La crisis de la vivienda

La escasez de alquileres de larga duración abre 'guerras' de inquilinos: hasta 600 pugnan por un mismo piso en Barcelona

Los pisos por debajo de 1.200 euros son muy disputados, incluso pese a ser minúsculos o sin ascensor

El alquiler tradicional toca fondo en Barcelona: apenas un centenar de pisos por debajo de 1.200 euros disponibles

Cinco claves para evitar trampas al buscar piso de alquiler en Barcelona

El alquiler medio firmado por una vivienda en Barcelona alcanza los 1.193 euros

Anuncios de alquiler de vivienda.

Anuncios de alquiler de vivienda. / ANGEL DE CASTRO

Patricia Castán

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La habitual fiebre de búsqueda de vivienda de alquiler en septiembre, cuando muchos llegan a Barcelona por trabajo o estudios, y otros tantos planean una mudanza tras las vacaciones, se ha convertido en una carrera contrarreloj y una pugna entre inquilinos por hacerse con los escasos pisos disponibles para alquiler de larga duración. Son tan pocos los que hay anunciados a precios inferiores a la media (1.193 euros según los contratos firmados en el segundo trimestre), que es frecuente que tanto en ese tramo de precios como incluso algo por encima las ofertas reciban cientos de solicitudes. Este diario ha comprobado como en no pocos casos acumulan más de 500 peticiones tras apenas 24 horas desde su publicación. Según datos de 'Idealista', la media de peticiones en Barcelona se sitúa en 63 tras doblarse en un año la presión en la búsqueda.

Como informó EL PERIÓDICO el mes pasado, la vertiginosa expansión del alquiler de temporada (ya supone el 42% del total de anuncios) supone la alternativa elegida por muchos propietarios ante las condiciones impuestas por la ley de vivienda y el control de precios de larga duración. Un fenómeno que ha reducido como nunca los pisos disponibles para arrendar por cinco años, prorrogables. El principal portal inmobiliario en volumen de oferta, 'Idealista', contaba entonces apenas con un centenar de opciones de larga duración por debajo de la barrera de los 1.200 euros, frente a dos tercios de la oferta por meses. Incluso subiendo el presupuesto hasta los 1.500, solo se opta a un 20% de la oferta de la ciudad, que en estos tramos de precios es mayoritariamente de temporada.

De ese modo, y ante una “exageradísima demanda” que en la actualidad contrasta con la pírrica oferta, hacerse con un piso es cada vez más difícil, salvo que se disponga de una economía holgada. Resume así la situación el portavoz del colegio y asociación de API de Catalunya, y también responsable jurídico del colectivo, Carles Sala. “Ya no es solo un problema de universitarios que inician el curso, es que nadie encuentra piso” dada la escasa cartera disponible en la capital catalana. El experto ilustra la situación con el caso de uno de sus asociados, que hace unos dísa puso dos anuncios de alquiler y en poco más de una hora había recibido ya "más de 700 peticiones". Pero además, a mejor precio o características más deseables para el enloquecido mercado, más se dispara la cifra de candidatos.

Contador en directo

Basta con echar un ojo a 'Idealista', que registra las veces que los usuarios entran en un anuncio y los mails de petición de visita que este recibe. Por debajo de los 1.200 euros, los anuncios publicados hace unas horas o escasos días acumulan cientos de demandantes. Incluso en los muchos casos en que se hace caso omiso de la obligatoriedad de informar del precio límite que marca el índice estatal (aplicado en Catalunya) o del alquiler previo que hubo en esa vivienda.

Pero la voracidad del mercado es tal que muchos anunciantes ya no aceptan (automáticamente filtradas) las solicitudes si no se acompañan de un perfil del aspirante a inquilino. De ese modo preseleccionan a los que más interesan. Que suelen ser personas para los que el arrendamiento no supondría más de un 30% de sus ingresos. Una criba que convierte a las parejas con dos nóminas en el morador más codiciado. Y aunque solo lo admitan desde el anonimato, los agentes de la propiedad representan cada vez a más propietarios que, en la actual coyuntura normativa, en muchos casos descartan a monoparentales o parejas con hijos y economías ajustadas, porque suponen inquilinos vulnerables y que no podrían sacar del piso en caso de impagos. “El dueño se siente indefenso legalmente e intenta buscar los inquilinos más solventes y con referencias”, requisitos que también apean a muchos jóvenes que se quieren independizar y no pueden demostrar si son o no buenos pagadores, y a inmigrantes con empleos frágiles, explica el responsable de una inmobiliaria de la Nova Esquerra de l'Eixample.

En este escenario, un piso de 60 metros cuadrados y 1.100 euros en la calle de Aragó anunciado apenas unas horas antes sumaba este pasado lunes casi 200 ‘novios’. Pero si el inmueble en cuestión tiene añadidos extra, como ser un ático, la situación aún se caldea más. Uno en el Camp de l’Arpa sumaba 2.420 visitas y 501 contactos desde el fin de semana, por sus 35 metros construidos más 15 de terraza, a 870 euros sin ascensor.

Ejemplos disputados

Por un pisito de 60 metros en la calle de moda, Consell de Cent, con ascensor, se piden 1.005 euros en atención al tope impuesto en Catalunya, lo que le ha supuesto en pocos días alcanzar las más de 5.100 visualizaciones, con 529 contactos por mail. Por un mini ático (la palabra mágica) en la calle de Mallorca, de solo 30 metros construidos y siendo un 5º sin ascensor suspiran desde hace tres días casi 600 interesados que han enviado su petición de visita, entre los 5.400 que han estudiado el anuncio. La razón son los 800 euros que se piden de renta, un precio que apenas es posible encontrar ya salvo en la periferia o en habitáculos minúsculos o sin cédula.

En busca de precio o de luz, los aspirantes parecen desdeñar la altura, lo que revela que hay muchos jóvenes en busca de un techo. Así, otro cuarto sin ascensor en el Guinardó, a 1.050 euros, pequeño pero con 27 metros de terraza, había seducido este lunes a 3.800 buscadores, de los que más del 10% esperaban poder hacer una visita.

Similares cuotas a las alcanzadas por un piso de 73 metros cuadrados en el corazón de Gràcia sin ascensor a 1.165 euros, que se distingue por ser uno de los pocos en que su propietario o gestor deja teléfono en lugar de contar solo con el contacto 'online'.

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