Circulación en pruebas

El tranvía asalta la Diagonal 20 años después sin resolver el enigma sobre la conexión con Francesc Macià

El Tram realiza el primer viaje entre Glòries y Verdaguer para comprobar que el nuevo sistema de alimentación subterránea funciona y con la idea de que los viajeros puedan subir en otoño

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Carlos Márquez Daniel

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"Connectem els tramvies", podía leerse en un inmenso cartel que coronaba la rueda de prensa en la que se anunció el inicio de las obras para que el Tram avanzara por la Diagonal más allá de Glòries y hasta Francesc Macià, un plan que quedó en barbecho en 2004, cuando se inauguraron el Trambaix y el Trambesòs. "Ha ganado el sentido común", espetó la entonces alcaldesa Ada Colau, eufórica. "Hoy es un buen día para Barcelona", repitió en un par de ocasiones el 'president' Pere Aragonés, menos jacarandoso. Era el 7 de marzo de 2022 y todo era épica tras dos décadas de bulla política. Dos años, cuatro meses y ocho días después de aquella puesta de largo, el Tram circulará la noche de este lunes por el nuevo ramal. Lo hará a paso de tortuga, seguido a pie por una veintena de técnicos que irán recibiendo en sus 'tablets' las lecturas sobre todo lo que tiene que ver con el invento: tracción, señalización, sistema de paradas y de comunicación, frenos, ruedas... La principal novedad -e inquietud-, sin embargo, es la alimentación subterránea que substituye la catenaria aérea, un ingenio pionero en el Estado.

Obras de conexión del tranvía por la Diagonal

Selladura del último raíl del tramo en obras, el pasado mes de mayo / Elisenda Pons

Es un acontecimiento más simbólico que práctico. Porque todavía faltan meses (sucederá en otoño) para que los viajeros puedan subir y llegar a la parada de Verdaguer, unos dos kilómetros y siete minutos de viaje desde Glòries. Durante el verano y el inicio del curso, más allá de verificar el tranvía, se irán puliendo otras cosas vinculadas con el proyecto. Faltan plantas, terminar la rampa que substituye unas escaleras en Castillejos, retocar elementos de la infraestructura frente al mercado de los Encants y rematar el nuevo vestíbulo de la L1 de metro de la gran plaza, el futuro parque de la Canòpia, que ya dispone de túnel viario pero tiene pendiente buena parte de la humanización de la superficie.

Alcalde y... ¿'president'?

Tras las primeras pruebas llegarán las denominadas marchas en blanco, circulaciones a velocidad comercial normal (unos 17 km/h de media) pero sin pasaje, que serán el paso previo a la apertura comercial. Todo esto da como resultado los cuatro o cinco meses que faltan para que las autoridades inauguren oficialmente el nuevo trazado de la línea T4, que es la que cubrirá el tramo Sant Adrià-Verdaguer. Un acto que quizás recicle aquel cartel de marzo de 2022 y que blandirá nuevos actores principales: el alcalde Jaume Collboni y un nuevo 'president', todavía por definir.

Glòries estrena la nueva parada de tranvía

La nueva parada del Tram en el intercambiador de Glòries / Manu Mitru

Manuel Valdés, director de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM), administración sobre la que recae la obra tranviaria, ha intentado este lunes rebajar un poco el suflé. Si esto fuera una obra de teatro, ha escenificado, "no estaríamos ni en los ensayos". "Estaríamos en el maquillaje y vestuario". La metáfora la ha rematado Oriol Altisench, ingeniero jefe del Ayuntamiento de Barcelona -ente encargado de la urbanización del entorno-, que ha compartido que la prueba "no es más que la primera flecha que Antonio Rebollo lanzó para tratar de acertar en el pebetero del Estadi Lluís Companys". Más vale prevenir, podría decirse. O lo que es lo mismo, algo podría salir mal pero para eso están precisamente las catas previas.

Energía por los suelos

Para que todo esto funcione, para que el Tram pueda absorber las 24.000 validaciones diarias previstas (casi el doble que las 30.000 que suman las tres líneas del Trambesòs), la ATM ha tenido que adaptar 18 tranvías y comprar otros tres que deberían llegar antes de que termine el año. Adaptar porque los existentes se alimentan gracias al contacto del pantógrafo con la catenaria aérea (como Rodalies), pero a partir de ahora, si operan la línea T4, en Glòries tendrán que bajar el brazo y conectar una suerte de patín con la parte inferior de la infraestructura, desde donde, a través de un carril central, recibirán la electricidad en el tramo hasta Verdaguer, con paradas en Sicília y Monumental. Este cambio de sistema se hará mientras el pasaje sube y baja en la plaza, así que no se perderá tiempo si todo va según lo previsto.

Inicio de las obras para la conexión de los tranvías en la Diagonal de Barcelona.

Inicio de las obras de conexión del tranvía por la Diagonal, en marzo de 2022 / ACN

Más allá del otoño, de esa fecha indeterminada del estreno del tramo Glòries-Verdaguer, sigue en el aire la fase 2 de la conexión del Trambaix y el Trambesòs. Es decir, los casi dos kilómetros pendientes entre la calle de Girona y Francesc Macià. Altisench ha detallado que el proyecto estará terminado este mismo mes, pero ha recordado que luego empieza el latoso proceso de exposición pública y alegaciones. También ha hecho mención al presupuesto, que no está para nada garantizado.

No hay prisa

Más allá de que el gobierno de Collboni haya jugado un poco a la 'puta i la Ramoneta' con el proyecto, lo cierto es que los tiempos, aunque hubiera firme voluntad de apresurarse (hay deseo, pero ninguna prisa), no dan casi ni para empezar la obra ferroviaria en este mandato. El proyecto se tiene que consolidar y se tiene que convocar el concurso para adjudicar las obras, pero antes hay que acometer una obra vital para la ciudad: el desdoblamiento del colector de la Diagonal, un trabajo que ya se hizo hasta Verdaguer y que debe evitar que media ciudad sea un charco en días de tormenta. O sea: por debajo el colector y por encima el Tram. De Glòries a Girona fueron necesarios 17 meses. Y luego vinieron los dos años y medio que se están ejecutando ahora.

Glòries estrena la nueva parada de tranvía

La nueva marquesina de la parada de Glòries / Manu Mitru

Es probable que la fase dos, como ha detallado Ricard Font, director de BIMSA, sea algo más liviana, puesto que el tramo Cinc d'Oros-Francesc Macià tiene media urbanización hecha (es el tramo que se reformó en tiempos del alcalde Xavier Trias). Pero luego está el coste político: ¿sale a cuenta tener la parte noble de la Diagonal patas arriba en pleno proceso electoral? Según cómo, la política también puede ser el arte de no hacer nada.