Alimentación

Los consumidores piden medidas para que las dietas saludables lleguen a colegios y residencias de ancianos

Comedor escolar

Comedor escolar / Josep García

María Jesús Ibáñez

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Dietas más sanas y sostenibles y, sobre todo, accesibles también para los niños, los mayores y las familias con menos recursos. Es lo que pide la federación de consumidores y usuarios CECU con motivo del Día Mundial de la Alimentación que se celebra este 16 de octubre. La entidad, que recuerda que los científicos llevan años defendiendo que la alimentación saludable es clave para proteger también el planeta, reclama a los gobiernos y a las empresas del sector que habiliten herramientas para facilitar a todo el mundo el acceso a los alimentos de proximidad.

"Por ejemplo, las cadenas de alimentación podrían dar más presencia, en sus ofertas, a los productos saludables o de proximidad, más allá del márquetin o el denominado 'greenwashing', y las administraciones públicas podrían dirigir sus ayudas directamente a los alimentos más sanos", detalla Eduardo Montero, responsable del área de Alimentación de CECU. La organización de consumidores insiste, a través de un comunicado, que hay que avanzar para que las opciones de alimentos sanos, seguros y sostenibles sean los más accesibles para todas las personas".

Los contratos de los comedores

Montero recuerda que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha publicado recientemente un documento de recomendaciones en el que, entre otras cuestiones, aconseja configurar dietas sanas y sostenibles en el entorno escolar y en las personas mayores. "Hemos observado que en los contratos para la adjudicación de servicios de comedor en centros educativos, en residencias de ancianos o en hospitales -prosigue el responsable de CECU-, se prima el presupuesto por encima de la calidad de los alimentos y eso debería cambiar".

"En algunos casos, sobre todo cuando se trata de personas que pertenecen a familias vulnerables, estos servicios deberían ser incluso gratuitos", indica, y lamenta que, lejos de asegurar esa gratuidad, en muchas autonomías las ayudas o becas para alimentación escolar están llegando con mucho retraso a los beneficiarios.

Comer bien no es caro

El cambio pasa, según la guía de la AESAN, por aumentar en la dieta la proporción de frutas, verduras y legumbres y reducir el consumo de ultraprocesados y carnes rojas. "Es más saludable, pero también más económico y, a su vez, mejor para el planeta", subraya.

Además, agrega Montero, "trabajar una correcta alimentación en las escuelas tiene un doble efecto, ya que además de garantizar que los menores reciben una comida sana y equilibrada al día, se está haciendo pedagogía para su propio futuro y de cara a sus familias".

El experto recuerda asimismo que son varios los factores que condicionan que las personas, sobre todo aquellas que viven en contextos más vulnerables, tengan dificultad para poder seguir dietas saludables. En ocasiones es debido a la falta de tiempo para planificar y preparar los menús diarios, otras veces por dificultades de carácter económico. Otro de los factores más importantes es el grado de confusión generado por recibir gran cantidad de información contradictoria.