño utópico de correr una prueba de 100 metros con 100 años. Y digo utópico porque no hay antecedentes en mi familia de centenarios»

También cuenta la categoría con un reglamento diferente. Por ejemplo, en los controles, no en los campeonatos, pueden celebrarse pruebas mixtas. La normativa de las salidas falsas es la que permitía una antes de la descalificación, y no como la actual que supone quedarse fuera a la primera. O se acepta, por razones obvias, salir de pie en las pruebas de velocidad. No lo hace, sin embargo, un atleta japonés de 92 años que en Torun ganó los 60 metros con casi 20 metros de ventaja.

«Yo seguiré hasta que el cuerpo aguante. Tengo el sueño utópico de correr una prueba de 100 metros con 100 años. Y digo utópico porque no hay antecedentes en mi familia de centenarios», comenta. Y aún sigue intacta esa rabia competitiva cuando mira las marcas y los cronos de hoy. «Cuesta mucho asumirlo cuando miras los cronos. ¡Cómo es posible que corra tan lenta!». A eso se le llama exigencia.  En Torun ganó la medalla de oro en longitud con 4,09 metros (5,86 fue su mejor marca en 1981) y fue bronce en 60 metros con 9.33 (7.78 fue su mejor marca en 1979). Yaún tuvo tiempo de correr los 200 metros, fue sexta, en 33.34 segundos en la final, y 33.23 en la semifinal, récord de España W65. 

Suscríbete para seguir leyendo