La clausura de los Juegos

Sayonara Tokio, bonjour París

El estadio olímpico de la capital japonesa apaga la llama y Thomas Bach entrega la bandera con los cinco aros a la alcaldesa parisina, Anne Hidalgo.

Los Juegos de 2024 se desarrollarán en los palacios, los monumentos y los escenarios urbanos más turísticos de la Ciudad de la Luz.

clausura Tokio

clausura Tokio / TOKIO 2020

Sergi López-Egea

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Anne Hidalgo, la alcaldesa socialista de París, movía con sus manos la bandera olímpica que le había entregado Thomas Bach, el presidente del COI, después de ser arriada del Estadio Olímpico de Tokio, vacío de almas, de aficionados; solo estaban los atletas y los artistas que habían desfilado por el césped en la ceremonia de clausura de unos Juegos que se celebraron con un año de retraso

Tokio conectó con París, imágenes en directo, con los atletas que han representado a Francia chillando bajo los pies de la Torre Eiffel. "Convoco a la juventud del mundo a reunirse dentro de tres años en los Juegos de la 33ª Olimpiada", leyó Bach en francés. El mismo dirigente que unos segundos antes había dictado la tradicional sentencia: "declaro clausurados los Juegos de la 32ª Olimpiada", instante en el que se apagó la llama olímpica en el estadio de la capital japonesa. 

La ceremonia de clausura de los Juegos de Tokio, 2 horas y 10 minutos, entre música, folclore, el desfile de los atletas, con Beatriz Sánchez, la karateka de oro como abanderada española, y los fuegos artificiales, sirvió para pasar el testigo olímpico de Asia a Europa, de Tokio a París. Y por esta razón, la alcaldesa de la capital francesa recogió la bandera con los cinco aros que a partir de esta semana ondeará en la fachada del ayuntamiento parisino, en lo que será el periodo más corto en el que una ciudad anfitriona exhibirá el símbolo olímpico, solo tres años, solo tres veranos para que esa juventud mundial, movilizada por Bach desde Tokio, tenga tiempo de prepararse para luchar por las medallas siendo los más rápidos, los más fuertes o los más habilidosos.

Barcelona y Los Manolos

Una ceremonia de clausura, que al igual que la de apertura y todas las competiciones celebradas en la capital japonesa, con la sola excepción de aquellas que se desarrollaron lejos de Tokio, mantuvieron unas gradas desiertas, sin el calor del público, sin esos espectadores que, por ejemplo, vibraron y se matrimoniaron con los atletas cuando en el cierre de los Juegos de Barcelona cantaron y bailaron al son de Los Manolos.

"Habéis hecho los Juegos de la esperanza, la solidaridad y la paz. Los japoneses tenéis que estar orgullosos", repitió Bach y agradeció el esfuerzo local por crear unos Juegos en medio de una pandemia y dirigidos más a la magia de la televisión que al fervor popular de los japoneses, a diferencia de Río, Londres o Pekín.

Juegos ciudadanos

Y todas estas palabras las escuchaba la alcaldesa de París, la Ciudad de la Luz que espera en 2024 recuperar el espíritu de unos Juegos con espectadores, de unos Juegos que serán muy diferentes a los anteriores, incluidos los japoneses si se llegan a celebrar en las condiciones previas a la pandemia. Porque París llevará la competición a sus monumentos, a sus palacios, al corazón de los escenarios que un turista no quiere perderse.

Mientras se apagaba el fuego de Tokio, las imágenes de televisión conectaban en directo con París para mostrar el Grand Palais que acogerá en tres años las competiciones de esgrima y taekwondo; el palacio de Versalles donde caballos y jinetes, en las pruebas hípicas, emularán las viejas escenas ecuestres del esplendor monárquico antes de la revolución; o los Campos de Marte que se llenarán de arena para convertirse en el decorado del vóley playa, sin olvidar los recintos clásicos, como el Estadio de Francia, como solemne plató olímpico, o Roland Garros para cubrir de oro al mejor de los tenistas de los Juegos 2024.

Tambores y bailes despidieron a Tokio, sin olvidar el protocolario podio para entregar las medallas del maratón, que por primera vez y para evidenciar que la igualdad en el deporte ha venido para quedarse, se repartieron también a las ganadoras femeninas. Se apagó la luz de Tokio, sin descuidar la competición paralímpica que empieza el día 24, para que este lunes vuele hacia París la bandera olímpica en la maleta de Anne Hidalgo: 'sayonara' Tokio, 'bonjour' París.