Adif tratará de eliminar la plaga de insectos expandida a un bloque de Barcelona

Adif tratará de acabar con la plaga de un tipo de insecto que ha anidado en una arboleda junto a la estación de Rodalies de Torre Baró, agravada porque ha llegado a extenderse al menos a un bloque de viviendas de protección oficial del mismo barrio de Barcelona. El gestor ferroviario ha decidido afrontar el contratiempo por su cuenta, aunque afirma que el cometido no es de su responsabilidad. 

La empresa pública no apunta quién tendría a su juicio que fumigar la olmeda afectada, que ha pasado de lucir frondosa a decaer marchita en pocas semanas por una voraz colonia de galerucas, una especie de escarabajo capaz de defoliar, debilitar y, en casos extremos, secar la vegetación invadida. Trabajadores de Adif acudieron este miércoles junto a empleados del Ayuntamiento para examinar el estado de los ejemplares maltrechos y determinar el tratamiento a aplicar. Ahora queda programar los trabajos, que requerirán establecer una zona de seguridad respecto a la vía y la catenaria. Adif confía en que la incomodidad se resuelva de aquí a poco.

La desdicha de los olmos de la periferia -arrinconados entre el muro de la parada de los cercanías y la carretera C-17 a su entrada en Barcelona- se enrareció la semana pasada. El Ayuntamiento de Barcelona, Adif y Renfe no coincidieron al responder a EL PERIÓDICO a quién corresponde ahuyentar a los insectos que se han esparcido de los árboles a un inmueble cuando menos. La discrepancia disgustó a los vecinos que han padecido la presencia de bichos en sus domicilios este verano.  

300 metros de distancia

Un equipo de Parques y Jardines del consistorio localizó el origen de la plaga expandida al edificio de titularidad municipal en la arboleda enganchada al muro exterior de la parada. Distan cerca de 300 metros entre el inmueble y la olmeda, que queda al otro lado de las vías. Los técnicos sostienen que la galeruca, “en situaciones favorables, se puede desplazar muchos metros a su alrededor”.

Tras la inspección, el Ayuntamiento avisó a los vecinos que sus operarios no podían asumir la desinfección. Alegó que los olmos se hallan sobre propiedad de “Redes Ferroviarias” e instó a Adif a terminar con el problema.

En primer término, la compañía estatal negó que la tarea fuera de su incumbencia y señaló a Renfe. Justificó que, aunque sea dueño de las instalaciones, las tareas de mantenimiento están cedidas por un convenio a la compañía ferroviaria. En cambio, Renfe contestó que los árboles están plantados fuera de la zona de vías y de la estación, por lo que desmintió que le concerniera resolver el percance en esta ocasión.

Tras el enredo sobre los límites entre las competencias de unos y otros, Adif ha acabado por ceder y cargará con la solución a la molestia. En todo caso, no ha quedado claro a quién le toca en realidad limpiar y cuidar del terreno adyacente a la estación, uno de tantos en que el dominio ferroviario se funde y se confunde con el espacio público. No obstante, técnicos municipales se han comprometido a mantener la arboleda en caso de una nueva necesidad, según cuentan fuentes consultadas.