Nuevos y buenos: 7 restaurantes recién abiertos en Madrid que hay que conocer

El verano es buen momento para probar, pensar y ajustar. Todos los restaurantes que aparecen en la siguiente lista han abierto sus puertas en los últimos meses; desde aquellos calurosos días del final de la primavera hasta los albores de septiembre. Y todos nacen con el objetivo de conquistar al cada vez más exigente (¿saturado?) público madrileño. Mimbres no les faltan…

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Rocacho Plaza

Todos los que hemos disfrutado alguna vez de Rocacho, sentíamos que tenía todo el sentido que hubiera un ‘rocachito’, es decir una versión más informal y de barra del asador moderno de Padre Damián. El verano trajo consigo ese sueño: Rocacho Plaza (plaza del Marqués de Salamanca, 9) permite liarse tanto como uno quiera en un local con horario de cocina ininterrumpida y mucha terraza.

Este nuevo Rocacho parece el escenario ideal para dar cuenta de los embutidos de buey que se despachan aquí, la ensaladilla clásica o los ‘rocachitos’ de bacalao con alioli. Siempre queda tiempo después para completar ese aperitivo con alguno de los fenomenales arroces de la casa: del ‘senyoret’, con gamba y langostino pelados o de cigalas y alcachofas. Para finalizar, carnes de tronío con buey y vaca en distintas maduraciones: el universo Rocacho se expande.

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Bascoat

Hay verdades como templos y una de ellas es que, de toda la oferta de Ponzano, pocos restaurantes tienen el prestigio de Arima. La casa de Nagore Irazuegi y Rodrigo García conjura “toda la magia del País Vasco” en Madrid, según declaración de un fan, Sacha Hormaechea.

Nagore y Rodrigo evolucionan ahora en un 'citius, altius, fortius' de libro con Bascoat, su manera de hacerse mayores en Madrid. ¿Qué tenemos aquí? Desde autohomenajes en forma de la Gilda 2.0 a recuerdos de ¿juventud? como el pastel de merluza de Astelena con emulsión de su colágeno. No hay que volverse loco: la carta no es kilométrica pero si enjundiosa: con rodaballo a la parrilla y un poco de riesgo en la parte cárnica -manitas de cerdo y cuello de cordero- ya estaría.

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Haramboure

A Patxi Zumárraga lo conocimos en Fismuler compartiendo protagonismo junto a Nino Redruello en un proyecto de sombra alargada en el Madrid de los últimos años. Ahora vuela solo en un restaurante (Maldonado, 4) que toma su nombre del apellido de su socia, Patricia Haramboure, que ejerce, además como jefa de sala.

La carta variará tanto como lo haga el producto de calidad que llegue a manos de Zumárraga, que ofrece una cocina ‘vascofrancesa’ con bocados individuales abriendo el fuego de modo que uno pueda tener la sensación de estar frente a un menú degustación sin que lo sea realmente. Platos que reflejan la personalidad ‘haramburiana’ son la nécora a la brasa con ajo y mantequilla o el celerí glaseado como un ‘magret’: producto del mar, fuego bien entendido y verdura a tope, aunque a veces aparezca disfrazada de propuesta carnívora. 

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Velasco & Abellà

Andaba Madrid huérfano del saber hacer de Óscar Velasco desde que el covid se llevara por delante el mítico Santceloni del Hesperia de Castellana. La espera ha terminado: junto a su pareja Montse Abellà -'pastry chef' en aquel recordado restaurante- han abierto una casa de comidas que tiene todo de proyecto personal.

En el local que alojó en su momento una antigua sala de fiestas (Víctor Andrés Belaunde, 25) esta pareja ha creado un luminoso y precioso comedor mediterráneo. Los platos mantienen las señas de identidad que hicieron de Velasco una estrella. La carta cambiará (y eso es bueno) pero entre lo probado hay joyas como la gamba blanca al ajillo con huevos fritos y patatas o la codorniz criada con maíz con guarnición de zanahorias y aceitunas escabechadas. Un reencuentro feliz en un restaurante, Velasco & Abellà, que va a dar muchas alegrías.

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Caiño

Nunca hay suficientes ‘vinobares’ en Madrid. Por eso, es una noticia fenomenal que abra un nuevo. Lo hace en la ‘zona’ de Bulbiza, ese área situado en la calle de Ibiza, 35) consagrada al buen comer. Lucía Araque es la jefa de sala y Carlos García, el chef de un proyecto que orbita en torno al mundo del vino pero en el que también se pretende que haya una carta sencilla pero dinámica.

Además de una oferta amplísima, Caiño albergará catas temáticas pensadas para dar a conocer zonas como Galicia, Jerez o la sierra de Gredos. Para picotear, croquetas de calamares en su tinta, tablas de embutidos o quesos, empanada gallega horneada en el día o la hamburguesa de la casa. Esto debe servir únicamente como orientación porque la idea es que los platos salgan y entran de la carta según temporada. Se avecina disfrute.

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Lelong Asian Club

La vocación de la empresaria María Li Bao por crear restaurantes de comida asiática de alto nivel en España no cesa. A la nómina de espacios se ha sumado, desde hace poco, Lelong Asian Club, que promete ser un parque temático para toda la gastronomía que llega de Oriente en una ubicación privilegiada (carrera de San Jerónimo, 9). El envoltorio ya es de empaque: un escenario que remite a la época colonial y en el que mármoles, biselados y columnas hacen que todo luzca: lujo asiático, nunca mejor dicho.

Felipe Bao es de nuevo el artífice de una carta en la que resulta dificilísimo optar por uno y otro plato. La ensalada templada de pato crujiente es seductora a más no poder igual que la selección de 'dim sum' variados. También hay guiños japoneses, como ese mar y montaña que es el 'nigiri' de salmón flambeado con cremoso de oca caramelizado. Entre los principales, aún más fusión que se arrima a latitudes americanas en el 'usuzukuri' de lubina con leche de tigre maracuyá y pico de gallo. 

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Mena

Abren los primeros restaurantes de LaFinca Grand Café y las expectativas se disparan. Este centro comercial (porque en él se comercia, ya sea con gastronomía o con otros productos) situado en la zona cero de la exclusividad en España (avenida de Luis García Cereceda, 5, Pozuelo de Alarcón) atrae ya todas las miradas, a sabiendas de que cerca -no en él, ojo- aterrizará el año que viene David Muñoz con el nuevo DiverXO. Mientras tanto, es fácil entretenerse con restaurantes como el recién abierto Mena, del grupo Lew Brand.

En este restaurante gigante -más de 1.500 metros cuadrados-, el chef Juanjo Canals propone distintos ambientes y distintas experiencias que van desde el tapeo castizo -croquetas de jamón ibérico, torreznos de cochinillo- hasta una barra de bocados crudos donde hay desde ostras a tiraditos. Pizzas en horno de leña y con ingredientes nobles, como colmenillas o cecina de 'wagyu'; carnes a la parrilla como la obligatoria chuleta de vaca madurada o el lomo bajo de raza Simmental y postres como tarta de queso o de limón completan una experiencia en la que hay algo para todo el mundo.