El Real Madrid acaba pidiendo la hora ante un Rayo valiente

El Rayo es un equipo valiente y reconocible, independientemente del estadio en el que juegue y el rival que tenga delante. Ataca sin especular siempre que tiene la posesión y presiona muy arriba. Lo cual tiene sus ventajas y sus inconvenientes. A los 25 segundos Álvaro puedo marcar, pero a los 13 minutos ya iba perdiendo tras un pase atrás de Asensio, que dejó en el banquillo a Hazard, y un remate llegando de atrás de Kroos. El Real Madrid rentabilizaba los espacios, aunque atrás se veía exigido.

El faro de Asensio

No amedrentó el gol del alemán a los vallecanos que siguieron proponiendo un partido de ida y vuelta y vértigo haciendo trabajar a Courtois: Nteka, Álvaro, Trejo… Pasaban los minutos y el Madrid ganaba el centro del ring con un participativo Asensio, que dejó a Hazard en el banquillo, y el físico de un Camavinga que hizo más plácido el partido para Casemiro y Kross. Se diluían los de Iraola cuando Alaba regaló una rosca deliciosa por delante de la defensa visitante al corazón del área, donde Benzema solo tuvo que empujarla. La ingenuidad defensiva del Rayo era castigada por la ferocidad contragolpeadora de los de Ancelotti, que dejaban encauzado el duelo al descanso. 

Ancelotti ordenó estrechar el campo, mientras Iraola pedía ensancharlo para atacar al Madrid. Pudo cerrar el choque Vinicius en una jugada maradoniana que sacó sobre la línea Álvaro. La pegada madridista amenazaba cada desatención rayista, pero Iraola eligió morir de pie. Puerta grande o enfermería. La duda era si llegaría antes el tercero blanco, y con ello la sentencia, o el primero del Rayo y los nervios de nuevo. Perdonaban los blancos con ocasiones clamorosas de Asensio, Vini y Benzema, dando oxígeno a un Rayo que no bajaba los brazos. Y la inoxerable ley del fútbol dice que si perdonas, lo pagas.

Pidiendo la hora

Los de Ancelotti trataron de tirar de oficio, sin regalar el balón ni la iniciativa, pero el Rayo se fue arriba con todo. Bebé mandó un disparo al palo en una contra y en la siguiente jugada Falcao marcaba su quinto gol de la temporada. Otro final de nervios en el Bernabéu, como ante el Shakhtar, el Sheriff o el Villarreal. El Madrid perdonó la vida al Rayo y al final estuvo cerca de pagarlo. Los de Ancelotti son demasiado vulnerables atrás y sobreviven arriba de su pegada a la contra. Ante el Rayo les valió con una buena primera parte, pero estuvieron a punto de perder el botín en la segunda, con Kroos salvando el empate en en el descuento. Este Madrid no sabe cerrrar los partidos.