Supresión sin efecto

Masificación turística junto al Park Güell: la parada de taxis que sigue a pleno rendimiento 10 días después de ser eliminada

Los vecinos de La Salut viven con indignación que los vehículos sigan deteniéndose donde ya no pueden para encochar y desencochar turistas que visitan el parque

El hartazgo de vivir junto al Park Güell no cesa: vecinos exigen la retirada de una parada de taxi

Barcelona triplicará la superficie restringida al tráfico en el entorno del Park Güell

La antigua parada de taxis, a pleno rendimiento pese a que se aprecia que ahora es un aparcamientopara motos.

La antigua parada de taxis, a pleno rendimiento pese a que se aprecia que ahora es un aparcamientopara motos. / Elisenda Pons

Toni Sust

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Dice la leyenda que el Cid Campeador ganó una batalla ya muerto. Pues algo similar sucede con la parada de taxis de la Rambla de Mercedes, a 100 metros de la entrada del Park Güell, uno de los puntos de Barcelona en los que la masificación turística más se pone de manifiesto y más dificulta el día a dia de los residentes en el barrio de la Salut, en Gràcia. La parada lleva casi 10 días anulada pero sigue repleta de taxis y de turistas. Y en menor medida, de vecinos indignados.

Hartos de los colapsos de tráfico que esa parada ha estado generando, los habitantes de esta zona, que se conoce como La Salut Central, protestaron con la intensidad suficiente para que el Ayuntamiento de Barcelona optara por anularla y anunciar que colocará una pilona casi 400 metros más abajo, en Escorial con Pare Jacint Alegre, con el fin que desde ese punto, un poco más arriba de Travessera de Dalt, solo puedan pasar vehículos de vecinos y servicios, además de taxis si llevan a alguno de esos vecinos.

Taxis estacionados irregularmente esperando clientes.

Taxis estacionados irregularmente esperando clientes. / Elisenda Pons

Área verde y párquing para motos

Técnicamente, la parada fue anulada hace nueve días, el 27 de julio, y donde estaba hay ahora pintados un aparcamiento del área verde y otro para motos. La verdad es que los vecinos apenas se atreven a aparcar una moto allí y el Cid se pensaría muy mucho dejar ahí su caballo: los taxis acudían este lunes por la mañana en tropel, como si la parada fuera el miembro amputado que aún se siente pese a que ya no está.

El problema es que no hay ninguna barrera que impida el paso ni un cartel que avise de que no es posible entrar en la zona. Mientras no exista ese anuncio, mientras no haya una placa que informe de ello, es legal que los taxis pasen por allí, que encochen y desencochen a sus clientes com en cualquier otra calle, pero no que sigan utilizando la parada.

La pilona, en mayo

La idea es que los turistas que visitan el Park Güell suban a pie o lo hagan por la parte de la Carretera del Carmel, donde se decidió ampliar otra parada de taxis para tal fin. Sin embargo, colocar la pilona en Escorial con Padre Alegre implica ciertos trámites, y hasta mayo no será posible.

Este lunes, un poco antes de las 11, Rosa Anguas, vecina de la calle de Olot, justo enfrente de la entrada del ParK Güell, trataba de disuadir a los taxis que seguían aparcando en lo que era la parada. El entendimiento se hace difícil: cuenta Anguas que durante el fin de semana hubo enfrentamientos con taxistas, y amenazas a vecinos.

Un taxi ignora la prohibición de acceso a la calle de Marianao aprovechando que la pilona está bajada.

Un taxi ignora la prohibición de acceso a la calle de Marianao aprovechando que la pilona está bajada. / Elisenda Pons

La parada improvisada de Olot

Mientras lo relata, enseña otra de las disfunciones que se dan en los últimos días. La pilona que está instalada donde acaba Padre Alegre y empieza Marianao no impide el paso hasta las 11.00 ni de 16.20 a 17.30, por aquello del horario escolar y el acceso a la escuela que hay arriba, pese a que es evidente que en agosto no hay clases. Antes los taxistas de la parada se ocupaban de que ninguno de ellos subiera por Marianao hasta Olot para recoger turistas a la salida del parque.

Pero igual como parece que algunos profesonales no saben que ya no hay parada, se diría que para otros ha sido la señal de que lo que no hay es norma, y aprovechan el horario en que la pilona está bajada para acercarse hasta la boca del parque y lograr ahí algo que es fácil: que algunos de los visitantes requiera sus servicios. Así ha nacido una parada informal en Olot durante el horario citado.

Marco Martone vive en a Rambla de Mercedes, delante de donde estaba la parada. Se acerca a un taxi y golpea el cristal con los nudillos para informar al conductor de que ya no puede estacionar allí. Pero los taxistas no se dan por aludidos o, como varios consultados por este diario, afirman no tener conocimiento del cambio que ha habido.

Llega la Guardia Urbana

Sí, resulta un poco sospechoso que lo digan mientras se detienen sobre las plazas previstas para motos. Uno, requerido al respecto, parece no entender la pregunta, o no escucharla, hasta que algo cabreado pide concreción: “¿Pero tú quieres un taxi?”. Y al ver que no es eso hace un gesto rápido cómo mandando a esparragar al interlocutor, de nuevo este diario.

Un taxi para en la zona para motos, en la antigua parada, pese a la presencia de la Guardia Urbana, poco antes de que está le obligara a irse.

Un taxi para en la zona para motos, en la antigua parada, pese a la presencia de la Guardia Urbana, poco antes de que está le obligara a irse. / Elisenda Pons

Anguas y Martone coinciden en la Rambla de Mercedes con otros dos vecinos de la zona, Jordi Sandoval y Ana María Sandoval –no son familia- y asisten a cómo, a eso de las 12.00, aparecen dos agentes en moto de la Guardia Urbana. “Estaremos aquí todo el día”, dice uno. Se instalan en la zona prevista para motos, donde solo Jordi Sandoval se ha atrevido a aparcar la suya, que limpia con detenimiento y calma. Los agentes advierten de que pasarán el día allí evitando el uso ilegal del espacio. En seguida un taxi aparca allí mismo, donde ya no puede, detrás de las motos de los urbanos, que rápidamente le conminan a largarse.

Los vecinos esperan que la placa informativa llegue pronto, aunque temen que hasta que haya pilona sigan los excesos. Preguntado por la situación, el ayuntamiento comenta lo que sigue: "Se está trabajando para solventar la situación hasta que la señalización esté operativa”.

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