"Aquí hay 'caliu' de barrio": Los vecinos de Sants que mantienen viva la Fiesta Mayor

Cada año, a finales de agosto, las calles del barrio barcelonés de Sants se transforman con decoraciones temáticas, preparadas con esmero por sus vecinos, que dedican su tiempo y creatividad a mantener viva su fiesta mayor. En medio de la masificación que sufre buena parte de la capital catalana, Sants todavía conserva un espíritu de comunidad del que sus habitantes presumen y se esfuerzan por proteger.

Trabajo en equipo

David Turull, presidente de la comisión de fiestas de la calle Alcolea de Baix, ha estado involucrado en su organización desde el 2001. Este año, la decoración de su calle rinde homenaje a las fiestas de Sants de hace un siglo. "Estamos recreando lo que sería la decoración de una fiesta hace 100 años, como si fueran las fiestas de 1924, con banderines los típicos de la época y figuras de niños comiendo sandías, ya que es lo que se hacía entonces: bailaban y comían sandía", explica.

Para David, el momento previo a comenzar a confeccionar los decorados es su favorito. "Lo que más me gusta es pensar, proponer y que los demás propongan, y lo que pensabas que sería de una manera, termina siendo de otra mejor. Aprendes mucho", dice. Como curiosidad de este año, David cuenta que, repasando fotografías antiguas para inspirarse para la decoración, hojearon un programa de las fiestas de los años 20, en el que descubrió un anuncio que había puesto su abuelo, quien era pintor. "El anuncio decía 'Pintura decorativa E. Turull'. Era mi abuelo, y mi padre también era pintor", explica.

Vecino de Sants de toda la vida e implicado en sus fiestas desde hace 23 años, David cuenta cómo esta celebración han evolucionado a lo largo del tiempo. Recuerda que, antes, las orquestas eran las protagonistas, y las decoraciones eran más ambiciosas. Sin embargo, los tiempos han cambiado: "La gente es cíclica, hay años en que hay mucha gente ayudando y otras veces menos. Unas calles suben y otras bajan", cuenta. Aún y así, considera que la fiesta mayor de Sants continúa preservando su esencia. "Aquí hay 'caliu' de barrio. Lo mejor de las fiestas es el tejido vecinal y asociativo que tenemos. Aquí hay 'castellers', 'diables'... Tenemos de todo”, dice.

"Lo que más me gusta es la comunidad que se crea"

Maica Castellà, vecina de Sants de toda la vida, se unió a la comisión de la calle Papín hace dos años, si bien previamente ya formaba parte de un colectivo de artistas del barrio, a través del que ayudaba pintando decorados. Sus habilidades en las artes pláticas vienen de una deficiencia visual que le ha servido para desarrollarse artísticamente: "Tener discapacidad visual ha hecho que, desde pequeña, haya desarrollado mucho mi capacidad de análisis visual, y eso es lo que me hace ser buena pintando", explica, y añade: "De algo negativo, saco algo positivo".

Ahora, Maica colabora en el decorado de la calle Papín, que este año rinde homenaje a Fructuós Gelabert, un cineasta que vivió en Sants, y que este 2024 cumpliría 150 años. Con una arquitecta, una historiadora y una graduada en bellas artes entre los numerosos miembros de su comisión, el decorado que han preparado es digno de ser visitado. En su calle se puede ver, por ejemplo, una recreación de la casa de cristal que Gelabert tenía en la plaza de Sants, y que mandó construir con esta material para que entrara luz y poder filmar películas. "Montaba el escenario en casa y ahí hacía sus grabaciones. De hecho, este año la contraportada de la calle es la recreación de un escenario que él se montó, con personajes de una de sus películas", explica.

Al igual que David, Maica destaca que lo que más le apasiona de participar en estas fiestas es el trabajo colectivo: "Lo que más me gusta es el ambiente relacional, la comunidad que se crea, la colaboración. Cuando alguien tiene una idea, la comparte y todo el mundo puede aportar. Es un entorno donde te sientes acogido, querido, y que aporta algo bonito para el barrio y para la gente", asegura.

El reto de no desaparecer

A pesar de los aspectos que aporta la fiesta mayor a la hora de crear sentimiento de comunidad es Sants, este año ha vuelvo a caer el número de calles decoradas que participan en ella, y ha pasado de 12 a 11. Los vecinos recuerdan que, en su momento llegaron a ser 18 las calles engalanas, e incluso en alguna ocasión pudieron llegar a la veintena.

Tanto David como Maica atribuyen este hecho a la disminución en la participación vecinal, en parte provocada por el actual ritmo de vida acelerado, que deja poco tiempo para trabajos voluntarios como este. Y es que la preparación de las fiestas no solo incluye el pensar, confeccionar y montar decorados, sino también en realizar acciones durante el año para recaudar dinero, o pedir permisos al ayuntamiento. "Ahora todos vamos hiperestresados, con una vida acelerada", comenta Maica.

Asimismo, los vecinos apuntan que, en tiempos pasados, la gente que vivía en el barrio "apenas salía", ni siquiera en fin de semana o vacaciones, lo que facilitaba que dedicaran sus días de libranza a trabajar en los decorados u organizar actividades en sus calles. "Ahora la gente tiene más posibilidades de salir", reflexionan.

Por todo ello, ahora, más que en remontar el número de calles implicadas en la Fiesta Mayor, el principal reto para el barrio es que no decaiga más. "El esfuerzo es que, los que estamos, nos apoyemos mutuamente y nos ayudemos para que la tradición no desaparezca", sostiene Maica.