Aventura en las alturas

Boadas: cuando vale la pena salir de casa tras 90 años para maridar tus cócteles con platos de Suculent

La histórica coctelería sube a la azotea del Hotel Duquesa Suites para combinar con acierto sus tragos con los platillos de Suculent

Así serán los próximos 90 años de Boadas

¿Por qué Barcelona es la capital mundial de la coctelería?

Varios de los platos de Suculent y cócteles de Boadas en la terraza del Hotel Duquesa Suites.

Varios de los platos de Suculent y cócteles de Boadas en la terraza del Hotel Duquesa Suites. / El Periódico

Ferran Imedio

Ferran Imedio

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El panorama coctelero de Barcelona ha vivido un momento histórico con la escapada de Boadas a la terraza del Hotel Duquesa Suite, en la plaza de Correus. Por primera vez en sus 90 años de historia, sirve sus combinados en un sitio que no es su local de la calle de Tallers, que sigue abierto mientras dura esta aventura, hasta finales de octubre. El movimiento ha valido la pena porque allí arriba se ha encontrado con Suculent, uno de los mejores restaurantes del Raval, para ofrecer una tentadora combinación de tragos y bocados con vistas panorámicas al frente marítimo de la ciudad.

Quienes suban a la azotea del hotel son libres de pedir los platillos del establecimiento de Tonet Romero y renunciar a maridarlos con los cócteles de la 'catedral' (así se conoce a Boadas en el mundillo de la mixología, que cambió de manos en 2022). Pero se estarán perdiendo unas combinaciones tan sorprendentes como efectivas.

Cualquier maridaje es válido si está bien concebido

Así pues, un Americano (vermut, campari, soda) funciona de maravilla con una 'mousse' de mejillones en escabeche, con un matrimonio (boquerón y anchoa) y con una ostra con salsa 'mignonette', mientras que el Toreador (primo hermano de la margarita, con tequila, licor de albaricoque y zumo de lima) encaja a la perfección con el ceviche de pez mantequilla, torreznos, aguacate y maíz, y con el 'vitello tonnato' de 'unglet' de ternera de raza Angus con ventresca de atún confitada, del mismo modo que el Sherry Collins (ginebra, limón, un toque de azúcar, palo cortado y soda) va de la mano del mollete de chicharrón, queso payoyo y romesco, y del mollete de pastrami casero con salsa de chipotle, rúcula y pepinillos encurtidos.

Demostración palmaria de que cualquier maridaje es válido, aunque sea de alta graduación, si está bien concebido son las propuestas de Boadas y Suculent que ha juntado Santi Olivella (estuvo en Cata 1.81) en el menú degustación con maridaje de la terraza del Duquesa Suites y que consta de seis platillos y cuatro cócteles (75 €).

El Americano de Boadas (vermut, Campari y soda), con una 'mousse' de mejillones en escabeche de Suculent en la terraza del Hotel Duquesa Suites.

El Americano de Boadas (vermut, Campari y soda), con una 'mousse' de mejillones en escabeche de Suculent en la terraza del Hotel Duquesa Suites. / Ferran Imedio

El Americano representa el concepto de "aperitivo total", explica Santi Olivella, al mando de la sala (perdón, la terraza), de ahí que se asocie con clásicos del picoteo previo a cualquier almuerzo. "Todos los sabores que imaginamos están aquí y hay que tener en cuenta que lo salino (en esta ocasión, mejillones, boquerón, anchoa, ostras) siempre funciona con lo amargo de este trago", explica, antes de recordarnos que "lo mejor antes de una comida es comenzar con algo que nos haga salivar, y cualquier bebida amarga es ideal".

El Toreador de Boadas (tequila, licor de albaricoque y zumo de lima), con un ceviche de pez mantequilla de Suculent en la terraza del Hotel Duquesa Suites.

El Toreador de Boadas (tequila, licor de albaricoque y zumo de lima), con un ceviche de pez mantequilla de Suculent en la terraza del Hotel Duquesa Suites. / Ferran Imedio

El Toreador lleva lima, el mismo ingrediente que la leche de tigre del ceviche, así que estamos ante una combinación ganadora. "Además, el tequila es un sabor de América, como este plato", sonríe Olivella, que razona el por qué del buen entendimiento entre este cóctel y el 'vitello tonnato': "El cítrico va bien con el pescado y su acidez ayuda a compensar lo graso del plato, mientras que el toque avinagrado de las alcaparras funciona con el tequila".

El Sherry Collins de Boadas (ginebra, limón, un toque de azúcar y palo cortado), con un molletes de chicharrones y queso payoyo y de pastrami de Suculent en la terraza del Hotel Duquesa Suites.

El Sherry Collins de Boadas (ginebra, limón, un toque de azúcar y palo cortado), con un molletes de chicharrones y queso payoyo y de pastrami de Suculent en la terraza del Hotel Duquesa Suites. / Ferran Imedio

El Sherry Collins y el mollete de chicharrones y queso payoyo es "Cádiz 100%". "En este caso, no hay opción B, hay que acompañarlo con un vino de Jerez [el palo cortado integrado en este cóctel]", sostiene Olivella, que defiende que "la complejidad y aromas de estas bebidas realzan los sabores que lleva este bocadillo y su 'primo hermano', el mollete de pastrami".

Suscríbete para seguir leyendo