Percepción ciudadana

Un estudio académico cuestiona la estética de los centros cívicos modernos de Barcelona

Un test a ciegas a un centenar de universitarios contrapone 20 fachadas de equipamientos y los 20 edificios más cercanos

Barcelona será la Capital Mundial de la Arquitectura en 2026

Imagen de archivo del centro cívico de la Barceloneta

Imagen de archivo del centro cívico de la Barceloneta / CAMILA MAFFEI

Meritxell M. Pauné

Meritxell M. Pauné

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La percepción ciudadana de los edificios públicos de nueva construcción protagoniza un original estudio académico, de poca envergadura pero atrevido. Airea una queja sottovoce habitual en muchos barrios de Barcelona, donde la estética de la arquitectura contemporánea no siempre sintoniza con los vecinos que conviven con ella.

Un centenar largo de universitarios –muchos de ellos internacionales– se han enfrentado a un test con 20 parejas anónimas de edificios de Barcelona ciudad. Recibieron 20 fotografías de las fachadas de centros cívicos municipales edificados de cero a partir de 1980 y 20 fotografías equivalentes de los edificios situados justo enfrente o los más cercanos, sin importar su estilo o función. Tenían que elegir cuál les gustaba más a simple vista. Los 117 alumnos de Comunicación participantes pertenecen a tres centros de estudios diferentes (Uvic-UCC, GBSB Global y SBS Campus Barcelona) para reducir sesgos en la muestra. Todas las imágenes procedían de Google Street View.

El título de la investigación no deja lugar a dudas sobre la hipótesis de partida: ¿Los centros cívicos son desagradables? Un estudio sobre la percepción de belleza de 20 edificios encargados por el Ayuntamiento de Barcelona. El autor es Adrià Alsina, docente de la Universitat de Vic – Universitat Central de Catalunya (Uvic-UCC), consultor y doctor. Dio a conocer las conclusiones este junio en el VII Congreso Internacional de Investigación en Comunicación en la sede del Institut d'Estudis Catalans. Prensa Ibérica era también ponente de la cita, con un estudio propio de tendencias informativas, además media partner.

Tres de los centros cívicos comparados en la investigación de Adrià Alsina, con las fotografías originales

Tres de los centros cívicos comparados en la investigación de Adrià Alsina, con las fotografías originales / Cedidas

Los resultados del experimento de Alsina no dejan bien parado el diseño de los equipamientos públicos. En 19 de los 20 pares de imágenes, el edificio ‘rival’ del centro cívico era considerado igual o más atractivo. El caso más claro era el Centro Cívico de la Barceloneta, de baja altura y con un exterior dominado por el hormigón: solo lo prefería el 2,6% de la muestra. Casi por unanimidad los jóvenes preferían el bloque de pisos rosado que tiene delante, más alineado con la arquitectura tradicional del barrio marinero.

Otro centro cívico que suspendía era el de la Font de la Guatlla, de espíritu brutalista, que competía con un bloque moderno de principios del siglo XXI con el que comparten la misma tonalidad grisácea en fachadas con amplias franjas verticales opacas. La mayoría de encuestados (77%) prefirió las viviendas y un 22% consideró igual de atractivas las dos construcciones.

Entre los pocos equipamientos que logran el favor del público en el estudio, el favorito es el centro cívico Casa Groga (Sant Genís dels Agudells). Un 54% de encuestados lo prefirió a una torre residencial vecina arquetípica del desarrollismo. Aun así un 34% optó por el bloque y un 29% los consideró equiparables. Finalmente, sobresale el centro cívico Trinitat Vella, que un 64% de estudiantes valoró como igual de estético o antiestético que las discretas viviendas de delante, de altura y tonalidad rojiza parecidas.

Centre Cívic Casa Groga, en una imagen de archivo

Centre Cívic Casa Groga, en una imagen de archivo / FERRAN SENDRA

Alsina enmarca su investigación en las aportaciones recientes de la Neuroestética, una disciplina en auge en el mundo académico anglosajón que estudia cómo el cerebro humano reacciona a la belleza y a las artes en general. El término lo acuñó en 1999 el neurobiólogo británico Semir Zeki y lo han desarrollado investigadores como Anjan Chatterjee y Oshin Vartanian. Ya está teniendo una notable influencia en el rediseño de hospitales y equipamientos sociales de muchos países, al haber demostrado que las formas orgánicas y sinuosas provocan más emociones positivas que las cuadrículas y la primacía de la funcionalidad.

“Los resultados de la encuesta permitirán informar mejor las decisiones del Ayuntamiento de Barcelona y otras corporaciones municipales a la hora de organizar concursos de arquitectura para edificios que deberían tener un impacto positivo en su entorno y ejercer como puntos de encuentro en los barrios”, apunta Alsina. A la vista de las respuestas cosechadas, advierte que hoy por hoy “la gran mayoría de los centros cívicos de nueva construcción no consiguen mejorar el entorno de cara a ojos no entrenados en arquitectura”. “Debemos cuestionarnos si hay una barrera de comunicación entre los expertos y el gran público” que lleva a un “rechazo irracional a la estética tipo búnker” contradictoria con la voluntad de apertura intrínseca de estos equipamientos.

¿Gustan al público, los edificios premiados?

El estudio sigue la estela de una investigación precedente sobre edificios ganadores de premios FAD de Arquitectura en España y Portugal desde 1958. Elaborada en 2023 con la misma metodología y con 112 respuestas de universitarios de los mismos centros, fue presentada también en el mismo congreso. Comparaba 16 inmuebles originales –que no hubieran vivido grandes rehabilitaciones o ampliaciones, además de visibles sin obstáculos desde la calle– con las construcciones más cercanas.

Cinco de los 16 diseños galardonados vencieron a sus simbólicos adversarios, que ganaron en las 11 comparativas restantes. Solo en tres casos las respuestas favorables superaban la suma de las desfavorables y los votos a la opción “iguales”. “De acuerdo con los resultados, los premios FAD pierden contra edificios de arquitectura tradicional o neoclásica, independientemente de si son edificios antiguos o del siglo XX o XXI. No obtienen una mayoría clara en la comparación con edificios de autoconstrucción. En cambio, salen mejor parados de la comparación con viviendas de estilo moderno”, resume Alsina.

Biblioteca Jaume Fuster, vista desde la plaza Lesseps de Barcelona

Biblioteca Jaume Fuster, vista desde la plaza Lesseps de Barcelona / Ricard Cugat

Los tres edificios con premio FAD que recibieron mejor puntuación fueron un aulario contemporáneo de la Universidad de Vigo, un complejo gubernamental en Portugal y los juzgados de Antequera. La otra cara de la moneda son la biblioteca Jaume Fuster de Barcelona (la votó un 8,1% de encuestados), una casa de autor en Begur (10,7%), el Museo de las Colecciones Reales de Madrid (11,8%) y el auditorio Kursaal de San Sebastián (12,5%).

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