ESPECIE DESCONOCIDA

Los genes de bonobo mantienen el legado de un chimpancé extinto

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zentauroepp47949263 bonobo190429161046 / Cintia Garai

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El código genético de los actuales bonobos ha desvelado una 'historia de amor y mestizaje' que tuvo lugar hace medio millón de años. Fue entonces cuando esta especie de chimpancé se cruzó con un primate arcaico hasta ahora desconocido. Tras la extinción de este último, el recuerdo de esos cruces ha quedado impreso en el ADN de los bonobos. Así lo desvela un nuevo estudio del Institut de Biologia Evolutiva de Barcelona (IBE, CSIC-UPF) publicado este lunes en la revista 'Nature Ecology and Evolution'.

Todo apunta a que ambas especies se cruzaron durante su convivencia en la selva central de África, en las orillas del río Congo, hace 400.000 años. Por aquel entonces, la vegetación alrededor del río podría haber unido y aislado las especies en diferentes etapas. Mientras que los periodos de prosperidad la vegetación aisló a la ya extinta especie de sus coetáneos, las épocas de sequía los volvieron a unir. Las inclemencias climáticas de la región ocurridas durante la formación del río Congo hace 3,5 millones de años  podrían, por lo tanto, haber propiciado la separación y la diferenciación de estas poblaciones de simios.

"Lo que ahora queda claro es que la 'especie fantasma' ahora extinta, que se separó del ancestro común de chimpancés y bonobos hace unos 3 o 4 millones de años, también se cruzó con estos últimos dando lugar a una descendencia fértil hace más de 400.000 años", argumenta Martin Kuhlwilm, investigador postdoctoral del grupo "Comparative Genomics Lab" y coautor del estudio, junto al investigador Tomàs Marqués-Bonet, también director del IBE.

Huellas de una especie fantasma

En este nuevo estudio, los investigadores secuenciaron el código genético de 59 chimpancés y 10 bonobos salvajes modernos. El análisis desveló la existencia de pequeños fragmentos de ADN que no encajaban con la información previa de la que disponían los expertos, por lo que descartaron que viniera de un antiguo cruce entre especies conocidas o de una mutación aleatoria. El siguiente paso fue intentar descifrar este misterio a través de potentes técnicas estadísticas habitualmente utilizadas para identificar especies humanas extintas. 

Este sofisticado método de análisis, anteriormente utilizado para demostrar el cruce entre neandertales y humanos a falta del genoma del antepasado extinto, desveló que los bonobos sí mantenían en su código genético algunas trazas del legado del 'primate fantasma' con el que se cruzaron hace millones de años. Concretamente, un 3% de este seguiría manteniendo la 'huella' de aquel mestizaje. Los chimpancés actuales, en cambio, no. "A través de esta información genética podemos releer la historia de los simios africanos y proponer que alguna vez hubo una tercera especie de chimpancé viviendo en la selva centroafricana", argumenta Kuhlwilm.

El último rastro de legado

Más allá de este 3% impreso en el genoma de los bonobos, los investigadores descartan la posibilidad de hallar más rastros de esta especie de primate extinto. Los simios encuentran su hábitat natural en los entornos tropicales, lugares al aire libre en los que la materia orgánica se descompone rápidamente en contacto con un suelo particularmente ácido. En este contexto, los expertos estiman que la probabilidad de encontrar restos fósiles de simio con ADN antiguo es altamente improbable. Este dato, paralelamente, contrasta con los hallazgos de fósiles de homínidos conservados, eso sí, durante millones de años al resguardo de la intemperie.

Los investigadores argumentan que, ante la ausencia de fósiles que analizar, la información genética se convierte en la única pista a seguir para descifrar la identidad de este 'primate fantasma'. Y, sobre todo, para entender hasta qué punto se diferenciaba de los actuales chimpancés y bonobos, especies aún presentes hoy en día. "Buscar el rastro de este simio ancestral en el genoma de los bonobos modernos puede ser la única estrategia para desvelar o conocer esta población extinta, como si se tratara de un fósil genómico", comenta Marquès-Bonet.

Por ahora, los expertos apuntan a que si la 'huella' de esta misteriosa especia ha sobrevivido hasta la actualidad es porque esta debe haber otorgado cierta ventaja evolutiva a los actuales bonobos. "Hay señales de que estos cruces reforzaron el sistema inmune de estos primates, igual que cruzarnos con los neandertales reforzó el nuestro", remarca Kuhlwim. En este sentido, los investigadores también señalan que este rasgo podría haber beneficiado a la especie a adaptarse a diferentes fuentes de alimentos.