Estudio científico

Detectada por primera vez agua en los volcanes de Marte, los más altos del Sistema Solar

Un equipo internacional de investigadores desvela la efímera aparición de hasta 150.000 toneladas de escarcha en el ecuador marciano

Venus tendría volcanes activos y ríos de lava fluyendo en su superficie

Vista aérea de la escarcha detectada en la cima del Monte Olimpo en Marte.

Vista aérea de la escarcha detectada en la cima del Monte Olimpo en Marte. / Adomas Valantinas

Valentina Raffio

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En Marte hay más agua de la que se pensaba. Y sobre todo, en lugares hasta ahora insospechados. Según desvela un equipo internacional de investigadores en un análisis publicado este mismo lunes en la revista 'Nature Geoscience', los colosales volcanes marcianos albergan grandes cantidades de agua helada en su cima. Este fenómeno destaca como algo especialmente efímero, ya que solo se ha observado durante las gélidas mañanas de los meses más fríos del año. "Hasta ahora creíamos que era casi imposible encontrar algo así en los volcanes de Marte", explica Adomas Valantinas, investigador de la Universidad de Brown y autor principal de este trabajo. "Podríamos estar viendo un remanente de un antiguo ciclo climático y de un pasado de precipitaciones y tal vez incluso nevadas en estos volcanes de Marte", añade el especialista.

El análisis toma como referencia las más de 30.000 imágenes y datos recopilados por una misión de la Agencia Espacial Europea (ESA), la famosa ExoMars, y, más concretamente, su instrumento a bordo conocido como Trace Gas Orbiter. Gracias a la información recopilada por esta sonda se ha podido detectar la aparición de una "escarcha increíblemente fina de hielo" en los gigantescos volcanes situados en la región de Tharsis, en el ecuador del planeta, donde se encuentran algunas de las formaciones más altas de todo el Sistema Solar. Por ejemplo, el célebre Monte Olimpo, de más de 21 kilómetros de altura (una cifra que, por poner contexto, hace palidecer los 8.850 metros del Everest de nuestro planeta).

Los datos recaudados por la misión europea ExoMars desvela la presencia de una "fina escarcha de hielo" en lugares como el Monte Olimpo

El hallazgo de hielo en el ecuador marciano ha sido toda una sorpresa. Sobre todo porque, hasta ahora, se creía que esta región no era propicia para albergar formas de agua. Pero según apunta este análisis, en ciertos momentos del año, y durante solo unas horas, en estos volcanes del planeta rojo confluyen ciertos patrones atmosféricos que permiten la formación de esta fina escarcha helada en diferentes puntos de su superficie. Algo así como ocurre con los microclimas que observamos en determinadas regiones de la Tierra. Todo apunta a que este proceso responde al "intercambio activo de agua entre la superficie y la atmósfera marcianas" y, por lo tanto, a sus patrones de circulación atmosférica.

Imagen de las escarchas de hielo detectadas en la caldera del volcán Ceraunius Tholus en el ecuador de Marte.

Imagen de las escarchas de hielo detectadas en la caldera del volcán Ceraunius Tholus en el ecuador de Marte. / Adomas Valantinas

La friolera de 150.000 toneladas

¿Pero qué tanto hielo se ha detectado en los volcanes marcianos? Y sobre todo, ¿dónde? Pues bien, según apunta el análisis publicado este lunes, la masa total de escarcha detectada en los volcanes ecuatoriales de Marte asciende a la friolera, válgase la redundancia, de 150.000 toneladas de hielo. El equivalente a 60 piscinas olímpicas. Todo ello, repartido entre las cumbres y calderas (es decir, en esos grandes huecos creados durante erupciones pasadas) así como en ciertas partes de la base de estas formaciones. En el Monte Olimpo, por ejemplo, se ha hallado hielo en la caldera y la ladera norte de este gigantesco volcán cuya base mide tanto como toda Francia. En los volcanes Ceraunius Tholus y Arsia Mons solo se ha detectado escarcha en la cima.

Los expertos afirman que el hielo es tan fino como un cabello humano y tan solo se cristaliza durante unos momentos muy concretos del año

Una de las partes más curiosas de este hallazgo, que ha contado con la colaboración de científicos del Instituto de Astrofísica de Andalucía, tiene que ver con el espesor del hielo en sí. Porque, aunque las cifras totales apuntan a grandes concentraciones de hielo, los análisis sugieren que estas grandes extensiones heladas tan solo sumarían una centésima de milímetro de espesor. El equivalente al ancho de un cabello humano. En algunos casos se ha detectado que esta escarcha helada es capaz de extenderse en superficies de más de 40 kilómetros de largo, cristalizarse durante las horas más gélidas del día y después desaparecer. Esto explicaría por qué hasta ahora nadie se había percatado de su presencia. 

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