Atletismo

Los Ingebrigtsen, en la Carrera dels Nassos

La estrella noruega y sus dos hermanos encabezan la prueba barcelonesa con la que se cierra la competición popular en 2022

Jakob Ingebrigtsen, por delante de su hermano Henrik, celebra la victoria en los 5.000 metros en Berlín.

Jakob Ingebrigtsen, por delante de su hermano Henrik, celebra la victoria en los 5.000 metros en Berlín. / EFE / SRDJAN SUKI

Gerardo Prieto

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Los Ingebrigtsen al completo, con Filip, Henrik y Jakob, se disponen a dejar huella en Barcelona compitiendo en la Cursa dels Nassos, la última carrera del año en Barcelona. Jakob, el menor de esta saga de corredores de media distancia noruegos, vigente campeón olímpico de 1.500, pretende además mejorar la plusmarca mundial de cinco kilómetros que ostenta el etíope Berihu Aregawi  (12.49 minutos), lograda hace un año en el mismo circuito.

Con tan solo 22 años, el menor de los Ingebrigtsen lo ha ganado casi todo en el 1.500 y 5.000, distancias que exigen velocidad, resistencia y táctica como ninguna otra para triunfar. Su dominio como 'mediofondista largo' ha conseguido romper el monopolio africano y situar a un rostro pálido por delante del hasta hace poco incuestionable poderío de kenianos, etíopes y ugandeses en la media distancia.

Como ocurre con la estrella del atletismo sueco, el pertiguista Mondo Duplantis, Jakob pertenece a una familia que destila atletismo desde la cuna. Sus progenitores y hermanos mayores han sido también sus maestros, aunque ahora los benjamines ya vuelan solos. El pequeño, pero más grande, de los noruegos suele elegir el CAR de Sierra Nevada para poder entrenar durante el largo invierno escandinavo. Allí coincide con parte de la élite española, con el murciano Mo Katir entre otros, el subcampeón de Europa de 5.000 en Munich, precisamente tras el campeón noruego.

Tres diamantes

El atletismo no es un deporte muy popular entre los noruegos, más ocupados en encerar bien los esquís durante buena parte del año que en elegir unas 'bambas' para correr. Esto no ha impedido que, desde los años 80, Noruega haya contado con atletas muy competitivos, sobre todo en maratón, con las adelantadas a su tiempo Grete Waitz e Ingrid Kristiansen, y Sondre Norstad Moen en hombres. 

Ahora mismo brillan tres diamantes, el citado Jakob Ingebrigtsen y el vallista Karsten Warholm, flamante plusmarquista mundial de 400 vallas, mejorando el legendario récord de Kevin Young que aguantaba desde Barcelona 92. En mujeres destaca el talento de Karoline Bejerkeli Grovdal, vigente campeona de Europa de 3.000, inscrita también en la lista de salida de Nassos junto a la plusmarquista (14.19 minutos en 5K), la etíope Ejgayehu Taye Haylu

Cuestión de Estado

Un envidiable dato puede que explique el tirón competitivo de los atletas del país nórdico: el 93% de los noruegos menores de 25 años practican algún deporte, o varias especialidades a la vez. A la élite llegan aproximadamente un 3%, según un medio especializado, gracias entre otros recursos a esta amplia base. El ejercicio físico es una cuestión de Estado, como el resto de la educación. Hasta los 13 años no hay premios ni rankings de menores y se aprende antes a disfrutar que a competir. Esta estrategia educativa parece sustentar el éxito de las élites deportivas en un país que apenas sobrepasa los cinco millones de habitantes. Los noruegos lo denominan 'Olympiatoppen', algo que culturalmente se asemeja, salvando las distancias, con el 'Harambee' de los kenianos: compartir conocimientos y habilidades une y mejora el rendimiento de la práctica, en este caso, deportiva. Parece que en familia, como los Ingebrigtsen, cunde incluso más.

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