La falta de información en la estación de bus Barcelona Nord descoloca a los usuarios pese a las mejoras

La estación de autobuses Barcelona Nord ha sumado un verano más con deberes pendientes. Pese a los trabajos de actualización y remodelación efectuados hasta el momento, los usuarios siguen teniendo quejas por el estado y la calidad de los servicios de la estación gestionada por la empresa de servicios municipales B:SM, especialmente en lo que se refiere a la información a usuarios.

En 2021, la estación ya se sometió a una reforma que costó medio millón de euros y que pretendía resolver parte de las necesidades detectadas, aprovechando el descenso de usuarios durante la pandemia. "Se reformó la entrada y se hizo más amplia, que será la futura entrada principal de la estación", mencionan fuentes de la empresa B:SM. Además, esta apertura permite una mejor conexión con el metro y con Rodalies. "Como en la calle Alí Bei hay más vida de barrio llevamos el flujo de personas a la calle Nàpols" con el objetivo de "mejorar esta convivencia con el entorno".

Además, se reubicó el restaurante y se instaló un mostrador de Turisme de Barcelona, el ‘Espai de la Mediterrània’, para acercar la oferta a los recién llegados a la capital catalana. La reforma permitió concentrar en este punto único de la ciudad la mayoría de trayectos que antes salían desde otros puntos de la vía pública: "Creemos que las salidas deben hacerse desde una estación de autobuses, no desde la calle", comenta Vidal.

Pese a las mejoras, sin embargo, la estación sigue recibiendo críticas por parte de los usuarios. Entre ellas, hay una queja que se repite entre la mayoría de personas: la falta de información. "Falta información porque es fácil que te equivoques de andén, nos ha pasado hoy mismo", explican a EL PERIÓDICO Joan Font y Núria Tacón, una pareja de personas mayores que quieren ir al Estartit. Han perdido el autocar porque no han sabido encontrar cuál tenían que coger.

"He preguntado dónde estará mi bus y me han dicho que no lo saben, que espere a que llegue para ver en qué andén se pone", dice Juan Antonio Burdalo, que viaja a Trujillo (Extremadura). "Hay mucha gente y autobuses pero no veo información por ningún sitio. No sé ni dónde vienen ni adónde van", replica Marc Santandreu, que viene a recoger a sus hijos. En la misma línea, Joan Orive cree que "faltan más pantallas y más información", ya que algunas no funcionan. También desearía que hubiese informantes en el exterior para evitarse el susto de entrar a preguntar y perder el autocar que le tiene que llevar hasta Zaragoza.

A finales de este 2024 se iniciarán unos nuevos trabajos de reforma, en este caso integral, gracias al impulso de 4,8 millones de euros en bonos europeos que se aprobaron en 2023, que deberían finalizar en 2025, según explica Vidal. La idea es que el vestíbulo y la estación de autobuses queden unidos, además de la apertura de nuevas estancias comerciales y de restauración para atraer a más personas.

Tras la reforma, "todos los sevicios como estación de autobuses estarían en una sola planta", la inferior. Además, se prepara una reorganización de los servicios de la planta baja, donde "primero habrá un primer centro de restauración, con baños" y otros servicios como quioscos, para "mejorar el trayecto del cliente dentro de la estación, en una sola planta, mejorando la experiencia y buscando la excelencia". Esto incluye también el traslado de las taquillas de la planta superior a la planta inferior, algo que permitirá destinar el primer piso a otros servicios.

La limpieza, otra preocupación recurrente

A otros usuarios, básicamente turistas, les cuesta incluso encontrar las salidas a la calle: "Es un poco complicado encontrar la salida para un turista como yo", dice Lucca Fidela, italiano. Otro usuario con dificultades para salir del recinto es Hanna Locket, que llega a Barcelona desde Milán: "No sé por dónde tengo que salir". Este tema debería quedar resuelto con la implementación de la reforma integral, puesto que, según indica Vidal, solamente existirá una única entrada y salida, algo que se espera que contribuya a mejorar la seguridad, otra de las peticiones de los usuarios. "Por la noche falta un poco de seguridad", expresa Locket. Por otro lado, Jéssica Valcárcel piensa que hay poca presencia de agentes de seguridad, también durante las horas diurnas.

Otra queja recurrente es la falta de limpieza en algunos puntos de la estación. La família Navas Portillo, de Denia, creen que "debería haber más limpieza y un mantenimiento más seguido". Fidela apunta a que todo "está un poco sucio", pero especialmente el baño. Este es uno de los puntos que más quejas genera en cuanto a la salubridad: "Está muy sucio", dice Lucía Gómez. Vidal reconoce que es uno de los puntos críticos que se esperan resolver gracias a la reforma, aunque ahora ya se refuerzan los equipos de limpieza en momentos determinados de gran afluencia, como el verano. De momento, el trabajo del personal de limpieza se queda corto ante la constante circulación de personas, pese a que constantemente hay trabajadores barriendo. "Hay partes de Barcelona que están peor", dice con una sonrisa irónica Santandreu.

La estación cierra las puertas a las 23:30 h y las vuelve a abrir a las 5:00 h. Sin embargo, los servicios no abren hasta algo más tarde y los pasajeros que llegan temprano se encuentran con el servicio de cafetería todavía inoperativo, igual que los bares de la zona. "Llegamos a las 5:00 h y no había ningún lugar para tomar ni siquiera un café", dice la familia Navas Portillo. Respecto a este tema, Vidal indica que habrá un "replanteamiento de la oferta gastronómica" y que "tras la reforma se abrirá un proceso de licitación" para adaptar la oferta a las necesidades detectadas.

Otra de las quejas llega de una madre, Ana Rodríguez, que tiene que sentarse en el suelo de la parte superior de la estación con su hija de cuatro meses en brazos, tras tres horas paseando: "Hacen falta más asientos", ante el colapso que se genera en determinados momentos. En este sentido, Vidal apunta a que estas situaciones ocurren en momentos puntuales con altos picos de afluencia, pero que no se trata de una problemática habitual. Rodríguez, además, añade que le encantaría que hubiera "más espacios para poder cambiar a los bebés" y "un lugar donde los niños puedan jugar". Lo cierto es que la sala existía, aunque se eliminó tras las reformas porque los juguetes acababan siendo robados.

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