Vistas cotizadas

Barcelona reequilibra y expande como nunca su actividad gastronómica y lúdica con vistas al mar

La nueva oferta del Port Olímpic, del Maremàgnum y el mega 'beach club' de Sant Sebastià se suman al tirón de la Nova Bocana, que pronto ganará estrenos

Entramos en el nuevo Balcón Gastronómico del Port Olímpic de Barcelona: cuenta atrás para su apertura

Así es el Time Out Market gastronómico del Maremagnum en Barcelona: su oferta y sus protagonistas

El primer gran 'beach club' de la playa de Barcelona abre por fin sus puertas al público

Bastian Beach Club, que este mes abrirá también una terraza panorámica y una espacio de eventos.

Bastian Beach Club, que este mes abrirá también una terraza panorámica y una espacio de eventos. / Jordi Otix

Patricia Castán

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Las cocinas, barras y terrazas que se asoman al litoral de Barcelona también son un buen espejo de la evolución urbanística y social de una ciudad cada vez más volcada en su cotizado horizonte azul. Median varias generaciones entre las casas de comidas y merenderos-chiringuitos que aparecieron paulatinamente frente a las playas de la Barceloneta a finales del siglo XIX y los nuevos super 'beach clubs', restaurantes mediterráneos de diseño y coctelerías actuales. Han habido muchos relevos, pero el resultado es que la actividad económica gastrolúdica jamás había sido tan extensa y variada como ahora, tras la eclosión de grandes proyectos como la renovación integral del Port Olímpic (a punto de estrenar su gran Balcón Gastronómico), la creación del gran comedor Time Out Market del Maremàgnum, la inminente culminación de las propuestas de Marina Vela o el primer gran 'beach club' de Barcelona, este verano. Se distingue por ser una oferta filtrada tras años de aprendizaje y purga, y por el peso mayoritario de la actividad de restauración y a lo sumo copas, mientras que el ocio nocturno se ha limitado al Front Marítim, que pide mantener esta oferta cuando acaben los contratos vigentes.

El interés de empresarios y emprendedores por abrirse hueco con vistas al mar se ha disparado en los últimos años, avivado sin duda por el turismo sediento de consumir frente al Mediterráneo. La ciudad ha vivido experiencias clave en las últimas décadas: del Moll de la Fusta, a la primera apuesta de restaurantes y ocio nocturno de Maremagnum que acabó en desastre, o el auge y ocaso del primer Port Olímpic que encajaba un muelle con paellas y otro con bares convertidos en discotecas y acabó también con borrón y cuenta nueva tras muchos conflictos vecinales. De la experiencia, los distintos equipos de gobierno municipales han ido tomando nota para afinar la oferta, a sabiendas de que la actividad nocturna puede desmadrarse o generar problemas de convivencia, mientras que la restauración suele tener alto impacto económico y poca o ninguna conflictividad horaria.

Velissima, el italiano que ha conquistado Marina Vela, donde en pocos meses el Mirador estrenará operador gastronómico.

Velissima, el italiano que ha conquistado Marina Vela, donde en pocos meses el Mirador estrenará operador gastronómico. / Jordi Otix

La teniente de alcalde de Urbanismo, Laia Bonet, pone énfasis en el contexto: la mejora de toda la fachada litoral de la ciudad y la reurbanización de la Rambla y la Via Laietana que también facilitará las conexiones de los vecinos con el frente marítimo. Destaca precisamente los 21.000 m2 del Port Olímpic como ejemplo de cambio que puede integrar gastronomía de calidad, economía azul (empresas relacionadas con el mar y su ecosistema), deporte y encuentro ciudadano. Además aspira a ser un ejemplo en cuanto a energías sostenibles y de concienciación ecológica.

Azul Roof Top, la apuesta con vistas al mar de Romain Fornell, en la Nova Bocana.

Azul Roof Top, la apuesta con vistas al mar de Romain Fornell, en la Nova Bocana. / Jordi Otix

La coincidencia de tanta nueva oferta en el litoral barcelonés viene avivada por la Copa América que ha avanzado algunas inversiones ya previstas, como por las tendencias de consumo. El mar vende, y la mejor prueba son los precios récords que alcanzaron en 2022 los nuevos contratos (por concurso público) para hacerse con alguno de los 15 chiringuitos ofertados a pie de playa por parte del Ayuntamiento de Barcelona. Pero ese reclamo se hace extensivo ahora incluso a la alta cocina: los hermanos Torres apuestan por implantarse en el nuevo Port Olímpic y Fran López abre barra en pleno Maremagnum, entre otros. Estrellas Michelin cada vez más cerca de las estrellas de mar.

Marina Vela

Empezando desde el tramo sur del litoral y en sentido ascendente, el primer foco es el eje de Marina Vela, en una parte de la pujante Nova Bocana, gestionada por la concesionaria del mismo nombre. Sus 123 atraques y servicios náuticos se completan con otras actividades y dieron la campanada hace pocos años en una zona que a priori parecía alejada, pero que al calor de las inversiones del Port de Barcelona en la zona y de la nueva Rambla de la Marina (o rambla del Rompeolas) se ha convertido en un eje destacado. Aquí se ubican los restaurantes Velissima (italiano-mediterráneo, frecuentado por muchas celebrities de paso por la ciudad, con horario de copas tras las cenas y una buena mezcla de público local y foráneo) y el Cámping Mar --Grupo En compañía de Lobos-- de arroces, entre otros.

La terraza de Salt, que acaba de estrenar una nueva etapa, en los bajos del Hotel W

La terraza de Salt, que acaba de estrenar una nueva etapa, en los bajos del Hotel W / Jordi Otix

La gran incógnita era cuándo se abriría el gastronómico previsto en el Mirador que culmina el proyecto. El director de Marina Vela, Alberto García, indica que ya han firmado con un operador que llevará el restaurante principal del recinto, su cantina y bar terraza, aunque las obras para su implantación se pospondrán hasta después de la Copa América para que el espacio se pueda usar para eventos durante la competición, como ha avanzado este diario.

Entorno del Hotel W

Muy cerca, el Hotel W y su entorno se han convertido en otro polo de cocina y ocio. El hotel de Bofill ha renovado toda su propuesta gastronómica, más ambiciosa que nunca, y estrenado en los últimos meses un japonés (Noxe) y un peruano (Coya) que se suman a la renovada oferta de Fire (parrilla, carnes) y se redondea este verano con el reestreno de Salt, su restaurante más marinero. Con acceso exterior frente a la playa, en el paseo de Mare Nostrum, en su nueva etapa ha ampliado terraza y optado por una carta protagonizada por por arroces y pescados. Esta fuerte apuesta en el paseo convive con los ya conocidos Pez Vela (también marinero) y Gallito, entre otros. Pero frente al hotel hay también un Salt Beach o pequeño 'beach club' donde tomar un cóctel a pocos metros del agua, o picar algo.

Gallito, en el paseo del Mare Nostrum, también en el entorno del Hotel W.

Gallito, en el paseo del Mare Nostrum, también en el entorno del Hotel W. / Jordi Otix

Pocos metros más hacia el meollo de la playa de Sant Sebastià, la gran novedad del verano es el Bastian Beach Club, con una inversión de 15 millones de euros, a cargo del grupo Costa Este, que se ha hecho con un contrato hasta 2036, que implica la rehabilitación del vecino CN Barcelona. Javier Bordas, uno de los propietarios del grupo, señala que la acogida está siendo "espectacular", desde su apertura hace un mes, con un un público mayoritariamente catalán en su restaurante (que triunfa sobre todo en cenas) y extranjero en su cotizado 'beach club'. Anuncia que la parte aún en obras del edificio de 2.600 metros cuadrados que encabeza el recinto estará listo para el despegue de la Copa América, lo que supone añadir durante los próximos días un espacio para eventos (que en otoño será un nuevo restaurante a cargo de un operador seleccionado por ellos) y una azotea panorámica con coctelería y platillos. Al caer la noche y con la piscina cerrada, el club se convierte en un espacio a la fresca de 2.300 metros donde tomar una copa hasta las 3.00 de la madrugada, con música.

Alrededor del Port Vell

En dirección a la playa de la Barceloneta, se concentra la oferta tradicional del paseo de Joan de Borbó (encarados a la Marina Port Vell), apenas un puñado de los tradicionales restaurantes de toda la vida conviven con el relevo empresarial que encabezan inversores sobre todo paquistanís que suelen preservar el nombre histórico del local. Y hay otra concentración de oferta, más joven y moderna --de hamburgueserías a 'brunch'-- en el área de la Facultat de Nàutica.

Terraza del Time Out Market del Maremagnum, recién abierto, sobre el mar.

Terraza del Time Out Market del Maremagnum, recién abierto, sobre el mar. / Jordi Otix

Otro enclave cotizado por vistas y el estilo marinero hegemónico es el Palau de Mar, con varias cocinas muy arraigadas, de Cal Pinxo al Merendero de la Mari. En entorno ha ganado oferta con la transformación recente de los históricos bazares de Pla de Palau en una ruta de animados restaurantes, tanto en plan formal como de tapeo.

A dos pasos, el Moll de Espanya vive su reinvención, con más peso comercial en los últimos años, y el reciente debut de las 14 cocinas (en formato de barras y gran comedor compartido) y el restaurante que integran el nuevo Time Out Market. Su directora, Silvia Nuri, señala que tras un mes de funcionamiento están "muy satisfechos" de la acogida, destacando la presencia de barceloneses que han ido a conocer la novedad. Los fines de semana son especialmente animados, con la opción algo más tranquila de los horarios de desayuno y vermut, detalla.

Barceloneta y Front Marítim

De nuevo frente a las playas, discurren otros muchos establecimientos, que abarcan de hamburguesas a precio internacional a icónicos como el Salamanca, y otros. Con los pies en la arena, se suceden los chiringuitos y algún establecimientos con acceso por la parte inferior del paseo, hasta llegar al Front Marítim de la Barceloneta, cuyos locales (restaurantes con licencia doble de discoteca en la mayoría de casos, como Opium, Shôko o Carpe Diem, entre otros) entran ahora en su último año de contrato. Ofrecen las únicas opciones de discoteca del litoral y su futuro está en el aire. Aunque el ayuntamiento de Jaume Collboni estudia si mantiene esos usos y permite que el Ministerio de Hacienda subaste los locales --que podrían comprar los operadores actuales-- o bien elige otra finalidad para la zona, aunque la opción de ampliación del CSIC por esa vía parece cada vez menos posible.

Imagen virtual del restaurante El Tribut, que abrirá en breve en el Balcón Gastronómico del Port Olímpic.

Imagen virtual del restaurante El Tribut, que abrirá en breve en el Balcón Gastronómico del Port Olímpic. / Estudi Bonjoch

Su eliminación podría dejar a la costa de la ciudad sin apenas ninguna opción lúdica más allá de las tres de la madrugada. Porque unos metros más allá se prepara para subir la persiana el gran Balcón Gastronómico del Port Olímpic, aunque pocos de sus 11 operadores (que incluyen al grupo Sagardi con el Kresala, a Eldelmar de los Hermanos Torres o el singular El Tribut) podrán abrir en agosto. La mayoría lo hará entrado septiembre, y ya en plena Copa América. Cuando esta finalice se abrirá nuevo concurso público para adjudicar dos locales cuyos titulares renunciarona última hora.

Terraza del Shôko, con vistas a la playa, junto al Hotel Arts.

Terraza del Shôko, con vistas a la playa, junto al Hotel Arts. / Jordi Otix

En dirección Besòs, la oferta volcada en el mar ya se diluye, más allá de los chiringuitos y algún negocio que salpica las playas del Bogatell, la Mar Bella y la Nova Mar Bella, al no haber un paseo marítimo vertebrador, como en las otras playas. Tras largos años de reivindicaciones vecinales para coser mejor esta parte del litoral con sus vecindarios, Bonet destaca que El Ayuntamiento tiene previsto iniciar las obras de transformación del ámbito central del paseo de la Mar Bella el segundo trimestre de 2025.

Santo Mojito, en Nova Icària, uno de los 15 que ofrecen las playas de Barcelona

Santo Mojito, en Nova Icària, uno de los 15 que ofrecen las playas de Barcelona / Jordi Otix

"El objetivo es crear allí un paseo más naturalizado, que mejore la conexión con el litoral de los barrios de Diagonal Mar y el Front Marítim del Poblenou y el Besòs y el Maresme y promueva la práctica del deporte". Como novedad, el plan incorporará mejoras estudiadas los últimos meses para hacerlo más resiliente de cara a temporales y cambios meteorológicos.

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