Los hechos delictivos en Badalona en 2023 doblaron holgadamente a los de Santa Coloma (11.881 por 4.695), pero debido a la diferencia de población entre ambas, conviene revisar el total de delitos en proporción a los habitantes.

Cuatro alcaldes ha tenido Badalona desde 2018, cuando se produjeron 56 hechos delictivos por cada 1.000 habitantes. En un lustro, el porcentaje ha crecido algo más de un 8%. En Santa Coloma, donde Parlon gobierna desde 2009, la tendencia marca un descenso del 2% entre 2018 y 2023.

El hurto es el delito imperante en ambas ciudades. En 2023, se denunciaron casi 4.000 en Badalona, por unos 1.500 en Santa Coloma. Es una de las formas delictivas que hace crecer más la percepción de inseguridad.

El mismo Ministerio de Interior, fuente de estos datos, señala que el incremento de delitos contra la libertad sexual "deben ponerse, en parte, en relación a las activas políticas de concienciación y de reducción de la tolerancia social y personal frente a este tipo de hechos delictivos".

La última encuesta del Institut Metròpoli muestra pocas diferencias en los porcentajes de vecinos que aseguran haber sufrido un delito en el último año en Santa Coloma (23,6%) y en Badalona (21,9%). La media metropolitana es similar (23,2%).

Ambas ciudades quedan por debajo de Barcelona y de L'Hospitalet de Llobregat, que arrojan porcentajes de victimización del 26,7% y del 26,6%, respectivamente. Santa Coloma destaca por la victimización en el ámbito de los domicilios, la más elevada de las grandes ciudades del área metropolitana (un 4,3%). En ambos municipios, la mayor parte de los delitos referidos tuvieron que ver con la seguridad personal (un 14,6% en Badalona por un 13,9% en Santa Coloma). La evolución respecto a la anterior encuesta de victimización del Institut Metròpoli es grande.

En aquella ocasión, con datos de 2022, un 22,9% de los badaloneses encuestados aseguraron haber sufrido un delito, por un 13,9% en Santa Coloma.

Un año atrás, en 2021, los datos colocaban, sin embargo, a Santa Coloma por encima de Badalona en cuanto al porcentaje de vecinos que aseguró haber sufrido un hecho delictivo aquel año. El índice de victimización colomense fue del 22%, mientras que el de Badalona, del 18,9%. Santa Coloma destacó especialmente por los delitos perpetrados contra vehículos y contra los domicilios. Ambos porcentajes quedaron por debajo del de la capital, Barcelona, que registró un 23,5% de población que había sufrido un delito. Un año atrás, en el pandémico 2020, Badalona registró un índice de victimización del 27% y Santa Coloma, del 25%. Entonces, en Barcelona se superó el 30%.

Apenas un 8% de los badaloneses cree que la seguridad ha mejorado en el último año en su ciudad, por un 18,7% de los colomenses encuestados.

La gran mayoría de los vecinos de ambas ciudades considera que la situación se mantiene igual: un 53,6% en Badalona y un 48,7% en Sta. Coloma. Alrededor de un tercio de los badaloneses considera que la situación es peor, por un cuarto de los colomenses. Además, en Badalona, un 24,7% de los vecinos encuestados aseguró sentirse inseguro en su barrio. En Santa Coloma, el porcentaje es prácticamente el mismo (un 24,6%). Estos datos solo son superados por L'Hospitalet de Llobregat, que marca un 26,2% de vecinos que da una nota menor al cinco si le preguntan por el sentimiento de inseguridad en su barrio.

Son mejores datos que los cosechados en la anterior encuesta de victimización llevada a cabo por el Institut Metròpoli, en 2022.

En aquella ocasión, entre las ciudades del área metropolitana con más de 70.000 habitantes, Badalona fue donde más vecinos dijeron sentirse inseguros (un 27,9%). Tras L'Hospitalet y Barcelona, se situaba Santa Coloma, donde un 19,8% también lo afirmó. Ahora bien, según los propios creadores de la encuesta, hay que tener en cuenta que "el sentimiento de inseguridad no se ajusta necesariamente a la distribución territorial de la actividad delictiva". La delincuencia tampoco es el único factor que influye: problemas de incivismo, de convivencia vecinal, de acceso a la vivienda, o de suciedad e iluminación de la vía pública acrecentan la percepción de inseguridad.