Infraestructuras

Las obras de FGC se llevan por delante 17 árboles sin preaviso en la calle de Urgell

Los vecinos viven con indignación la 'caída' de 15 plátanos y dos almeces por los trabajos de construcción de una salida de emergencia del túnel que unirá las paradas de Espanya y Gràcia

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Vista de las obras de la calle de Urgell, con los restos de un árbol talado en medio, el pasado míercoles.

Vista de las obras de la calle de Urgell, con los restos de un árbol talado en medio, el pasado míercoles. / Elisenda Pons

Toni Sust

Toni Sust

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Teresa, vecina de la calle de Urgell, vive en un inmueble de la calle que está en el lado Llobregat, entre Aragó y Consell de Cent. Está muy afectada por una actuación que ni ella ni sus vecinos esperaban: el viernes 2 de agosto, un grupo de operarios talaron 17 árboles que estaban en su acera, en el lado Llobregat de Urgell: 15 plátanos y dos almeces. Lo hicieron en el contexto de las obras que allí tienen lugar para construir una salida de emergencia del futuro túnel de Ferrocarrils, en el marco de la ampliación que conectará las paradas de plaza de Espanya y Gràcia.

“He llorado”, explica la mujer, que subraya que en la sesión informativa que miembros de la Conselleria de Territori y el Ayuntamiento de Barcelona celebraron con vecinos el 29 de julio, no se les advirtió de que los árboles caerían.

Nadie preguntó

Territori admite que no habló de los árboles y sostiene que el encuentro se centró explicar en detalle la fase de la obra que se iniciará en otoño, y que consistirá en a colocación de pantallas del pozo. En la calle se instalará, a partir de mediados de septiembre,  pantallas de hasta seis metros para preservar a los residentes del ruido.

Ninguno de los vecinos, indican fuentes de la ‘conselleria’, preguntó por los árboles. Pero ese argumento no parece excesivamente útil si el objetivo es calmar a los vecinos que, según varios testimonios, viven con inquietud las obras que han empezado en su calle.

La zona de las obras de Urgell.

La zona de las obras de Urgell. / Elisenda Pons

Menos sombra

Por ejemplo, no parece nada optimista con la situación Antoni, el titular de una peluquería canina que el pasado míércoles miraba desde el interior de su comercio un exterior en el que al calor infernal se le sumaba el ruido por la labor de los operarios. Los árboles cortados, subrayaba ya se echan de menos: “Le han sacado sombra a la calle”.

La perspectiva de que pronto se levante allí una pantalla de seis metros le inquieta sobremanera. Dice que tiene una clientela fija, y que eso lo salvará de cerrar, porque augura que esa acera no será un lugar de paseo agradable en los próximos tiempos: “Algunos ya hablan de cerrar su negocio. La gente está bastante afectada”.

Visibilidad reducida

También está visiblemente preocupada Rosa Parramón, responsable del bar Urgell 1930. La valla de las obras le queda muy cerca a menos de dos metros de la entrada. Tiene una terraza de dos mesas donde ahora mismo no resulta muy apetecible sentarse.

“Con las pantallas, la visibilidad será cero. No será agradable venir a tomar algo. La terraza queda prácticamente anulada”, constata Parramón, que dice que los comerciantes se movilizarán para pedir ayuda, algo que les sirva para no sucumbir a las novedades que vive este tramo de Urgell. Por ahora, no hay un calendario claro.

Uno de los árboles talados.

Uno de los árboles talados. / Elisenda Pons

Nueva reunión y replante

Interior afirma que hay un presupuesto previsto para replantar los árboles afectados cuando acabe la ocupación en superficie., Ese cuándo es una incógnita, porque no hay una fecha fijada de final de obras. Los trabajos son de gran envergadura y Territori no está en disposición de aporiximad cuando habrán acabado. El departamento prevé celebrar una nueva reunión con los vecinos en octubre. Es de prever que ese día sí haya preguntas sobre los árboles que ya no están.

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