Barcelona impone más de 1.100 multas por promocionar ‘rutas de borrachera’ desde 2022

“Prepárate para una fiesta extravagante sin fin con chupitos gratis en cada esquina […] Te llevaremos a un recorrido relámpago por los lugares más populares de Barcelona, donde el ambiente es eléctrico y las bebidas fluyen”. Así reza uno de los reclamos que, escritos en inglés y dirigidos a un público joven, publicita una de las llamadas ‘rutas de borrachera’, un ‘tour’ por varios bares para encadenar una copa tras otra a precios de oferta. En otro de los anuncios fáciles de encontrar en internet sobre los trayectos que los países anglosajones conocen como ‘pub crawl’, aparece un vídeo en que un amplio grupo de turistas en actitud distendida recorren locales de la plaza Reial, pese a que los itinerarios organizados de bar en bar se prohíben en el distrito de Ciutat Vella desde 2012.

El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado este martes que el veto a las ‘rutas de borrachera’, que se ha ido renovando de año en año desde hace 12 años, se amplía ahora hasta 2028. “Son incompatibles con el descanso y la convivencia vecinal”, ha alegado el teniente de alcalde de Seguridad y concejal de Ciutat Vella, Albert Batlle. Aunque ha asegurado que están “en fase de control” y “mucho más controlados y limitados” que tiempo atrás, el edil ha asegurado que el Ayuntamiento libra una “guerra” contra los recorridos regados con alcohol, que han motivado un número elevado de sanciones en los últimos años, sobre todo por publicitarlos.

Según los datos que el Ayuntamiento ha expuesto este martes, la Guardia Urbana ha impuesto 1.123 multas entre enero de 2022 y junio de 2024 a locales de ocio por promover itinerarios por las calles de Ciutat Vella en que las bebidas son el atractivo. Se registraron 408 denuncias en 2022, 586 en 2023 y 129 en el primer semestre de este año.

Batlle ha afirmado que el grueso de las amonestaciones son por anunciar las ‘rutas de borrachera’, “aparte de la realización efectiva” de la actividad. El concejal no ha precisado cuántos grupos organizados para saltar de bar en bar para catar licores a precios asequibles en Ciutat Vella han sido sorprendidos por la policía ‘in fraganti’ en los últimos años.  

Hasta 900 euros de multa

El decreto que el Ayuntamiento ahora prorroga por cuatro años deniega tanto al organización de las ‘rutas de borrachera’ en establecimientos de pública concurrencia como su promoción. Ese tipo de itinerarios canallas, con ofertas compartidas entre varios locales, están proscritos entre las 23.00 y las 07.00 horas. El consistorio prevé multas de hasta 900 euros para los responsables de los recorridos y los guías de los grupos, las empresas que promocionen la actividad y los establecimientos que se adhieran a los trayectos.

Por ahora, la restricción se limita a Ciutat Vella. No obstante, vecinos y plataformas organizadas contra la molestia del ruido nocturno han advertido de grupos amplios que también merodean de un local a otro del Eixample a altas horas de la noche, en apariencia también organizados. Batlle ha respondido que la normativa “puede ser extrapolable”, si bien no ha garantizado que vaya a expandirse más allá de Ciutat Vella.

El concejal sí ha señalado que la ordenanza está “en fase de revisión”, lo que podría llevar a incrementar el importe de las sanciones. Ha añadido que el Ayuntamiento monitoriza las redes sociales para localizar anuncios de los paseos etílicos por el centro de Barcelona.

Restricción a los grupos guiados

A su vez, el consistorio también ha alargado la limitación de los grupos turísticos guiados en Ciutat Vella hasta 2028, como el alcalde Jaume Collboni ya avanzó en el pleno municipal de julio. La medida, en vigor desde marzo de 2023, establece que los grupos no superen las 20 personas, aparte del guía, y deben circular sin paradas, a excepción de monumentos y zonas de interés, donde se restringe el aforo de turistas organizados que pueden coincidir al mismo tiempo, como la plaza Reial, la plaza del Rei y la fachada de la basílica de Santa Maria del Mar, entre otros.

Los agentes cívicos del Ayuntamiento detectaron que 114 de los 3.828 grupos turísticos observados durante el primer semestre de 2024 en Ciutat Vella incumplieron el decreto. En todos los casos, la orden que se vulneró fue el uso de megáfonos.

Las infracciones conllevan multas de hasta 1.500 euros, que se doblan a 3.000 euros en caso de reincidencia. "Ha habido un alto grado de cumplimiento de esta norma", ha evaluado Batlle. El teniente ha reconocido que Barcelona soporta "una tensión turística importante, más en verano". "Hay muchos turistas pero, en el caso de los grupos, hay que agradecer a los guías turísticos por hacer cumplimiento de la normativa", ha apreciado.