Refugios climáticos:

Luces y sombras de la estrategia anticalor de BCN

Refugios climáticos:

Luces y sombras de la estrategia anticalor de BCN

Días sofocantes y noches tórridas

Los llamados 'refugios climáticos' son la punta de lanza de la estrategia de Barcelona contra las temperaturas extremas. La regulación de una práctica que ya existía de manera informal ha puesto en evidencia que la necesidad es real, pero también los déficits de la joven red.

Origen del término

"refugio climático"

El término "refugio climático" es relativamente nuevo, pero su esencia es tan antigua como la Humanidad misma. Un refugio climático es, en definitiva, un lugar donde refugiarse del calor. No existe una definición única, así que hay quien afirma que la etiqueta vale para casi cualquier espacio donde se pueda encontrar un resquicio de sombra, como un parque con abundante arbolado. Pero también hay quien replica que solo debería aplicarse a "islas de frescor" diseñadas para soportar las temperaturas extremas de la calle en verano, como podría ser el caso de una biblioteca o un centro cívico con aire acondicionado. Hace al menos cuarenta años que los urbanistas discuten sobre cómo 'aterrizar' este concepto, pero ahora con una crisis climática que deja temperaturas cada vez más extremas, lograrlo se ha convertido en una prioridad política y ciudadana.

La estrategia de Barcelona

en comparación con otras capitales

Barcelona fue una de las ciudades pioneras a nivel mundial tanto en el uso del término "refugios climáticos" como en la creación de una red. La primera vez que se habló de este concepto fue en 2019, cuando se planteó un ambicioso plan para que "todos los vecinos de Barcelona tuvieran un espacio en el que resguardarse de las altas temperaturas a 10 minutos de su hogar". Cinco años más tarde, la capital catalana sigue siendo la más avanzada de toda España en este empeño. Un reciente informe de Greenpeace, de hecho, alaba la apuesta barcelonesa por este tipo de iniciativas y reprocha que, por ejemplo, metrópolis tan expuestas al calor como Madrid o Sevilla ni siquiera lo contemplen.

Uno de los puntos fuertes de los refugios climáticos, al menos sobre el papel, es que podrían ser un verdadero 'salvavidas' para los colectivos más vulnerables al calor, como por ejemplo niños, ancianos, personas con discapacidad, en riesgo de pobreza o sin hogar. Según explica la investigadora Alba Badia, del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA-UAB), el diseño de estos espacios "debe abordar las injusticias ambientales urbanas" y brindar un refugio contra el calor extremo a quienes más sufren por las altas temperaturas. O a quienes no tienen recursos para pasar el día en un lugar con frescor artificial.

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Los refugios habilitados

en Barcelona este año

Barcelona ofrece este verano 354 refugios climáticos diurnos, con unas 120 novedades incorporadas este 2024. Los hay públicos y también privados. Subraya que solo eran 70 en 2020. La lista se ha ampliado con cerca de una treintena de parques y jardines, que comprenden casi el 20% de espacios que el consistorio avala para sobrellevar el calor. Son la opción más sencilla, al estar al aire libre: no requieren climatización y están disponibles sin interrupción durante todo el verano, sin los problemas que conllevan los cierres por vacaciones de la mayoría de equipamientos habilitados.

A su vez, una veintena de bibliotecas y más de una decena de centros deportivos, centros cívicos y hogares de la tercera edad se han añadido a la nómina de refugios climáticos, una medida que no resulta menor. Estos equipamientos son la cara más visible del Plan Calor contra la canícula, tienen un fuerte componente redistributivo por las prestaciones extra que ofrecen (entretenimiento, compañía, asesoramiento...) y los usuarios les ponen muy buena nota todo el año. Los requisitos básicos para incorporarse al inventario son facilidad de acceso, agua potable y disponibilidad de bancos o sillas.

Aunque algunos

cierran en agosto

Sin embargo, la expansión de la etiqueta a más lugares de Barcelona, tal como se anunció en junio, se ha visto neutralizada al llegar el mes por excelencia de las vacaciones. Agosto ha restado uno de cada tres puntos que se promocionaban como adaptados al calor.

La cifra de locales inoperativos parcial o totalmente para resguardarse de un clima extenuante durante estas semanas es casi idéntica al aumento que se difundió a las puertas de la temporada estival. Se identifican 121 bajas sobre el mapa, ya sea por un receso de unos días o un paréntesis que se alarga todo el mes. En algunos espacios que permanecen abiertos se debe pagar entrada, como ocurre en las 57 piscinas incluidas.

El ayuntamiento contesta que, pese a comprimirse, la red presta más cobertura que en temporadas anteriores: destaca que un 44% de la población cuenta con un refugio climático a cinco minutos a pie desde casa en agosto, frente al 29% de 2021.

Bibliotecas,

un caso singular

La falta de personal para mantener más locales abiertos se repite cada verano, pese a los buenos propósitos de incrementar la cobertura durante el bajón agosteño. La debilidad se constata sobre todo en las bibliotecas: 29 de las 41 que constaban en el inventario han cerrado por descanso de los trabajadores. Desestacionalizar las libranzas de la plantilla sigue siendo una asignatura pendiente.

Todos los distritos suman más bibliotecas cerradas que abiertas en agosto. En todas queda solo una de retén, excepto en el Eixample y Sant Martí, con dos cada uno. A su vez, Sant Martí, Ciutat Vella y Nou Barris se quedan sin cuatro bibliotecas este mes. La oposición municipal ya puso sobre la mesa el pasado mandato el exceso de clausuras simultáneas, que no se ha resuelto.

No es el único caso de equipamientos públicos habilitados para sobrellevar el verano que bajan persiana cuando el mercurio más se dispara. El entramado de refugios también se debilita porque han dejado de prestar servicio 18 hogares de la tercera edad, 28 centros cívicos, 10 de 11 edificios universitarios...

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¿Qué alternativas

podrían paliar los cierres?

Los rivales del alcalde Jaume Collboni acusan al gobierno municipal de poner en riesgo la salud de los más vulnerables porque, como en años anteriores, la constelación de centros climatizados se achica en las fechas más cálidas. Cada partido ha lanzado su idea para tratar de compensar el cerrojazo de decenas de equipamientos. Junts y BComú ponen el acento en que las piscinas sean gratuitas o, como mínimo, cuenten con mayores bonificaciones. ERC propone refugios nocturnos cuando los termómetros no decaigan al caer el sol. El PP quiere nebulizadores en las paradas de bus y Vox prefiere colgar toldos en las calles.

La Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona (FAVB) pide cambios en el urbanismo y las zonas verdes.

"No son solo los refugios climáticos, la mayoría de plazas no están adaptadas a las temperaturas", alerta la FAVB

La entidad vecinal cuestiona el cierre de bibliotecas en agosto, "cuando tanta población que no se puede marchar de vacaciones podría aprovecharlas". También aboga por soluciones arquitectónicas que permitan "sombrear espacios" en verano. "El cambio climático exige transformaciones radicales que, de momento, están fuera de las políticas dominantes", observa.

Siempre disponibles pero 'invisibles':

las fuentes

Aunque no formen parte de la red de refugios ni permitan propiamente resguardarse del calor, Barcelona tiene un capital poco valorado para hacer frente a las temperaturas extremas: cientos de fuentes públicas. Alrededor de 1.700 grifos de agua potable y gratuita ofrecen hidratación y frescor a peatones, deportistas y cualquiera que lo necesite.

Un largo camino por recorrer en

la metrópolis

El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) también ha desarrollado una red de refugios climáticos, que extiende al resto de localidades el modelo impulsado por la capital. Se ha ampliado este año con 111 espacios más, hasta alcanzar los 186. Por ahora, todos son de titularidad pública. Hasta 71 son parques o piscinas, así que la gran mayoría abre en agosto. Ahora bien, 46 de los 115 refugios interiores metropolitanos (un 40%) no abrirán entre semana, hasta 81 estarán cerrados los sábados y otros 91, los domingos. En general, unos 80 de los que abrirán este mes lo harán parcialmente, apenas unos días o semanas, por la mañana o por la tarde. Los 'vacíos' en el mapa todavía son notables, aunque el principal problema de la red metropolitana es el desconocimiento. Según una encuesta del Institut Metròpoli, un 84,7% de la población del AMB no conoce refugios climáticos en su barrio o en su ciudad.

Los refugios también se expanden por el resto de

Catalunya

La Generalitat recopila en un mapa los casi 1.700 espacios que los municipios catalanes han puesto en marcha contra el calor. La red crece poco a poco, a medida que los ayuntamientos declaran nuevos puntos. La diversidad de microclimas, realidades sociales y músculo consistorial dificulta homogeneizar la dotación de las comarcas. Aunque los colorines del mapa no deberían ser la prioridad: las respuestas a medida de cada territorio son lo que determinará que la red catalana se convierta en los próximos años en un recurso realmente útil y eficaz.

Sea en el Eixample o en el Pirineo, la lucha contra el calor se libra a pie de calle y necesitará en los próximos años máximo pragmatismo y amplia colaboración. Cada alivio térmico es importante, desde un árbol con sombra generosa hasta la infraestructura más moderna de refrigeración. Un reto tan enorme como fascinante.

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos:
Valentina Raffio (CIENCIA),
Jordi Ribalaygue (BARCELONA), Gerardo Santos (ÁREA METROPOLITANA)
Fotografías:
Manu Mitru y Marc Asensio
Diseño e infografías:
Ricard Gràcia y Francisco José Moya
Coordinación:
Meritxell M. Pauné y Ricard Gràcia