Golf

Scottie Scheffler, la imparable racha a la cima del campeón del Masters

El triunfo en Augusta consolida al jugador estadounidense, de 25 años, como la gran estrella del circuito con su cuarta victoria en los últimos seis torneos

Scheffler Masters Augusta

Scheffler Masters Augusta / Gregory Shfam / AFP

Luis Mendiola

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Desde la era de Tiger Woods, en la que este controlaba el circuito con mano de hierro, no se vivía un dominio tan abrumador como el de Scottie Scheffler (Ridgewood, Nueva Jersey, 1996), el vencedor del Masters de Augusta, el nuevo propietario de la chaqueta verde de campeón desde este domingo y el protagonista de dos meses de ensueño en los 'greens'.

Hasta hace tan solo 54 días, el mismo día que se disputó la Super Bowl, casi nadie había reparado en este golfista de 25 años, afincado en Texas, que afronta su tercer año en el circuito estadounidense. Pero ese 13 de febrero conquistó el Open de Phoenix, su primera victoria en el circuito estadounidense, imponiéndose en un ‘play-off’ a Patrick Cantlay, e inició una imparable ascensión a la cima, que parece no tener fin.

El 6 de marzo se impuso en el Arnold Palmer Invitational, tres semanas después venció en el Mundial Match Play, en Austin (Texas). El 28 de marzo, desbancó a Jon Rahm como número uno del mundo, después de 43 semanas del golfista vasco en el primer puesto del ránking. Y apenas 15 días después, se ha coronado en el Masters, el torneo con el que sueñan todos los jugadores.

“Me siento muy bien, realmente no se qué decir para ser honesto. Me siento muy agradecido por estar en esta posición”, explicó Scheffler en la sala de prensa tras su victoria en Augusta (278 golpes, 10 bajo par) y ser uno el único en completar las cuatro vueltas en números rojos (69, 67, 71, 71) para llevarse un premio en metálico de 2,7 millones de dólares.

Scheffler aventajó en tres golpes al norirlandés Rory McIlroy, que acabó segundo tras cerrar la última vuelta con 64 golpes, mientras Sergio García (23º con +3) y Jon Rahm (27º con +4) se perdieron en la zona media y Tiger Woods acabó en el puesto 47, cojeando visiblemente en su último recorrido y ovacionado por los fans, en lo que suponía su vuelta a la competición después de 14 meses tras su grave accidente de coche.

Para ponerlo en perspectiva, A Tiger Woods le costó 252 días conseguir el número uno desde su primer triunfo. Scheffler, que solo tenía 10 meses cuando Tiger logró su primera victoria en el Masters (abril de 1997, ahora se cumplen 25 años) solo ha necesitado 42 días para reinar en el ránking.

La conexión con su caddie

 “No me siento como el número uno, sino como el mismo chico de hace cuatro meses atrás y espero que eso no cambie”, explicó con humildad Scheffler tras su triunfo en Augusta, para reconocer que de pequeño soñó siempre con ganar títulos pero que ser el numero uno mundial jamás se le pasó por la cabeza.

 “Es un jugador que está muy motivado, que no tiene debilidades, fuerte mentalmente y con la experiencia de ser un campeón junior de EEUU, un gran jugador universitario, novato del año en la PGA, con todo el pedigrí de una ganador”, lo valoró su caddie, Ted Scott, la persona que aseguran que le ha ayudado a dar el salto, y que ya estuvo al lado de Bubba Watson en sus triunfos en el Masters del 2012 y del 2014.

Nadie hasta ahora había prestado demasiada atención al golfista texano, aunque en 2021 fue ya una de las elecciones del equipo estadounidense en la Ryder Cup y sorprendente vencedor de John Rahm en la jornada de los individuales.

Pero en estos meses Scheffler, licenciado en finanzas en la Universidad de Texas, casado y una persona religiosa, ha confirmado que es un jugador que se crece ante la presión, aunque también desveló ante los medios las dudas que le asaltaron antes de afrontar la última jornada. “Por la mañana, lloré como un bebé. No sabía qué hacer. Estaba ahí sentado, diciéndole a mi mujer: ‘No creo que esté listo para esto. Y ella me dijo: ¿Quién eres tú para decir que no estás listo? Entonces hablamos de que Dios tiene el control y me está guiando”, confesó también el número uno mundial y nuevo maestro de Augusta, un jugador que se centra en el presente y no mira demasiado el futuro pero que parece que ha llegado para quedarse.

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