Daniela Santiago: de las tarimas y las drogas de diseño al éxito de 'Veneno'

En sus memorias, 'Mi pequeño mundo', la actriz aborda cómo la fama llamó a su puerta en el momento más inesperado

 "No existe ningún partido con una propuesta laboral de inclusión para mi colectivo", afirma 

Daniela

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Sergio del Amo

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En 'Mi pequeño mundo', las memorias que Daniela Santiago acaba de publicar (Cúpula), la actriz malagueña asegura que estuvo mucho tiempo, durante su adolescencia y parte de los 20, intentando pasar "desapercibida" y haciéndose "la invisible". Afortunadamente, recién cumplidos los 40, estas palabras quedan muy lejanas. Sobre todo, desde que Los Javis le brindaran la oportunidad de interpretar a Cristina Ortiz, 'La Veneno', en su famosa serie.

"Desde hace poco más de dos años puedo dedicarme a lo que siempre quise: la interpretación. Y me hace muy feliz que se me reconozca profesionalmente. Ahora bien, a mi la vida me viene cambiando desde que tengo uso de razón porque, haciendo balance de todo por lo que he pasado, ha sido como una montaña rusa", confiesa la ganadora del Ondas. 

Daniela no solo se ha hecho a sí misma; además, ha luchado a contracorriente en muchas ocasiones y nunca, jamás, ha tirado la toalla. Con apenas 15 años, la actriz trans se armó de valor para decirle a su madre -"la persona que más me protege y me cuida"-, que se sentía mujer. Y, al cumplir la mayoría de edad, se mudó a Madrid con la idea de trabajar en una peluquería o un bar. Pero, tan pronto llegó a la capital, sus aspiraciones se desvanecieron de inmediato. "Me abracé a la noche, trabajando de gogó prácticamente sin descanso de lunes a domingo. Era eso o la calle", recuerda sobre aquella etapa en la que, pese a convertirse en una de las grandes figuras de las tarimas, solo quería quería dejar de trabajar en la noche y que su despertador sonara a primera hora de la mañana. 

"No existe ningún partido con una propuesta laboral de inclusión para mi colectivo", afirma Santiago

Tal como subraya en las cerca de 200 páginas de su libro, "que no han sido nada fáciles de escribir porque me he abierto y desnudado como nunca", en 2021 hubo una tasa de paro del 80% entre la comunidad trans española. "Aunque adoro a Irene Montero, lamentablemente no existe ningún partido con una propuesta laboral de inclusión para mi colectivo", denuncia sobre esta alarmante falta de oportunidades. "Es algo que tiene que cambiar urgentemente. Tenemos los mismos sueños y necesidades básicas que cualquiera. Me siento afortunada, sí, pero muchísimas hermanas no pueden decir lo mismo".

A los 37, la gran oportunidad

Después de coquetear con las drogas de diseño y superar una tuberculosis, finalmente aparcó las discotecas y volvió a su Málaga natal. Allí trabajó en un salón de belleza. A decir verdad, entre tintes y secadores se sentía dichosa. Sin embargo, cuando una amiga le avisó de la audición de 'Veneno', no lo dudó ni un instante. Con 37 años entonces, y sin haber pasado por una escuela de Arte Dramático, "demostré que querer es poder". El resto es historia. 

Tanto en el cine como en la moda, su otra gran pasión, no cesan de lloverle ofertas

Más allá de la premiada serie, Daniela participó en 'Madres paralelas' (lo que la convierte en una 'chica Almodóvar' de pleno derecho) y hasta fue imagen de una campaña de Roberto Cavalli. Tanto en el cine como en la moda, su otra gran pasión, no cesan de lloverle ofertas. Sin duda, este es su momento. "En julio grabaré una serie para Netflix de la mano de Miguel Ángel Olivares. Y, antes de que acabe el año, repetiré con él en la película 'Julia', una adaptación del cortometraje del mismo nombre que estrenamos en 2020", avanza. Al parecer ya tiene firmado algo igual de sonado que inminente para la televisión. Por mucho que se le pregunte no suelta prenda.  

A todo esto, ¿cómo se ve en 10 años, con 50 a sus espaldas? "Espero estar en una situación más cómoda para poder ayudar a mi comunidad. Y por qué no, también siendo presidenta de alguna asociación fuerte que luche por nosotras y nuestros derechos. Lo cierto es que de pequeña eché en falta un libro como este. Es decir, tener en mis manos el testimonio de alguien que me pudiera inspirar y me llevase a pensar algo muy simple: ‘Tranquila, tú puedes’. Gracias a mi trabajo dispongo de este altavoz y, por suerte, la gente me escucha. Pero socialmente aún queda muchísimo que pelear y conseguir".  

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