Testimonio entre lágrimas
La sumiller Meritxell Falgueras denuncia "acoso e insultos" en las redes
"Este no es el futuro que quiero para mis hijos", proclama la comunicadora, harta de recibir ataques
![El vídeo con el que la sumiller Meritxell Falgueras denuncia "acoso e insultos" en las redes](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/a4bf0328-9416-490a-8b11-7a7eb19d4bea_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
El vídeo con el que la sumiller Meritxell Falgueras denuncia "acoso e insultos" en las redes. /
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Meritxell Falgueras ha dicho basta. La sumiller y comunicadora ha colgado en su perfil de Twitter un vídeo en el que denuncia el acoso de algunos usuarios que la degradan: "Muchas mujeres sufrimos acoso e insultos".
"Soy la primera que me tengo que defender", argumenta entre lágrimas antes de recordar que incluso se creó una cuenta específicamente que la estaba "perseguiendo sexualmente" en las redes y que consiguió que fuera eliminada. Fue una victoria amarga: "Y la autoestima, ¿qué?", reflexiona, lamentando. "¿Y callar para no darle bombo y por el qué dirán...?", se lamenta.
A través de un abogado
Pero siguió recibiendo ataques. Y ella los aguantó como pudo, viendo con tristeza y rabia como incluso "gente del sector" daba al 'like' a comentarios en francés como que "le gustaba hacer mamadas" mientras ella sufría depresión posparto. "Lo más fuerte es que nadie le llamó la atención y fui yo quien, a través de un abogado, le tuve que hacer retirar los comentarios". Esta vez ha levantado la voz con el vídeo que ha colgado en Twitter y en el que reproduce las vejaciones que sufrido últimamente.
La espoleta ha sido el "desafortunado comentario, sobre todo por el término subnormal" [el tuit al que se refiere es al que entrecomillaba la frase de un artículo: "Al menos no sacaron a Meritxell Falgueras, que es el recurso característico cuando quieren hacer cosas de divulgación vinícola para subnormales"]. "Pero no he explotado solo por este comentario, sino por todos los que he ido recibiendo, sobre todo poniendo en duda mi profesionalidad", explica a este diario.
"Tengo una hija a la que no quiero que le pase esto y un hijo a quien no quiero que le prohíban y que a su generación no se le pase por la cabeza hacerlo", argumenta. "Mucha gente no lo sabía porque yo iba callando, queriendo ser prudente porque los 'haters' quieren notoriedad y yo evito el follón...", explica. "Pero llega un momento en que hay que cambiar las cosas, y si puedo explicar un vino rosado, por qué no puedo explicar esto. Es una cuestión de autoestima".
A raíz de su denuncia, han sido numerosas las muestras de apoyo que ha recibido en las mismas redes donde la han atacado, tanto de dentro como de fuera del sector gastronómico. "Estoy emocionada, estoy recibiendo muchísimo apoyo, y eso me hace llorar otra vez, pero en este caso por lo bonito que está siendo sentir el calor de la gente".
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