Fútbol
El Júpiter se carga el equipo femenino: "Siempre nos han dejado solas y ahora nos han partido por la mitad"
Las futbolistas de la entidad denuncian la mala gestión del equipo y la falta de recursos antes de la decisión de eliminar el conjunto.
Desde el club defienden que era necesario dar "un paso atrás"
Laia Bonals
Redactora de deportes
Laia Bonals es redactora de deporte de El Periódico desde abril de 2023. Antes, formó parte de la sección de deporte del ARA, donde empezó su especialización en deporte femenino la temporada en la que el Barça ganó su primera Champions en Goteborg. Desde entonces, ha sido la especialista en el creciente mundo del deporte femenino, siempre preocupada contar las historias de las atletas que están cambiando el mundo y rompiendo techos de cristal.
Colabora con las emisoras de radio Catalunya Ràdio y RAC1, además de las cadenas televisivas de Gol TV y Teledeporte.
El crecimiento del fútbol femenino puede ser imparable e incontestable. Obliga a mucha gente a mirar donde antes solo propinaban insultos y desprecios. Sin embargo, pese a que las cosas están cambiando, hay malas costumbres que siguen instauradas. Las futbolistas se sienten en muchas ocasiones desamparadas, solas y sin recursos para poder crecer. Con esta situación se han topado las futbolistas del Júpiter, que han visto cómo el club ha decidido eliminar el equipo femenino. Los equipos de la base se mantienen, pero se quedan sin un espejo donde mirarse, sin unas referentes cercanas que les marcaban el camino a seguir.
"Nos hemos sentido muy engañadas y como las malas de la historia", confiesa Laura Castaño (2003), una de las jugadoras. "Desde el minuto uno, en la reunión en la que nos echan, la culpa era nuestra. Que no teníamos compromiso, ni ganas, ni ningún entrenador quería estar con nosotros. Nos dieron la vuelta a la tortilla culpándonos a nosotras". "Teníamos un equipo unido y nos han partido por la mitad", añade la futbolista, que recuerda con dureza cómo ha sido esta última temporada en el club. Todo empezó con un cambio de entrenador, cuando el coordinador del femenino cogió las riendas del vestuario, compaginando los dos cargos, y despidiendo al entrenador que tenían hasta el momento. “Estábamos solas. No teníamos entrenador, ni fisioterapeuta, ni preparador físico. Siempre nos han dejado solas", confiesa Castaño.
Un club histórico sin femenino nunca llegará a hacer historia
Pese al relevo en el banquillo, las condiciones no mejoraron y las jugadoras, con el paso de las semanas y los partidos, se iban sintiendo cada vez más desamparadas. "Diversas jugadoras decidieron marcharse y había otras que las echaron durante la pretemporada", cuenta. El equipo se quedó casi sin fichas y el club vio cómo el ánimo en el equipo iba decayendo. "Lo que hacían era desmotivarnos. Ponían la excusa de que no había compromiso. No había jugadoras suficientes y no se plantearon por qué no lo éramos y por qué habían marchado”, reflexiona Laura, que denuncia también la falta de promoción del equipo y las futbolistas que hasta ahora vestían los colores del Júpiter. "Cuando juegas para un club defiendes su camiseta. Y nos sentíamos invisibles. Ni nos enseñaban en redes, no estábamos presentes. Si hasta fuimos nosotras quienes tuvimos que poner un comentario en una publicación del Júpiter diciendo que estábamos vivas para que nos hicieran caso".
Pese a la situación, las futbolistas decidieron apostar por su club y en una reunión con la entidad reafirmaron su posición de continuar y mantener el equipo. “Nos plantearon un proyecto para el año que viene para hacer crecer el femenino. Hicimos una reunión y nos preguntaron si queríamos seguir y todas dijimos que sí. Psicológicamente, estábamos bien y con un nuevo entrenador estábamos más reconocidas y apoyadas. Sentíamos que podíamos estar en este equipo el año que viene”. Sin embargo, a las dos semanas, la realidad cambió y se les comunicó que el equipo dejaba de existir.
Desde la entidad barcelonesa reconocen parte de la culpa de lo sucedido. "Fichamos entrenadores y coordinadores que no funcionaron. Hicimos cambios a media temporada, pero no hemos podido enderezar la situación", comenta a este diario Salvador Franco, presidente del Júpiter. "Pero el club no tiene el 100% de la culpa. Ellas no han tenido compromiso. No han venido a entrenamientos. Hay partidos que hemos tenido que complementar con niñas del juvenil o del cadete. Nos han reivindicado cosas como poner fisios o dietistas, cosas que hemos intentado hacer para que se encontraran a gusto", añade el presidente que reconoce la intención de, a partir de la siguiente temporada, crear un nuevo amateur "con la gente de la casa". "Es una decisión deportiva, como pasa cada año. No es que tengamos fobia a nadie. Hemos decidido dar un paso atrás, calmar el tema y dar un empujón a nuestras juveniles".
“Quizás hubiera una falta de compromiso, pero viene de una desmotivación previa por cómo nos han tratado desde el club”, refuta Laura Castaño, que defiende que la pérdida va mucho más allá del equipo. “Un club histórico sin femenino nunca llegará a hacer historia. Lo que no quiero es que las niñas que están en el fútbol base femenino no tengan un primer equipo para saber a quién mirar o ver dónde quieren llegar. En los clubes pequeños es importante la figura del primer equipo, porque las niñas necesitan este espejo”.
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