Anna Klevtsova: "Pocas ciudades del mundo pueden competir con Barcelona"

Anna Klevtsova, 44 años, con pareja y con dos hijas. Originalmente de Kazajstán, ha vivido en Inglaterra, Nueva Zelanda y Australia, y ha viajado por medio mundo. Ha trabajado en varios proyectos de colaboración internacional, antes de establecerse definitivamente en Barcelona a finales de 2010. Abogada de derecho internacional, desde el 2016 lidera la firma de abogados boutique Klev&Vera Law Firm y asiste a inversores internacionales en sus negocios en España.

¿Por qué escogiste Barcelona?

Fue una decisión premeditada. Mi pareja es del País Vasco, nos conocimos en Inglaterra y él vino a trabajar un año a Kazajstán. Quise conocer el País Vasco y Madrid. Me gustó mucho la experiencia, pero Barcelona me cautivó por completo. Busqué un máster en abogacía y en 2006 nos instalamos aquí. Nuestras carreras nos llevaron a pasar unos años por el mundo, pero en 2010 volvimos a Barcelona, donde ya hemos echado raíces hasta el punto de que nuestras hijas forman parte de una 'colla' castellera.

¿Qué aspectos de la ciudad destacarías como positivos?

He estado en muchas ciudades en el mundo, pero pocas pueden competir con Barcelona. La posición geográfica, el clima, la arquitectura y la comida son incuestionables. Tiene el tamaño perfecto, es muy accesible y bien conectada, con actividades y eventos culturales para todos los gustos. Trabajé en proyectos de colaboración internacional de mejoras de la administración pública y me llamó la atención la voluntad de la administración catalana de abrirse al mundo, de aprender, potenciar y mejorar lo que ya tiene.  

¿Qué aspectos de la ciudad hay que mejorar? ¿Cómo?

Sufrí mucho la burocracia y la lentitud de varios trámites legales a nivel personal, y lo sigo experimentando en mi trabajo actual. Por ejemplo, cuesta entender por qué en el siglo digital no se puede organizar bien el sistema de citas para obtener la documentación de los extranjeros, la homologación de títulos universitarios tarda hasta cinco años, o un emprendedor tiene que esperar más de medio año para obtener un permiso de trabajo.

¿Qué esperas de la Barcelona de los próximos años?

Espero que Barcelona no sea víctima de su propia popularidad. Las ciudades que atraen talento internacional y negocio pueden llegar a crecer exponencialmente. Es importante desarrollar buenas conexiones de transporte público en su área metropolitana. Barcelona tiene muchas escuelas y universidades, puede llegar a ser un destino mundial de educación de calidad.

¿Cuál sientes que es tu ciudad? ¿Qué es lo que más echas de menos?

Me considero una ciudadana del mundo porque cada país donde he vivido ha dejado su huella. Pero Barcelona se ha convertido en mi ciudad adoptiva. Aquí no echo de menos nada, porque lo tiene todo. Es una ciudad multicultural y activa, y espero que logre crecer de una forma sostenible y vanguardista.