Estreno de cine

'El 47': "Un autobús ya no, pero igual Torre Baró tendría que secuestrar a un gran tenedor de pisos, a una doctora, a una profesora"

El director Marcel Barrena y los actores Eduard Fernández y Carlos Cuevas hablan sobre la película que recrea un hito de las luchas vecinales de los 70 en Barcelona, el 'rapto' de un autobús por parte de Manuel Vital para demostrar que podía llegar al empinado arrabal

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Eduard Fernández, Carlos Cuevas y Marcel Barrena, este jueves

Eduard Fernández, Carlos Cuevas y Marcel Barrena, este jueves / Jordi Otix

Ramón Vendrell

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El 47 fue una línea de autobús tan importante para Nou Barris que mi hermano siempre elige el 47 en La Primitiva, y cuando puede como terminación en la Lotería Nacional de Navidad. Desde 1972, el 47, que aún existe y existía antes, iba de la plaza de Catalunya a la Via Favència, en la Gineueta, más o menos donde ahora se encuentra la plaza de Karl Marx. El 7 de mayo de 1978, Manuel Vital (1923-2010), conductor del 47 y vecino de Torre Baró, prolongó el recorrido del vehículo que conducía, un formidable Pegaso Monotral articulado, hasta su barrio, a través de la Carretera Alta de Les Roquetes. Fue su manera de demostrar a las autoridades que el autobús sí podía llegar al empinado arrabal donde vivía, después de que le hubieran toreado a base de bien. 'El 47', dirigida por Marcel Barrena y protagonizada por Eduard Fernández, recrea ese episodio paradigmático de las luchas vecinales en la Barcelona de la década de 1970, que podrían dar lugar a un ciclo de películas. Por ejemplo, cerca en el tiempo y en el espacio, vecinos ocuparon una fábrica asfáltica activa en Roquetes para convertirla en el Ateneu Popular Nou Barris. Fue el 9 de enero de 1977 y ahí sigue el modélico centro cultural y social. Acompañan a Fernández en 'El 47' Clara Segura, Zoe Bonafonte y Carlos Cuevas, entre otros actores.

El 'timing' de 'El 47' es perfecto. En la película resuenan dos problemas candentes del presente: la dificultad del acceso a la vivienda y el rechazo a la inmigración. Torre Baró nació como barrio de autoconstrucción. Si habías techado la barraca antes de que saliera el sol, ya tenías casa, por decir algo; si no, te tiraban las cuatro paredes abajo. ¿Suministros y servicios? Ninguno al principio, muy pocos y conseguidos a fuerza de protestas después. Vital llegó allí desde Valencia de Alcántara, provincia de Cáceres. Su padre había sido asesinado por falangistas. Era tanto un migrante económico como un refugiado político. "Es una pena, pero en vivienda e inmigración parece que estemos en un bucle -dice Fernández-. Torre Baró en concreto está regular. Un autobús ya no, pero igual tendrían que secuestrar a un gran tenedor de pisos, a una doctora, a una profesora... A bastante gente para poner el barrio decente".

Acción directa

Vital adquirió categoría de héroe popular en Nou Barris en general y en Torre Baró en particular. Alguien tenía que hacerlo. Barcelona le concedió una Medalla de Honor en 1997 y 'El 47' también celebra su hazaña, acción directa en toda regla, si quieren de baja intensidad pero acción directa. "Es una historia de empoderamiento -señala Barrena-. Tenemos tanta oferta que hemos acabado creyendo que la felicidad consiste en poder elegir entre dos marcas de móvil. Cuando esta oferta hace que nos durmamos, y cuando nos dormimos no reivindicamos. El secuestro del autobús es una excusa para explicar muchas otras cosas y para intentar hacer despertar a los espectadores. No hace falta ser un superhéroe. Un pequeño acto de disidencia pacífica puede desencadenar un montón de cosas. De esto va la película". Añade Fernández: "Manolo era muy concreto. No se manifestaba en general, sino por cosas concretas. Como dijo: 'Dicen que es un secuestro, pero yo creo que es una necesidad'".

La autoconstrucción, hermana avanzada del barraquismo puro y duro, no se hacía por afición al campo, sino por la imposibilidad de tener un piso. En este sentido, está emparentada con la ocupación. A Cuevas le toca de cerca el asunto de la vivienda. "En mi generación es atroz -indica-. Soy actor y tengo una vida privilegiada en comparación con mis compañeros porque vivo solo desde hace tiempo. A mi quinta nos dijeron que si estudiábamos y nos sacábamos un máster tendríamos un buen trabajo. La realidad es que mis amigos tiene 30, 32, 35 años, con profesiones todas superloables, y comparten piso porque no tienen otra posibilidad".

Licencia mágica

Cuevas, por cierto, interpreta a un Pasqual Maragall que se hace amigo de Vital como usuario del 47 e intercede por él ante el Ayuntamiento de Barcelona. Nunca sucedió. Aunque ya como alcalde de la ciudad Maragall durmió en casa de Vital, como hizo en casa de decenas de vecinos de barrios de la capital catalana. Para conocerla. Una especie de 'El convidat' al revés y sin un capítulo tan bochornoso como el dedicado por Albert Om a Jordi Pujol y Marta Ferrusola, al menos que sepamos. "Soy muy fan de Spielberg y Zemeckis, es el cine que a mí me ha hecho cinéfilo, y en sus películas suele haber magia -argumenta Barrena-. Es una licencia mágica que me emociona. Me gusta hacer homenajes a las cosas y las personas que respeto, y Maragall es una de esas personas. Creo que está justificada su inclusión, porque Vital y Maragall acabarían siendo amigos. Además, me hacía gracia la idea de que Maragall acabara siendo alcalde gracias a Vital, que es el representante del pueblo". La familia de Maragall "se emocionó mucho" con la película.

Intimidado en positivo

Los vecinos de Torre Baró, también. "Eso nos dijeron ellos y eso se notó durante el pase, que fue muy emotivo -cuenta Fernández-. Ya se notó durante el rodaje. Hacía mucho calor y un rodaje es muy pesado, alguna lipotimia hubo, pero ahí estuvieron. Era muy importante que se sintieran representados". Fernández se sintió "intimidado" por la presencia de vecinos que habían vivido la hazaña de Vital. Intimidado en el sentido de que no podía traicionarlos. Que Torre Baró invitara a Barrena y Fernández a ser pregoneros de su pasada fiesta mayor, a finales de junio, habla de satisfacción vecinal. "Más de uno en el barrio nos dijo: 'Ya era hora de que se rodara una película sobre nosotros en positivo'", apunta Barrena. Torre Baró sale en algunos planos de 'Yo, El Vaquilla' (José Antonio de la Loma, 1985). "De hecho, hemos rodado delante de la casa donde vivió de niño", informa el director.

Barrena y Fernández solo sabían de Torre Baró que estaba "ahí arriba" antes de embarcarse en 'El 47' a partir de que el primero descubriera la historia de Vital en el blog 'El tranvía 48'. Cuevas sabía más: "Soy de Montcada i Reixac, del barrio de Terra Nostra-Santa Maria, que está al lado. Había ido a la fiesta mayor de Torre Baró y es una geografía, una gente y un habla que me resultan perfectamente reconocibles".