Inauguración en Collserola

La nueva atracción del Tibidabo de caída libre se estrenará el 27 de julio

Merlí, con una góndola que gira 360º, está destinada a ser uno de los principales reclamos del centenario recinto de Collserola

Merlí, la atracción de caída libre del Tibidabo, en Barcelona.

Merlí, la atracción de caída libre del Tibidabo, en Barcelona. / BSM

Carlos Márquez Daniel
Toni Sust
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El parque de atracciones del Tibidabo estrenará el sábado 27 de julio la esperada caída libre, de nombre Merlí, destinada a convertirse en uno de los principales reclamos de este recinto centenario sito en la cima de Collserola. Con una altura de 52 metros. Fabricada por la empresa Funtime Handels GmbH, tiene capacidad para 24 personas por turno y la góndola realizará guros de 360 grados durante el vertiginoso recorrido.

Igual que en una atracción similar de Port Aventura –más alta, cierto, pero ni mucho menos con estas vistas– tiene una altura mínima para poder entrar de 140 centímetros.

La torre de la caída libre vista desde los columpios voladores del Tibidabo.

La torre de la caída libre vista desde los columpios voladores del Tibidabo. / Irene Vilà Capafons

Junto con la montaña rusa, Merlí, que tiene forma de varita mágica, será la atracción más emocionante de todo el parque. Pero en este caso no se espera la polémica que rodeó la inauguración de la correosa vagoneta del Tibidabo, en diciembre de 2008, cuando la tala de algunos árboles enfureció a entidades ecologistas. La nueva caída libre se ha levantado sin necesidad de alterar el entorno natural. Una de las características principales de Merlí es el sistema de frenado magnético de última generación. La potencia eléctrica necesaria será de cerca de 300 kW, de las más bajas en instalaciones similares.

Renacimiento

En este rincón del parque estaba antes el 'Hurakán', que se empezó a desmantelar en diciembre de 2021. Se cerró antes de la pandemia porque, porque, con tres décadas de labor a sus espaldas, la atracción tenía un coste de mantenimiento muy elevado: la inversión que requería afrontar sus reparaciones no tenía sentido para el tiempo en el que podía funcionar sin precisar de un nuevo remiendo. El material del 'Hurakán', acero en su mayoría, fue enviado a reciclaje.