Un navegante catalán inicia la travesía para cruzar el Atlántico a remo en solitario

Andreu Mateu, el primer español que se ha propuesto cruzar el Atlántico a remo en solitario y sin asistencia, ha partido este mediodía del puerto de San Sebastián de la Gomera rumbo al sur con el propósito de recorrer los 5.000 kilómetros que separan la isla canaria de la de Antigua, en el Caribe.

La aventura obligará al navegante catalán, nacido en Reus hace más de 40 años, a remar 12 horas diarias durante unos 100 días a bordo de una pequeña embarcación de madera (con una cabina de cuatro por un metro cuadrado) diseñada en Inglaterra para el remo oceánico y bautizada El Isidoro Arias en memoria de un amigo desaparecido.

"Se trata de un sueño", ha manifestado Mateu, que en 1992 cruzó el Atlántico a vela en 34 días, una aventura que ha calificado de "una experiencia maravillosa".

"Me encantó el contacto con la naturaleza y estar conmigo mismo, por eso cuando leí que un francés lo había hecho a remo, me pregunté si yo sería capaz de hacerlo y la única manera de saberlo es intentarlo", ha declarado.

Tres aparatos de radio y un GPS

"Salgo con toda la ilusión y el entusiasmo, llevo tres aparatos de radio, un GPS, balizas de control.... En fin, todo lo necesario para tener una navegación segura. Lo más difícil y peligroso de todo va a ser salir de este puerto, pues una vez en el mar, todo es para abajo", ha dicho el remero.

A pesar de que Romeu ha reconocido sus miedos, ha añadido que "la ilusión está por encima de todo y hace que siga adelante". El navegante catalán ha destacado que ha escogido La Gomera porque de ahí "salió Colón, tiene toda la infraestructura necesaria y parece que es el sitio idóneo para la partida".

El remero ha subrayado que no lleva ningún barco de acompañamiento y que va a intentar hacer la travesía sin ayuda externa, salvo las informaciones que pueda recibir a través de la radio y de otros medios de comunicación con el mundo.

Tormentas, tiburones y enfermedades

Mateu ha reconocido que hay peligros reales como las tormentas, olas, tiburones, ballenas, barcos de gran tonelaje y enfermedades, pero ha insistido en que hay otros que le preocupan tanto o más como la soledad, el miedo interior y los pensamientos negativos.

Para la travesía lleva comida deshidratada, aparejos de pesca y todo lo necesario para poder cocinarlos, así como una pequeña desalinizadora de 11 kilos de peso, capaz de generar por método manual o eléctrico 5,7 litros de agua dulce por hora.