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OSASUNA-BARCELONA (2-2)

El Barça se instala en la depresión

Los jóvenes Nico y Abde dieron dos veces la ventaja en el marcador, que se esfumó en dos acciones a balón parado de Osasuna

Abde, abatido tras el partido

Abde, abatido tras el partido

Joan Domènech

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Lo que fue un estadio intimidante donde hasta el más veterano sucumbía a la presión del rival, el barro y la grada, el moderno y renovado El Sadar se ha convertido en una pila bautismal para jóvenes. Al menos, para los del Barça.

En Pamplona marcó su primer gol Ansu Fati hace dos temporadas, reportando un punto al Barça de Valverde (2-2), cuando tenía 16 años. En la última Liga remachó el triunfo Ilaix Moriba (0-2),  estrenándose como goleador cumplidos los 18. A este Barça más necesitado y agonizante, le socorrieron dos niños. Nico (19) y Abde (20) también inauguraron su cuenta de artilleros, pero tan sensacionales aportaciones tan solo sirvieron para arañar otro empate (2-2). Pero este, idéntico al primero, fue insuficiente. Y mucho más insatisfactorio.

Aquel se produjo el último día de agosto de 2019, apenas se contaba la tercera jornada. Ahora ya se ha consumido un tercio de Liga, y el Barça es sospechoso de ser un equipo nada fiable, al que se le escapó un triunfo por falta de oficio. Los jóvenes corrieron hacia la victoria; los veteranos quisieron protegerla anclándose atrás, incapaces de manejar un partido que han disputado mil veces.

Busquets, Abde y Umtiti, tres jugadores del Barça, intentan frenar a Moncayola.

Busquets, Abde y Umtiti, tres jugadores del Barça, intentan frenar a Moncayola. / Jesús Diges / Efe

La receta no se aplica

Debían recordar solo la receta mágica, la que llevan escuchando toda la vida. Y aplicarla, naturalmente: aguantar la bola y dormir el partido; defenderse con la pelota y jugar un rondo en la inmensidad de la pradera. Si son capaces de conservar la posesión en un cuadrado de 10 por 10 metros, cómo no sabrán hacerlo en un rectángulo de 105x67.

Xavi no predicó con el gesto, sin embargo. Introdujo a Mingueza por Nico. Es decir, quitó un centrocampista por un defensa. Respondió así al triple cambio de Arrasate, que relevó a los tres jugadores más adelantados. El banquillo rojillo tenía más pólvora en el banquillo que en el campo. Con tanto defensa (cuatro centrales), con Busquets y Luuk de Jong, al Barça le metieron dos goles de sendas acciones de estrategia.

Pues el Barça seguirá instalado en el punto de inflexión, que no será un lugar de paso momentáneo para el despegue que nunca se produce, sino una estancia de desconocida duración, cada vez más larga, angustiosa y decepcionante. La reacción que debía provocar la llegada de Xavi no se observa por ninguna parte; no, cuando menos, en el lugar que certifica la mejoría o el empeoramiento de un equipo.

Abde corre eufórico en El Sadar tras marcar su primer gol, el 1-2.

Abde corre eufórico en El Sadar tras marcar su primer gol, el 1-2. / Jesús Diges / Efe

Débil en casa, débil fuera

Ni siquiera ante un rival que flojea en casa, que había amarrado una sola victoria en nueve partidos -¡quién lo iba decir de Osasuna!- fue capaz del Barça de disimular su debilidad lejos del Camp Nou, con un pírrico triunfo y afortunado, reconocido por Xavi, en Villarreal. Tal mal está Osasuna de local como el Barça de visitante, así que empataron.

El Barça necesita puntos y va a por ellos, con prisas, urgido por una diferencia con la cabeza inadmisible antes de pasar la hoja del calendario, tomando riesgos con el sistema más atrevido posible. Salió el cuadro azulgrana con el 3-4-3 a buscar los goles imprescindibles sin goleadores, por cierto. Dembélé chutó todas las veces a la grada, Luuk de Jong no sirvió ni como tercer hombre para aguantar la bola –risible fue su intento de chilena- y Abde, el mejor del equipo, fue a lo suyo. Le pidieron que encarara y forzara acciones de uno contra uno para desbordar y es lo que hizo hasta el tiempo añadido. Pero cada vez que levantaba la cabeza pensaba que estaba jugando aún con el Hércules, que esto no es el Barça que le vendieron el último día del mercado.

Frenkie de Jong protege el balón del acoso de Moncayola.

Frenkie de Jong protege el balón del acoso de Moncayola. / Villar López / Efe

Ventaja más larga

Abde marcó el gol en un contrataque que encendió El Sadar y puso de nuevo en ventaja al Barça. Más larga que la del primer tiempo, de apenas dos minutos, surgida de una maravillosa conexión entre Gavi y Nico. Un terrible descuido de marcaje permitió a Osasuna que su capitán David García sufragara inmediatamente el 1-1. El 1-2 se extinguió a cinco minutos del final con un tiro de Chimy Ávila al recoger un rechace desde la frontal que nadie tapaba (Abde se había ido de la zona), con todas las torres azulgranas juntas clavadas en el área.

Quedaban cinco minutos y las cabezas de los jugadores se agacharon y las piernas se enramparon. No tuvieron ánimos de una última intentona con el tiempo añadido. La viva demostración de que la derrota está instaurada en el Barça.

Ficha del partido

Osasuna: Herrera (6); Vidal (5), Unai G. (7), David G. (8), Cruz (6); Barja (6), Torró (6), Moncayola (6), Sánchez (6); Rubén G. (5), Kike G. (5). 

Técnico: Jagoba Arrasate (6).

Cambios: Chimy Ávila (8) por Barja (m. 67); Brasanac (6) por Sánchez (m. 67); Budimir (6) por Kike G. (m. 67); Torres (s. c.) por Sánchez (m. 73); José Ángel (s. c.) por Vidal (m. 74). 

Barcelona: Ter Stegen (5); Araujo (5), Piqué (6), Umtiti (5); Busquets (5), Nico (7), F. de Jong (4), Gavi (7); Dembélé (6), L. de Jong (4), Abde (9).

Técnico: Xavi Hernández (5).

Cambios: Mingueza (5) por Nico (m. 73); Coutinho (s. c.) por Dembélé (m. 81); Jutglà (s. c.) por Abde (m. 91).

Goles: : 0-1 (m. 12), Nico; 1-1 (m. 14), David G.; 1-2 (m. 49), Abde; 2-2 (m. 86), Chimy Ávila.

Árbitro: Martínez Munuera (4), valenciano. 

Tarjetas: Vidal (m. 28), Rubén G. (m. 37), Cruz (m. 49), Sánchez (m. 56), David G. (m. 67), Gavi (m. 74), Ter Stegen (m. 83), Piqué (m. 88), Umtiti (m. 96).

ESTADIO: El Sadar.

ESPECTADORES: 21.427

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