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Así es la nueva y más espectacular terraza de hotel panorámica de Barcelona

El nuevo mirador en la planta 17 del renovado hotel Torre Melina Gran Meliá tiene 360º y es el más amplio de la ciudad

El hotel Torre Melina Gran Melía culmina su renovación integral como único gran resort urbano en Barcelona

El antiguo hotel Juan Carlos I vuelve a abrir sus puertas bajo el nombre de Torre Melina Gran Meliá

Así es la nueva terraza del hotel Torre Melina Gran Meliá

Manu Mitru

Patricia Castán

Patricia Castán

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Barcelona lleva años ampliando la nómina de terrazas de hotel con vistas de impresión, que se han convertido en el mejor reclamo para que la ciudadanía rompa el hielo y disfrute de los hoteles locales tanto como los turistas. Cada vez más establecimientos acondicionan sus azoteas para abrirlas al público, añadiendo a sus panorámicas coctelería, gastronomía, música y variopintas actividades. La competencia es creciente y las opciones locales cada vez mejores, pero este jueves se ha inaugurado una macro terraza que sin duda entra directa en el podio de las mejores de la ciudad. No solo en altura (planta 17ª) y en vistas (360º) desde el final de la Diagonal, sino también en dimensiones y prestaciones. Más de 1.200 metros cuadrados han convertido ya al Rooftop del renovado hotel Torre Melina Gran Meliá (antes Juan Carlos I) en el más espectacular y ambicioso de la capital catalana. De momento ha iniciado su rodaje con huéspedes y eventos privados, pero a partir de octubre se abrirá a los barceloneses de jueves a sábado.

Muchos se preguntarán dónde había estado 'oculto' semejante tesoro durante tantos años, desde que el hotel diseñado por Carlos Ferrater abrió en la euforia olímpica de 1992. La respuesta es que durante más de 30 años fue un lujo solo al alcance de la propiedad del hotel. Su titular original, el difunto y millonario príncipe saudí Turki Bin Nasser, quiso disponer en la última planta de un fabuloso apartamento de más de 600 metros cuadrados y otros tantos de terraza que visitó muy puntualmente. También se hizo con una mansión en Pedralbes cuando desplegó el proyecto del hotel a principios de los 90. Pese a que allí tuvo huéspedes ilustres, la planta 17 nunca fue de disfrute público. Ni en la etapa en que Husa gestionó el hotel, ni en la que lo hizo Fairmont.

Vistas dedse la parte cubierta de la terraza.

Vistas desde la parte cubierta de la terraza. / Manu Mitru

Cuando las deudas acumuladas ya eran insoportables y la pandemia propició el cierre a cal y canto del hotel, este súper apartamento acusó especialmente la degradación de cuatro años de clausura. Este jueves, el financiero libanés Tony Chedraoui, CEO y fundador de Tyrus Capital, nuevo propietario del establecimiento, explicó que en su primera visita al abandonado hotel en 2022, se quedó patidifuso al descubrir el piso que escondía la última planta del hotel. Estaba en pésimo estado, pero ocupaba un mirador que debía ser compartido con la ciudad, pensó. Ahora lo podrán disfrutar hasta 400 personas a la vez, dada su generosidad de espacio, barras y sofás y mesas a la fresca.

Una de las zonas exteriores del 'rooftop' del hotel Torre Melina Gran Meliá.

Una de las zonas exteriores del 'rooftop' del hotel Torre Melina Gran Meliá. / Manu Mitru

Nuevas perspectivas

Así que uno de los retos de la reforma de 40 millones de euros que ha acometido desde entonces pasaba por liberar ese espacio secuestrado, dándole alas. Ha sido la última pieza del enorme puzle de la renovación y ha causado especial sensación en su presentación social. Desde la parte exterior puede verse la ciudad desde nuevas perspectivas, con sus iconos arquitectónicos a lo lejos, pero también con una mirada poco habitual a la zona alta y a los límites de la metrópolis, del mar a Collserola. Sin embargo, es con la iluminación nocturna cuando el espacio tiene más magia.

Una de las zonas interiores de la azotea de Torre Melina.

Una de las zonas interiores de la azotea de Torre Melina. / Manu Mitru

Ha pilotado la transformación el arquitecto Álvaro Sanz, abriéndola "al cielo", de forma que el lujoso hotel de 391 habitaciones abarca opciones hedonistas desde sus 25.000 metros cuadrados de jardines centenarios hasta lo alto de la edificación. En la cima no solo puede contemplarse el atardecer cóctel en mano, sino que la zona aspira a ser un nuevo epicentro social para eventos privados, desde bodorrios a encuentros corporativos sin temor a la lluvia, gracias a la parte cubierta pero acristalada.

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