EL HÉROE DE LA COPA LIBERTADORES
'Gabigol', el cuñado de Neymar que surgió de las favelas
Emilio Pérez de Rozas
Periodista
Licenciado en Ciencias de la Información por la UAB. Hijo de Carlos Pérez de Rozas, sobrino de Kike y Manolo Pérez de Rozas, integrantes de una auténtica saga de fotoperiodistas. Trabajó en Diario de Barcelona, fundador de El Periódico de Catalunya en 1978 también formó parte de la redacción en Catalunya del diario El País. Colaborador del diario deportivo Sport y vinculado al departamento de Deportes de la cadena COPE, que dirige Paco González. Emilio suele completar muchas de sus informaciones con sus propias fotos, en recuerdo a lo aprendido junto a su padre y tíos.
Emilio Pérez de Rozas
Así es el fútbol. River Plate, del 'Muñeco' Gallardo tenía la final de la Copa Libertadores dominada y en ventaja. Flamengo, el poderoso club brasileño que dirige Jorge Jesús, no sabía cómo meterle mano a la final. Javier Pinola, el central argentino, iba para estrella del encuentro e, incluso, pedía, dicen, lugar en la selección albicelete. Gabriel Barbosa, más conocido como ‘Gabigol’, el muchacho surgido de una favela, traspasado y, luego, cedido por el Inter de Milan al club brasileño, no había dado una a derechas, cero remates, cero peligro. Y, de pronto, en solo cuatro minutos. Pinola pasó a ser el jugador maldito (junto al goleador de Madrid, Lucas Pratto, que perdió un balón que acabaría en gol) y Gabigol se convirtió en héroe con los dos goles de la remontada. Es lo que tiene ser goleador.
Gabigol, dice, solo quiere ganar. Ni siquiera meter goles. Los mete como castigo, dicen. “Yo siempre hablo, y no es de la boca para afuera. Yo quiero ganar, tengo mucha hambre de ganar. No soy de pensar en eso de ser goleador, obviamente si llega el gol mejor, pero lo que quiero es salir del campo vencedor y feliz”. Él dice que vive y trabaja para los 40 millones de seguidores que tiene ‘Fla’. Y cumple con su cometido. Lleva 22 goles en el campeonato Brasileiro (el récord lo poseía Zico, 1980, con 21) y ha terminado como el máximo goleador de la Libertadores, con 9.
Los temores de Jorge Jesús
Jorge Jesús, su entrenador, dice estar muy, muy, preocupado por su goleador. “Técnicamente es un gran jugador, pero emocionalmente tiene muchos problemas. Apenas tiene 23 años y tiene tiempo para aprender”. Tiene tanto que aprender que, en la finalísima de Lima, después de convertirse en el artífice de la remontada, en el héroe de medio Brasil, perdió los papeles y la cabeza y acabó siendo expulsado por dos amarillas, a cual más absurda.
Barbosa Almeida, de 23 años, 1,76 metros de estatura, 68 kilos de peso, pelo teñido y barba a lo Kun Agüero, es el protagonista de una historia demasiado brasileña. Bueno, tan brasileña que es perfectamente creíble y cierta. Nació en Sao Bernardo do Campo, San Pablo y fue criado en el barrio de Montanhao, una favela. “Nunca me faltó nada, pero vivía en un lugar peligroso. Pasaban algunas cosas difíciles. Pero a los ocho años pude ir a Santos y las cosas comenzaron a mejorar”, contó en una nota con el sitio Copalibertadores.com.
Y agregó: “Con mis amigos no pasó nada, pero había tiroteos. Creo que asustaba más a mis padres. Yo era muy chico, pero me quedaba tranquilo. No tenía mucho que hacer. La gente corría para abajo de los sillones, de la mesa (se ríe), como si fuese a ayudar en alguna cosa. Pero yo estaba tranquilo”.
"Yo oía tiros, sí, en la favela, pero estaba tranquilo. Yo creo que aquello asustaba más a mis padres que a mí"
Fue el Santos de ‘O Rei’ Pelé y Neymar Júnior el que lo sacó de ese ambiente. El club le hizo un contrato a los 16 años, con una cláusula de rescisión de 50 millones de euros, según relata Clarin.com. En las divisiones menores convirtió más de 600 goles y, en 2016, luego de ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río, junto a Neymar y Gabriel Jesús, fue transferido al Inter de Italia en 25 millones de euros, que ha terminado cediéndoselo al ‘Fla’.
Soñar con el 'Fla'
De Neymar no sólo comparte el club de origen. Son familia, pues Gabigol comparte vida, a menudo bastante ruidosa y mediática, con Daniela, la hermana del crack del PSG. Al llegar a Milán le dieron la camiseta nº 96, el año de su nacimiento, pero los goles no se replicaron en Europa. Fue el Bénfica y al Santos y, en enero de este año, llego al Flamengo.
Gabigol cuenta que cada vez que jugaba en Maracaná soñaba con vestir la camiseta del ‘Fla’. “Miraba la hinchada y veía que era diferente. Ellos te apoyan y piden más, obviamente. Estoy muy feliz por el cariño de ellos. Ha sido muy bueno venir aquí y espero que salgan muchos goles para celebrar junto a la gente”. Es más que probable que siga en ‘Fla’. El Inter no parece estar pensando en él.
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