Descubrimientos arqueológicos

Homínidos extintos, collares de ámbar y otras 'joyas' descubiertas este año en Atapuerca

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Vista general de la excavación en el yacimiento de Atapuerca, en la zona de Galería.

Vista general de la excavación en el yacimiento de Atapuerca, en la zona de Galería. / Maria D. Guillén / IPHES-BÚSQUEDA

Valentina Raffio

Valentina Raffio

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Hace ya un año que un escuadrón de arqueólogos compuesto por más de 300 profesionales explora diferentes recovecos del emblemático yacimiento de Atapuerca. Se trata de la 45 campaña de excavación en este famoso yacimiento arqueológico situado en provincia de Burgos que, un siglo y medio después de su descubrimiento, sigue desvelando verdaderas maravillas. "Ha sido una de las más importantes de la historia del proyecto", explican los codirectores del yacimiento, Eudald Carbonell, José María Bermúdez de Castro y Juan Luis Arsuaga en la clausura de esta campaña, anunciada este viernes.

En esta ocasión, los trabajos se han centrado en cinco escenarios distintos situados en la zona llamada como Trinchera del Ferrocarril. También se han procesado unas 25 toneladas de sedimentos a las orillas del río Arlanzón. Todo este trabajo, en su conjunto, ha permitido rescatar la historia de homínidos extintos, de animales que ya no existen y de innumerables fósiles que desvelan cómo eran el mundo hace miles de años.

Estos son los principales hallazgos realizados durante la última campaña de excavación en Atapuerca,  resumidos por los investigadores del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES).

Un homínido en Gran Dolina

El "descubrimiento estrella" de este año, según explican los arqueólogos que han liderado esta última campaña, es sin duda el hallazgo de los restos de un 'Homo antecesor' de 850.000 años en la Gran Dolina. Hace más de 30 años ya se descubrieron fósiles similares en la misma zona. Pero ahora, gracias a esta nueva compaña, se ha podido encontrar un nuevo ejemplar de esta especie extinta de homínidos que antaño pululó por tierras españolas.

En esta misma zona también se han hallado instrumentos de sílex, restos de otro homínido hasta ahora sin identificar homínido (concretamente, un fragmento parietal y una falange del pie), así como una mandíbula completa de rinoceronte y un hueso de hipopótamo (con todos sus elementos en conexión anatómica). 

Vista general de la excavación en el yacimiento de la Gran Dolina.

Vista general de la excavación en el yacimiento de la Gran Dolina. / Andreu Ollé / IPHES-BÚSQUEDA

La cara más antigua de Europa

Los trabajos en la emblemática Sima del Elefante, uno de los lugares más prósperos de todo el yacimiento, también se han hallado los restos de un homínido que los arqueólogos bautizaron (cariñosamente) como 'Pink'. Según explican los investigadores, se trata de la cara humana más antigua hallada hasta ahora en Atapuerca y una de las muestras más antiguas encontradas hasta el momento del rostro de los primeros europeos. Los análisis apuntan a que este homínido vivió hace al menos 1,4 millones de años.

Al lado de sus restos también se encontraron herramientas como un guijarro de cuarzo cortado y una ascla de sílex cretáceo, lo que sugiere que probablemente estos instrumentos pudieron pertenecer a este homínido (o a su grupo). En la misma zona también se ha hallado los restos fósiles de un pequeño carnívoro y el de una tortuga. 

1.300 muestras de fauna

En la zona conocida como Galería, a lo largo del último año los arqueólogos han recuperado más de 1.300 fósiles de fauna y al menos 50 piezas de la industra lítica. En cuanto a la fauna, los expertos han podido identificar restos de ciervos, caballos y bisontes, tanto infantiles como adultos. En cuanto a las herramientas, también se ha hallado una variedad de instrumentos elaborados con materias primas tan variopintas como sílex neógeno y cretáceo, cuarzo, cuarcita y gres.

 Según explican los expertos que han liderado esta parte de la exvacación, los humanos de Atapuerca utilizaban estas herramientas para tareas de carnicería. Sobre todo para la "evisceración, descarnación y desarticulación de carcasas" de animales para que así fuera más fácil transportar los ejemplares cazados más allá de la cueva. También hay pruebas del consumo 'in situ' de animales herbívoros, entre otros.

Cerámica de la Edad de Bronce

Los trabajos en la llamada Cueva Fantasma también han arrojado grandes sorpresas. Los responsables de esta parte de la excavación reportan el hallazgo de "una importante colección de instrumentos lítico" y de "una acumulación de huesos de grandes dimensiones". Según explican los expertos a partir de los estudios realizados, estos restos demuestran la presencia de neandertales en la zona (aunque, tal y como apuntan otros trabajos, sus visitas en la zona fueron muy esporádicas).

En otras zonas de la cueva se han hallado "materiales del holoceno, como cerámicas de la Edad del Bronce". También se han encontrado restos de caballos y ciervos roídos por las hienas, y otros fósiles de león, oso, perro, marmota y bóvido, entre otros. 

Una ventana al neolítico

La excavación de la cueva de El Mirador ha abierto una verdadera ventana al mundo neolítico. En esta ocasión, de hecho, los arqueólogos han podido vislumbrar cómo era la zona hace unos 7.000 años a partir de los restos de cerámicas, instrumentos líticos y otros fósiles de animales hallados en la zona. Entre las especies encontradas en esta cueva destacan ovejas, cabras y hasta caballos, unos animales muy poco comunes para este periodo.

También ha sorprendido el hallazgo de "gran variedad y riqueza de instrumentos líticos y ornamentos personales". Según explican los expertos, entre los restos de cultura material descubiertos hay varios elementos elaborados con vidrio de roca y hasta exóticos colgantes de ámbar, muy probablemente traídos de lugares lejanos. Todo esto demostraría "la riqueza y los amplios contactos comerciales de las primeras comunidades de ganaderos y agricultores que se establecieron en la Sierra de Atapuerca".