Alimentación

Alimentos de temporada: Zanahorias para prepararse para el verano

Están recomendadas para la agudeza visual, trastornos digestivos y contra la anemia y la astenia

Alimentos de temporada: mayo llega con el pescaíto más fresco

MULTIMEDIA | Pequeña guía de alimentos de temporada, qué comer en junio

Zanahorias

Zanahorias

María Jesús Ibáñez

María Jesús Ibáñez

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Son ricas en fósforo, en media docena de vitaminas, en potasio, en calcio y en fibra... Y el caróteno que contienen tiene el mismo efecto que el sol, es decir aporta vitamina D al organismo. Las zanahorias están recomendadas para mantener la agudeza visual, para tratar trastornos digestivos y para proteger las defensas del cuerpo contra la astenia y la anemia. Son el alimento perfecto para prepararse de cara al inminente verano y se pueden comer desde crudas o en batidos hasta hervidas, asadas o como ingrediente de recetas dulces y saladas. "Es, además, un alimento barato, que se puede encontrar normalmente a un precio por debajo de un euro el kilo", indica Jaume Flores, presidente del Gremio de Empresarios Mayoristas de Frutas y Hortalizas de Mercabarna.

"Con todo –observa Flores–, España tiene un consumo bajo de zanahoria, hasta el punto que hasta hace solo unos años países como Portugal nos triplicaban, posiblemente porque aquí no es un producto demasiado introducido en los recetarios populares y en cambio allí sí existe más cultura de consumo de esta hortaliza".

España sí es una gran cultivadora de zanahorias, con 414.000 toneladas en 2023. De hecho, es un producto que no se importa, "porque somos autosuficientes", dice el distribuidor. "La producción se reparte entre las provincias de Cádiz, que es la que más extensión tiene dedicada a este cultivo, y las de Castilla y León, especialmente Segovia", explica. "Incluso da para que una parte se destine a la exportación, aunque el consumo, como decía, es sobre todo interno", señala.

En los mercados españoles suelen encontrarse dos tipos de zanahoria: "las que llevan hojas, que se recogen de modo manual, y las que no, cuya cosecha está totalmente mecanizada", detalla el presidente de los mayoristas de verduras de Mercabarna. Ha sido precisamente la mecanización del proceso de recogida, la que ha hecho que el cultivo de este tubérculo decayera en Catalunya, donde las fincas dedicadas a la producción de huerta son de pequeños tamaño, "lo que dificulta el uso de maquinaria".

Antiguamente las zanahorias eran moradas. Fueron cambiando de color a medida que los agricultores iban seleccionando semillas para que fueran más dulces y de textura crujiente (como los primeros en hacer esa siembra selectiva fueron los holandeses, corrió el mito de que el color naranja respondía a su color nacional, el de la Casa de Orange). "La zanahoria morada, que hasta hace poco aún se cultivaba en algunas zonas del Baix Ebre, solía utilizarse como alimento para el ganado, aunque es igualmente comestible para los humanos", apostilla Flores.

Junio y la patata nueva

La cosecha de la patata nueva, que en junio alcanza su momento culminante, llega este año con buenas perspectivas, después de una campaña complicada en 2023 por culpa de la sequía. Las primeras producciones que están recibiendo los mercados catalanes son las del sur de España: hay buen producto y también una buena producción. 

"A medida que aumente la temperatura, irá ascendiendo el lugar de cultivo, desde Albacete y Murcia, donde empiezan a recoger ahora, hasta el norte de la península, donde hace más fresco", explica Ramon Barri, que dirige un puesto de hortalizas en el mercado de mayoristas de Mercabarna. 

Es de imaginar que cuando este volumen de patata nueva llegue a los puestos de los mercados, empezarán a reducirse también los precios para el consumidor. En el último año, las patatas se han encarecido un 8,6%, según el último dato del IPC, debido a que esta temporada se ha tenido que importar más cantidad que otras veces.

Como España ha reducido notablemente el cultivo de patata (entre 2017 y 2022, la superficie disminuyó más del 10%), los distribuidores importan "mucha patata francesa, que suele ser de primera calidad", agrega Barri. En los últimos tiempos están llegando también importantes partidas de producto cultivado en Egipto y en Israel.

Una patata mediana contiene 164 calorías, una tasa alta de carbohidratos, fibra y almidón resistente (con un alto poder saciante), además de azúcar y minerales. De todos modos, sus efectos sobre la salud están determinados por el método de cocción, por cómo y con qué se combinen.

Así las cosas, ¿cuál es la variedad más conveniente para cada receta? ¿Cómo se debe cocinar cada tipo de patata? "Cualquier patata, si es de buena calidad y si se trabaja adecuadamente, es buena", afirma Barri. "La teoría dice que las de carne amarilla son para freír o para estofados; y que las de carne blanca son más bien para hervir o para hacerlas al horno", explica el director comercial de la empresa Germans Barri. Entre las primeras, las variedades más apreciadas son las monalisas y las agrias y todo el abanico de patatas ágata. En el otro grupo, el de las de carne blanca, las más populares son la red pontiac (de piel rojiza) y la kennebec (de piel marronosa). "Pero esa es una regla que no siempre funciona, basta con que la patata sea de calidad", advierte Barri.

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