Vacaciones en el mar

Este es el crucero para adultos que sale de Barcelona y está revolucionando el sector: las 10 diferencias

La naviera Virgin Voyages,, con rutas semanales por el Mediterráneo y noches en Ibiza, rompe los convencionalismos en alta mar

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El Scarlet Lady navegando por el Mediterráneo.

El Scarlet Lady navegando por el Mediterráneo. / VV

Patricia Castán

Patricia Castán

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Cualquiera que haya hecho más de un crucero sabe que la mayoría de navieras comparten una serie de denominadores comunes --de los horarios a la organización, las propias rutinas o los montajes de las escalas-- que hasta ahora parecían intocables. Algunas son dinámicas encorsetadas que aburren a los viajeros que quieren más autonomía. Eso debía de pensar el visionario empresario Richard Branson cuando hace apenas unos años creó su propia línea de cruceros, Virgin Voyages, incorporando lo que él habría querido disfrutar a bordo para unas vacaciones en el mar que rompen arquetipos. El proyecto suma ya cuatro barcos, uno de los cuales ha convertido --desde la pasada primavera y hasta el otoño-- a Barcelona en su puerto de referencia, de inicio y final de vacaciones.

2022 NWV Campaign

Un pasajero contempla la piscina. / Alberto Oviedo

La compañía que ha puesto patas arriba el concepto de crucero, añadiendo libertad y diversión a quienes quieren navegar de otra manera, se ha traído el Scarlet Lady a la capital catalana. Su revolución en altar mar integra sorpresas en un todo incluido que hasta ahora solo ofrecían las compañías de lujo y a precios prohibitivos. Y añade detalles, última tecnología y un ambiente más joven de lo habitual (la edad media del viajero es de 48 años, con mucho treintañero), con la característica única de que se trata de viajes solo para adultos.

Sip Lounge Bar

El Sip Lounge Bar del Scarlet Lady. / VV

Las rutas que empiezan en Barcelona como puerto base (y que atraen a muchos catalanes y viajeros del resto de España) alternan distintas combinaciones por España, Francia e Italia que pueden incluir puertos como Tolón, Cannes, Marina di Carrara, Civitavecchia (Roma), Ajaccio, Ibiza (donde se desmarcan por hacer dos jornadas y noche abierta en el puerto), Palma... En otoño, algunas rutas empiezan o acaban en la ciudad condal y culminan en Grecia, y viceversa. La marca está apostando fuerte por darse a conocer en el mercado mediterráneo, con contundentes descuentos para el segundo viajero.

The Sea Terrace Cabin

Un camarote con balcón. / VV

El Scarlet Lady, que se asoma semanalmente al muelle del World Trade Center, tiene las mismas dimensiones y espacios (salvo ligeras diferencias de decoración) que sus hermanos. Es un barco mediano, con capacidad máxima de 2.770 pasajeros aunque es frecuente que sus camarotes sean ocupados por dos personas y no navegue con más de 2.500. Por su tamaño (110.000 toneladas, 17 cubiertas y 1.408 camarotes) y tripulación (1.160), tiene un generoso ratio de espacio por viajero y jamás da sensación de ir lleno o de ver saturados sus espacios. El servicio (un tripulante cada dos viajeros) lo eleva a la categoría de Premium, pese a los competitivas tarifas que mantiene, explica Agustín Quesada, responsable de Mundomar Cruceros, que comercializa la naviera en España.

Vitamin Sea Photoshoot / Sept 2021

La hamaca roja marca de Virgin Voyages, en un balcón estándar. / Melanie Acevedo

Sus características distintivas son los detalles y ornamentos rojos que coronan la nave externamente, como seña de identidad. Y un aspecto singular en sus rutas desde Barcelona es ser uno de los últimos buques que pueden atracar en un muelle a los pies del centro de la ciudad, ahora que las terminales están culminando su traslado y concentración en el Adossat.

Estos elementos marcan la diferencia con el resto de cruceros.

1-Cruceros sin niños, sin instalaciones infantiles.

Los viajes en familia son entrañables, pero muchas veces incompatibles con grupos de amigos o solteros que buscan otro ambiente o con parejas con alergia al griterío y los toboganes de agua. De modo que con la opción de Virgin no hay lugar para un solo niño o adolescente. En sus buques solo aceptan a mayores de 21 años si viajan solos, aunque se permiten viajeros de 18 a 21 si lo hacen acompañados. Esa singularidad ya hace que el ambiente a bordo sea diferente al de cualquier otro crucero. Por ejemplo, las zonas de agua están más centradas en el solarium.

Food on the in-table grill at Gunbae Korean BBQ.

Parrilla coreana en mesa, en el restaurante Gunbae. / VV

2- Gastronomía excepcional y sin recargos.

La naviera de Branson es conocida por sus fiestas y música, pero la realidad es que la columna vertebral de sus barcos es la gastronomía. Para encontrar cocinas similares habría que viajar en un crucero de lujo, que incluyen en el precio del viaje la mayoría de sus cocinas. Por el contrario, en las navieras populares las cenas incluyen los macrorestaurantes principales y el buffet, pero todos los de especialidades (carnes, italiano, japonés, etc…) tienen cargo añadido y acaban engordando notablemente la factura. En los Virgin cualquier restaurante está incluido y solo se paga aparta si se desea por platos muy específicos o gourmet. Además hay una sorprendente variedad de comida saludable y 'veggie', si uno quiere.

Si se realiza una travesía de una semana, es posible descubrir un restaurante a diario sin sobrecoste y que compiten entre sí en calidad. Razzle Dazzle ahonda en la comida norteamericana, pero no como ‘fast food’. Desde un cordero asado de campeonato a un pollo frito deluxe, pasando por ensaladas con producto fresquísimo o uno de los mejores tartars de atún en alta mar. Extra Virgin tiene una carta mediterránea y especialmente italiana donde degustar calamari, carpaccios, excelentes albóndigas, alcachofas a la romana, gnocchis deliciosos, pastas al nivel de una trattoria del Trastevere o platos principales como el cerdo a la brasa.

People dining at Test Kitchen, our experimental eatery.

Una mesa en The Test Kitchen, con cocina experimental. / VV

En el caso de The Wake, donde sentirse como en Nueva York en los años 50, se despliegan solomillos, entrecottes y otros cortes, o un buen salmón a la brasa, precedidos por gambas, cremas o ensaladas. Gunbae, la barbacoa coreana, recuerda al manido tepanyaqui japonés, pero más divertido. El comensal interactúa en las mesas compartidas mientras en pequeños grupos se les cocinan vegetales, pescados y carnes a discreción.

En cambio en Pink Agave desfilan tacos, ceviches y enchiladas, aunque puede presumir de ofrecer el mejor corte de carne. Para muchos, la mejor experiencia es la de Test Kitchen, con menús degustación que varían según la temporada y las rutas. Presentaciones sorprendentes, un servicio digno de guía Michelin y muchas sorpresas, con cocinas abiertas y vistas al océano.

Pero más allá de los restaurantes de noche, los cruceros de Virgin tienen garantizada una buena mesa a cualquier hora. El día ya comienza con desayunos de 24 kilates en The Galley, que recuerda a un local de brunch del Soho, con sus barras por especialidades: de los mejores croissants a los desayunos ingleses, los sándwiches de primera y las barras saludables. A mediodía es como un gran market de sabores, donde comer con sabores de Asia a Europa, elaborados al momento. Pero abre las 24 horas para insomnes voraces.

También hay pizzería autónoma, y buenas opciones a la fresca, como las tapas de The Dock.

3- Habitaciones ‘hightech’ y minimalistas.

Los camarotes han evolucionado mucho en la última década, pero suelen tener una estructura más formal y homogénea en gran parte de las grandes navieras 'mainstream'. No es el caso de Virgin, con habitaciones que recuerdan a hoteles modernos y minimalistas. Acaso demasiado para algunos, pero sin duda cómodas sobre todo a nivel tecnológico: cortinas automáticas que se abren al acceder a la estancia, luces que se gradúan en intensidad, y todo a un click de la app: desde avisar al servicio de habitaciones para una puesta a punto o reservas de todo tipo por la misma vía. Incluso las interiores tienen rollo, aunque la mayoría son exteriores con balcón. También hay categorías de supersuites RockStar y Mega RockStar, con ventajas añadidas y zonas exclusivas.

The Fab Suite living room area has a fully-stocked bar and ample seating.

Salón de una de las suites. / VV

Una de las joyas de la casa es incluir en sus balcones hamacas colgantes, en rojo pasión, que se adaptan al cuerpo y donde se puede disfrutar en mayúsculas de la navegación, con un buen libro o la vista perdida en el horizonte.

4- Bienestar más fácil: clases gratis en el gim

Los cruceristas saben que excepto en un pequeño (y caro) puñado de barcos de alto 'standing', el uso de los gimnasios se limita siempre a las máquinas y áreas comunes. Si uno quiere hacer una clase de 'spinning' o pilates, debe pasar por caja, habitualmente abonando unos 15 dólares por clase. Pero en esta naviera proclaman que el pasajero se mantenga en forma y dan facilidades para ello: a diario hay clases variadas, incluido yoga, con asistencia libre previa reserva. También hay zona de entrenamiento de boxeo a la fresca y actividades que fusionan el fitness y el humor, como las clases de aeróbic con 'look' retro.

Vitamin Sea Photoshoot / Sept 2021

Yoga en una cubierta del Scarlet Lady. / Melanie Acevedo

Los gimnasios además tienen equipamiento a la última, y la oferta se completa con las habituales zonas de baloncesto, pingpong o tenis. Si alguien se aburre por esta vía, hay ruta de paseo alrededor de las naves, sin que suela haber mucho ajetreo. Y si se tiene alergia al ejercicio, más allá de ir de tiendas, a la peluquería o al spa, siempre hay opción de hacerse un tatuaje en plena navegación y con todas las garantías.

5- Fiestas en mayúsculas (pero sin molestias)

Se los conoce como barcos de fiesta por su animada oferta: de la noche de pijamas a la Red Party donde todo el mundo viste de rojo y se desenfrena. También hay una clara apuesta por la diversidad LGTBI+, con animación a cargo de 'drags'. Pero curiosamente en los cruceros de Virgin la fiesta es compatible con el descanso. Al tener un gran ratio de espacio por pasajero, siempre hay zonas tranquilas y opciones de ocio variadas. De los conciertos animados en On The Rocks (al calor de un buen cóctel) a las actuaciones en The Social House.

A woman smiles at the camera during Scarlet Night. There's a party behind her and everyone is wearing red. 

Alberto Oviedo, Lifestyle, Now We're Voyaging
Now We're Voyaging Campaign
Photographer: Alberto Oviedo
Studio: Christian Schrader, Kathy Boos
Brand: Billy Bohan

Red Party, con todo el pasaje de rojo, en una cubierta. / Alberto Oviedo

Si alguien tiene ganas de bailar cada noche lo conseguirá. Su discoteca palpita a diario: en The Manor la cabina del DJ preside la fiesta, pero también hay bailarines y láser, mesas para ver y dejarse ver y fiestón hasta la madrugada. Y si le van los videojuegos de arcade retro, podrá viajar al pasado y sin coste.

No hay espectáculos en macroteatros, sino en formatos más íntimos y distintos espacios. De baile con acrobacia a monologuistas de primera.

6- Servicio de primera (y feliz)

La tripulación de los cruceros se caracteriza por ser servicial, sobre todo en los de mayor categoría. Pero también es común ver a trabajadores estresados, cansados por su larga temporada de navegación o pendientes de redondear sus propinas. En los barcos de Branson predominan los tripulantes jóvenes, preparados, de todos los países, siempre con una sonrisa en la boca y proactivos, y la sensación de estar encantados de trabajar. Algunos lo atribuyen a que no tienen que vender productos ni servicios, ya que casi todo está incluido a bordo.

7- Películas gratis y más en el camarote

Quienes odian socializar y buscan mar, buenas escalas y relax pueden disfrutar largamente de los camarotes y su oferta de ocio. Hay montones de estrenos recientes (películas y series) incluidas en varios idiomas y sin cargo. Si se busca recogimiento, en el restaurante hay siempre preparadas cajas (Bento) tipo tupper con diferentes propuestas según la hora del día para llevar, sin cargo, y consumir donde uno quiera. También hay siempre jarras de agua osmotizada en las habitaciones, que los asistentes de cabina rellenan tantas veces como uno demande. Sin olvidar la hamaca adictiva.

8- Piscinas sin restricciones

 Al contrario que en otros cruceros grandes, el público solo adulto hace posible que se permita consumir bebidas mientras se está a remojo, sea un cóctel u otra bebida, con copas de diversos formatos de plástico. Del mismo modo, los horarios de baño son XXL y no cierran al atardecer. Así, es posible hacer unos largos nocturnos y en solitario, ya que el uso solo se interrumpe durante la limpieza de madrugada. Para broncearse se puede elegir entre distintos tipos de tumbona y camas tipo balinés, sin peleas por lograr sitio.

9- Alcohol sin paquetes de bebidas, pero sin sobreprecios

Los paquetes de bebidas se han ido imponiendo en casi todas las navieras, de forma que el viajero paga x cantidad por día de navegación en concepto de barra libre, en función de las distintas calidades y marcas incluidas en el pack que contrate, llegando a ser cifras muy elevadas si no son vinos baratos de la casa. Esta situación hace que la factura final se dispare para quienes no beben mucho, o que algunos pasajeros se desmelenen de barra en barra para amortizar sus paquetes. Para que nadie pague por lo que bebe otro, predican en Virgin, en este caso venden bonos por determinada cantidad (100, 200, 300 dólares de consumo...) que incluyen un pequeño crédito adicional de regalo. Cada copa que el pasajero toma se va descontando, cuenta Quesada. Pero además los precios son más bajos de lo común (cerveza desde 6 euros, cócteles desde 10) e incluyen propinas y tasas.

A man gets a tattoo at Squid Ink.

Sesión de tatuaje a bordo del crucero. / VV

10- Una pulsera para todo

Lo normal en un crucero es que la tarjeta que abre el camarote sea también el pase de acceso al barco, a la habitación, a los cargos de consumo, bares, tiendas... Pero Virgin ha apostado por una pulsera con un chip (por supuesto roja) que hace el mismo servicio y más sin riesgo a perderla en un despiste, ya que se lleva durante toda la travesía. La pulsera inteligente permite incluso reservar el siguiente viaje, aprovechando promociones a bordo, y la euforia del momento.

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