Gastronomía asequible

Barcelona buena y barata: cuscús y felicidad en el Bar Ket, 'el bar de les nenes' del Ninot

Este establecimiento del mercado del Eixample sirve cocina alegre, sencilla y buena

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Àngels y Paula, del Bar Ket, con el cuscús de verduras.

Àngels y Paula, del Bar Ket, con el cuscús de verduras. / Òscar Gómez

Òscar Gómez

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Casualidad y fortuna: una escapada no planificada nos lleva hasta el Bar Ket (mercado del Ninot) un miércoles al mediodía. De vez en cuando, la vida nos besa en la boca y nos regala un momento de cocina alegre, sencilla y buena. ¿Qué tenéis para comer? Una enorme sonrisa junto a la frase “cuscús de verduras, macarrones a la boloñesa y fideos 'yakisoba', tortillas variadas y croquetas” será la triunfante respuesta. ¿Todo hecho en casa? “Todos nuestros platos son hechos por nosotras. Hacemos cocina simple y rica. Nos gusta cocinar”, contestan. No cuesta nada creerlo, la cocina está completamente abierta a la mirada. Planchas, freidoras y hornos en la puta jeta. Han cantado línea, nos quedamos, que empiece la fiesta.

Bar Ket

Mallorca, 133. Parada 21 del mercado del Ninot. Barcelona

Tf: 93.453.30.65

Plato de cuscús de verduras: 4,75 €

Plato de macarrones a la boloñesa: 5,25 €

“Lo más importante en el cuscús es la proporción de agua, para que no quede seco y duro, pero también es muy importante que no quede 'rebullit'”, nos contaba Àngels Font sin dejar de trabajar y despachar, vaya marcha. Hay que huir del cuscús-plasta y tener el acierto de freír cada verdura por separado. Así tienen control de la textura final de cada ingrediente y se mantiene la individualidad del sabor de cada verdura. Terminan el plato con un golpazo intenso de calor en la plancha. Desde tu taburete oyes crepitar la sémola mientras Àngels 'remena' con las palas, se despiertan y arrebatan los aromas del plato y el resultado es fino, suelto, aromático y nada pesado.

Un cuscús bien hecho con mirada catalana: en comparación con los originales no es menos aromático y especiado. Resulta especialmente agradable la soltura de la sémola y encontrar variaciones juguetonas de textura: tierna y pulposa en el pimiento, algo más crocante y tensa en el calabacín, definitivamente algo menos cocinado. Menos de cinco euros cuesta el plato. Imbatible. No me extraña que en la barra no pasen de pasar y pasar parroquianos.

La barra de Bar Ket, en el mercado del Ninot.

La barra de Bar Ket, en el mercado del Ninot. / Òscar Gómez

Bar Ket es un bar de mercado. Sin mesas, con avalancha de simpatía, complicidad con la clientela y una vitalidad positiva que se contagia y que alegra. Al timón está Mari Àngels Font, que es segunda generación: “Mi padre, Esteve, se puso al frente del bar en el año 1984. Yo con 17 ya venía a ayudar y desde entonces aquí estoy. Y ahora tengo 54”. De casta le viene al galgo y Àngels despacha mientras charla animadamente con los comensales. Tortillitas individuales de verduras -que son uno de los platos de mayor éxito del bar-, y empanadillas “de atún, de las de toda la vida. Hechas en casa, son también un éxito y tenemos mucha clientela del Clínic, porque durante la reforma del mercado la carpa provisional estaba justo delante”.

Una paradista vecina se acerca a por su cortado, comentan la jornada y el vaivén constante de la conversación se funde con el clac-clac-clac de un cuchillo picando cebollas. Paula Rodríguez está haciendo 'mise-en-place'. “Mi padre tiene ahora 88 años y tenía dos bares”, nos cuenta Àngels, “¡Pues mi abuela Mari Carmen cumple hoy los 88!”, contesta Paula cuchillo en mano mientras sigue sigue picando cebollas varios kilos de cebolla. El ritmo de la conversación y del clac-clac-clac no decae.

Nos contagiamos y pedimos el plato de macarrones a la boloñesa, con carne. Punto de cocción agradable y buena salsa. Sencilla y casera, aunque al no disponer de salamandra el gratinado del queso funde, pero no puede conseguir un sexi-dorado crocante. Aún así, es un buen plato de macarrones a precio más que moderado. Rasante.

El tercer miembro del ‘bar de les nenes’ es Luci Herrero. Juntas forman un equipo que cocina, atiende, chascarrea y da alegría. Un cliente está leyendo libros antiguos y al comentar que son ‘nous de trinca’ cantan y bailotean brevemente qué pasa con el Darwin, tanto dar la lata, que el hombre viene, de la patata. Y así todo, si me dejan estoy pensando en quedarme a cenar.

El cuscús de Bar Ket, suelto y con las verduras fritas o salteadas.

El cuscús de Bar Ket, suelto y con las verduras fritas o salteadas. / Òscar Gómez

'Xuixos' de Girona de Can Castelló y 'recuit de drap' para los postres. Nos decidimos por la cremosidad láctica y ligeramente untuosa del 'recuit' regada con un buen chorrazo de miel. Pedimos café, que resulta estar muy bien hecho -en Barcelona casi nunca pasa-. Antes de marchar, Àngels nos recuerda que cada viernes, y solo a partir de las 12 del mediodía, fríen patatas caseras, que el personal tiene por costumbre llevarse y devorar metidas en un cucurucho de papel. Quedará pendiente esta fiesta del cucurucho, por hoy ya ha sido suficiente. Han cantado bingo en el Bar Ket.