TERAPIAS PSEUDOCIENTÍFICAS

La Fiscalía amplía la investigación de la 'terapia de la lejía'

La Unidad Central de Criminalidad Informática ha ordenado a las fiscalías provinciales de Lleida, Madrid, Castellón y Santa Cruz de Tenerife que continúen la investigación

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jcarbo45640872 pamies190220135317 / RAMON GABRIEL

J. G. Albalat / Valentina Raffio

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La Fiscalía General del Estado ordena ampliar la investigación sobre la venta de clorito de sodiocompuesto químico prohibido por la Agencia Española del Medicamento desde el año 2010, como producto con supuestas capacidades terapéuticas. La Unidad Central de Criminalidad Informática de la Fiscalía General del Estado ha ordenado a las fiscalías provinciales de Lleida, Madrid, Castellón y Santa Cruz de Tenerife que continúen la investigación sobre este falso remedio en sus jurisdicciones. También les pide abrir expedientes de seguimiento para falicitar la investigación general.

La Fiscalía estima que la venta y promoción del conocido por sus promotores como MMS (Mineral Miracle Solution, uno de los nombres comerciales con el que se vende este compuesto similar a la lejía) podría incurrir en un delito contra la salud pública, según lo recogido por el artículo 359 del Código Penal. La investigación, surgida a raíz de una denuncia del secretario general de Sanidad y Consumosecretario general de Sanidad y Consumo interpuesta en noviembre del 2018, se centrará ahora en determinar dónde se está publicitando, vendiendo y difundiendo este las supuestas capacidades terapéuticas de este compuesto tóxico.

La Guardia Civil, interpelada por el Fiscal, también ha emitido unos informes en relación a los hechos investigados. Las pesquisas realizadas hasta el momento confirman que este producto está siendo publicitado "a través de una diversidad de contenidos, algunos de los cuales ensalzan las supuestas ventadas de utilización de este producto en orden a la curación de determinadas patologías, otros informan acerca de los protocolos para su utilización e incluso, en otros casos, se ofrece directamente a la venta de la sustancia indicada", indica la Fiscalía en un comunicado de prensa remitido a los medios de comunicación este mismo miércoles.

El veto de las autoridades a las pseudoterapias

El pasado mes de octubre, un evento en el que se planteaba el uso del clorito sódico como una terapia para tratar el autismo encendió las alarmas de las autoridades sanitarias.  La Asociación Española de Profesionales del Autismo (AETAPI) y la Confederación Autismo España denunciaron el acto que, bajo el lema de 'El autismo es recuperable', sugería la ingesta de este tóxico para tratar a los niños con trastorno del espectro autista (TEA). El agricultor Josep Pàmies y el químico puertorriqueño Gregorio Placeres fueron algunos de los que intervinieron durante la charla para hablar del uso terapéutico de este químico.

Tras la denuncia de las asociaciones, el Departament de Salut de la Generalitat alertó a los organizadores de la charla para que tomasen las medidas pertinentes para garantizar que en ningún caso se hiciera referencia al MMS como un tratamiento ante cualquier enfermedad. La 'conselleria' también avisó de la apertura de un expediente de investigación por la promoción de este 'medicamento ilegal'. A pesar de este primer veto de las autoridades sanitarias, la charla se realizó.

Unos días más tarde, la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedopresentó una denuncia ante la Fiscalía contra el uso terapéutico del clorito sódico, haciendo especial mención a la utilización de esta falsa cura para el autismo. "El ministerio no va a quedarse impasible ante la actuación de personas que publiciten o fomenten, sin ninguna evidencia, el uso de remedios para la curación de patologías", destacó Carcedo durante su comparecencia en la comisión de Sanidad en el Senado. Poco después, el Gobierno anunció un nuevo 'Plan para proteger al paciente frente a las pseudoterapias' en el que se planteó reforzar el control para evitar la promoción de productos supuestamente sanadores.

Hacia finales de mes, la Generalitat impuso dos multasdos multas relacionadas con la venta y promoción de este producto pseudocientífico propuesto por sus defensores como una cura para el cáncer, la leucemia y el autismo, entre otros. La primera, de 90.001, fue dirigida a la asociación de la asociación de plantas medicinales 'Dolça Revolució'. La segunda, de 600.000 euros, a Josep Pàmies por la organización del congreso sobre autismo. En ambos casos, la 'conselleria' reclamaba la eliminación de todo aquel material escrito y audiovisual en el que se promocionaba el uso de este producto. Salut también confirma que sigue de cerca las charlas sobre MMS que se están realizando y que, además, tiene abierto otro expendiente de investigación sobre una conferencia de Josep Pàmies y Teresa Forcades en Argentona (Maresme).

La polémica 'terapia de la lejía'

El clorito de sodio (NaClO2) o MMS (solución mineral milagrosa, en su traducción del inglés) es un compuesto utilizado en procesos como la fabricación de papel o la desinfección de aguas. Su fórmula química, de hecho, es muy similar a la de la lejía (hipoclorito de sodio, NaClO). Los promotores de esta pseudoterapia defienden su uso como una cura polivalente para diferentes afecciones, sean estas víricas, bacterianas o de cualquier otra índole. En los últimos meses, EL PERIÓDICO ha relatado diferentes casos en los que este falso remedio ha sido prescrito, entre otros, como cura para el autismo. En ocasiones, como complemento a protocolos como la introducción de gotas de orina en los oídos.

Las indicaciones para seguir esta ‘terapia de la lejía’ se han extendido rápidamente en la red en los últimos años. Lo mismo ha ocurrido con los puntos de distribución y venta de este producto, distribuidos en todo el territorio y fácilmente accesibles a través de herbolarios online. Investigaciones previas de este diario también desvelaron que el MMS se comercia de forma privada a través de grupos de WhatsApp y Facebook. Sus defensores también sugieren prepararlo en casa a partir de una mezcla y posterior dilución de clorito sódico con un ácido, como el limón. Ya en el 2010, las autoridades sanitarias señalaron que la ingesta de este producto puede derivar en dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones hasta fallos renales.