Estreno cruel del Espanyol en Primera ante el Real Madrid (0-5)

El Espanyol se plantaba ante su gente con una sonrisa sincera. Vuelven a Primera División tras tres años en la categoría de plata y la ilusión y el compromiso reina en la plantilla blanquiazul. La afición se congregó en la CE Dani Jarque, donde tuvieron que llegar con tiempo para comprar las entradas en las taquillas (el club no las vende por internet), todos ataviados con el escudo en el pecho. Por el momento, pocas camisetas estampadas con los nombres de sus jugadoras, pero pese a eso dejaron pocos huecos libres en la grada para el debut.

Era un estreno bonito. Un rival de entidad como el Real Madrid (0-5) le daba aún más empaque al encuentro, donde al conjunto de Sara Monforte se le veía nervioso desde la salida del túnel de vestuarios. La impaciencia del momento, el nerviosismo de ver el logo de la LigaF por primera vez en su estadio. La última vez que disputaron un partido en primera fue en su versión anterior, la Liga Iberdrola, y en el campo anexo de la Ciudad Deportiva, justo al lado del que este viernes llenaron para su vuelta.

La colegiada dio comienzo a la temporada del fútbol femenino español y el encuentro inaugural de la campaña tuvo poco misterio. A priori, era el escenario previsto. Un Real Madrid muy superior, con mucho más oficio y fútbol, que se impuso sin piedad ante el recién ascendido. Pese a las ocasiones esporádicas de Arola y Lice Chamorro, el Espanyol no se encontró.

Derrota dolorosa

Ni con el susto inicial con la internada de Arola al Madrid le temblaron las pestañas. El conjunto de Toril dio unos minutos de tanteo al inicio, pero poco necesitó para destrozar las ilusiones de las catalanas. María Méndez aprovechó un rechace desastroso de Salvador en una falta lateral para poner el primer tanto blanco ante la desesperación de la afición perica, que se ponía las manos en la cabeza ante el error de su guardameta. Abierta la lata, Weir se convirtió en el verdugo particular del conjunto de Monforte. Anotó el segundo y el tercero, ya en la segunda parte donde el Espanyol se desdibujó aún más.

El cuarto lo puso Athenea del Castillo a los pocos minutos ante un Espanyol totalmente desdibujado. La diferencia fue abismal y cruel. El equipo dirigido Toril, con la goleada brillando en el marcador, bajó una marcha y ni así las pericas consiguieron competir más allá de acciones puntuales donde intentaron lucharles cuerpo a cuerpo el balón. Fue un excesivamente cruel para la afición que llegaba ilusionada al campo antes del duelo. Sin embargo, Maite Oroz puso el quinto en un descorazonador tanto que golpeo cruelmente a un equipo que lo intentó hasta que pitó la colegiada.

Pese a que cada punto será clave para un Espanyol que reza con la salvación, en las primeras jornadas ese no es el objetivo. El equipo de Sara Monforte debe aprender, curtirse en la categoría más exigente, y empezar a encontrar soluciones futbolísticas ante los problemas recurrentes del equipo. Una defensa débil y la necesidad de volverse mucho más incómodo para torpedear a sus próximos rivales. El Espanyol encaja una dolorosa goleada que debe servir como punto de partida.